El trigo cerró nuevamente en baja y marcó un mínimo de ocho semanas. La entrada de grandes volúmenes desde el hemisferio sur reforzó la percepción de una oferta holgada. A esto se sumó el avance en las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, que colaboró en impulsar los precios hacia abajo. Por último, jugó un papel importante la cancelación de ventas de trigo estadounidense a China. Estos factores incentivaron ventas técnicas y sostuvieron el sesgo bajista.
El maíz finalizó la jornada en alza. La suba encontró sostén en señales de demanda tanto interna como externa. Por el lado externo, se registraron compras surcoreanas. Por el lado de la demanda interna, el complejo etanol viene fortaleciendo su producción y demandando más maíz. Las ganancias se vieron limitadas por la expectativa por un alivio en las tensiones en la zona del Mar Negro, lo que traería mayor dinamismo a los flujos de exportación desde dicha región.
La soja cerró en terreno negativo, afectada por la persistente incertidumbre en torno a la demanda china, más allá de las compras observadas tras la tregua comercial. Aunque el USDA confirmó nuevas ventas a China y a destinos no especificados, el mercado mantuvo dudas sobre la continuidad de ese flujo. La debilidad del mercado energético sumó presión adicional sobre el complejo sojero y limitó la recuperación de los precios agrícolas, con el petróleo operando por debajo de los US$60 por barril durante la semana.
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