Indicadores Climáticos


Lo que viene, el pronóstico para la semana próxima en la región núcleo

Posibilidad de chaparrones y tormentas aisladas a partir del jueves  

La probabilidad de precipitaciones aumenta para gran parte de región a partir de la primera parte del sábado 18. Las condiciones meteorológicas mejorarán durante el domingo 19 acompañadas por la rotación del viento al sector sur.

El periodo comprendido entre el jueves 16 y el miércoles 22 de enero comienza con probabilidad de algunos chaparrones y tormentas aisladas en sudoeste de la zona GEA. La probabilidad de precipitaciones aumenta para gran parte de región a partir de la primera parte del sábado 18. Las condiciones meteorológicas mejorarán durante el domingo 19 acompañadas por la rotación del viento al sector sur, y se mantendrán estables hasta el final del periodo de pronóstico.

Las temperaturas serán muy altas durante el jueves 16, entre 36 y 38°C, los valores más elevados se medirán en el centro/norte de la zona GEA. Con el correr de los días los registros térmicos comenzarán a descender de sur a norte debido a la entrada de una masa de aire más frio. Los valores más bajos de temperatura máxima se esperan para el sábado 18. Luego, tienden a ascender nuevamente alcanzando máximos entre 37 y 38°C en el sudoeste/oeste durante el miércoles 22.

Las temperaturas mínimas tendrán el mismo comportamiento que las temperaturas máximas, ya que se espera que las mismas desciendan a partir del domingo 19, llegando a los valores más bajos, entre 15 y 18°C, el lunes 20. Luego los valores tienden a ascender nuevamente en toda la zona GEA, oscilando entre los 19 y 22°C hacia el final del periodo.

 

Lo que pasó con el clima en la última semana en la región núcleo

La sequía y escasez hídrica cubre casi la totalidad de región núcleo

La semana comprendida entre el jueves 9 y el miércoles 15 de enero se recibieron precipitaciones muy escasas y aisladas en la zona GEA. Los acumulados fueron inferiores a los 5 mm. El mayor registro del periodo fue de 4 mm, y se midió en la localidad de Lincoln, en Buenos Aires.

Las temperaturas máximas fueron muy elevadas y oscilaron entre los 35 y 38°C. Las marcas térmicas más elevadas se ubicaron en el sector centro/sudeste de la zona GEA. El valor más alto, 37,9°C, se midió en la localidad de Santa Teresa, en Santa Fe.

Las temperaturas mínimas rondaron los 14 a 17°C en forma generalizada, con los valores más bajos en el sudeste y los más altos en el noroeste de la zona GEA. El registro mínimo extremo del periodo, 14,1°C, se midió tanto en las localidades de Junín y Chacabuco, ambas en Buenos Aires.

Con este panorama las reservas de agua en el suelo disminuyeron respecto a la semana pasada. En el sudeste de la zona GEA el nivel actual de humedad es sequía y estas condiciones abarcan hasta el centro/este de Santa Fe. En el resto de la región la humedad edáfica se encuentra en niveles de escasez, con núcleos aislados de humedad regular.

Con las actuales condiciones, en los próximos quince días, se requieren entre 90 y 120 mm el centro/oeste del área GEA. En el sector sur los acumulados necesarios varían entre 120 y 140 mm, con zonas puntuales donde el faltante alcanza los 160 mm para lograr condiciones de humedad óptimas.

 

Extensión GEA: O de Córdoba, N de Santa Fe, Santiago del E. y Chaco

La primera quincena de enero cierra altamente deficitaria

El déficit es puntualmente crítico sobre el este de la zona núcleo. Las precipitaciones, bastante condicionadas sobre la franja oeste de la región pampeana, estuvieron totalmente ausentes sobre el sudeste de Santa Fe, Noreste de Buenos Aires y Entre Ríos.

Considerando los últimos cincuenta años de registros y los primeros quince días del mes, en esa región, el valor medio de las precipitaciones es de 55 milímetros y aproximadamente 120 milímetros para todo enero. La lluvia acumulada en estas dos primeras semanas del 2025 fue nula y la perdida por evapotranspiración cercana a los 70 milímetros. En resumen, el agua que no se recibió, sumada a la que se perdió por un alto requerimiento atmosférico totaliza un valor superior al volumen normal de agua que estadísticamente se recibe en todo enero.

Solo para compensar ese déficit la segunda quincena del mes debería proveer precipitaciones superiores a los 125 milímetros algo que, considerando las estadísticas de los últimos 50 años, tiene una probabilidad meteorológica de ocurrir apenas cercana al 16%.

El difícil escenario pluvial que ha planteado la primera quincena del año está dejando huella en las reservas de agua y por ende en los cultivos. Aun con sectores acotados que mantienen un nivel positivo de humedad, en líneas generales toda la región pampeana se acerca a niveles críticos de disponibilidad. Lamentablemente los pronósticos de corto plazo no prevén un pronto regreso de precipitaciones generalizadas y con gradiente positivo sobre la franja este.

Tal como anticipamos en los informes de agosto 2024, la Niña siempre se mantuvo activa y actualmente está mostrando su mayor grado de enfriamiento desde que comenzó a manifestarse levemente en septiembre 2024.

Los condicionantes que fueron ampliamente favorables durante la primavera, como el anticiclón semipermanente del Atlántico o el posicionamiento de los sistemas de alta y baja presión, ya no lo son. Por el contrario, los mecanismos de escala regional están actuando de manera desfavorable para la región pampeana. Un ejemplo es el anticiclón en el Atlántico que, por su posición actual, está provocando una circulación antihoraria del viento que facilita el ingreso de aire muy cálido, de origen tropical, hacia el centro del país potenciando, durante el cambio de quincena, un importante aumento de las temperaturas y la primera ola de calor del año.

En esta sucesión de días con altas temperaturas prevalece el calor seco aportado por aire tropical con poca carga de humedad. Esto constituye otro condicionante adverso para el desarrollo de lluvias intensas con el eventual pasaje de un sistema frontal.

Según los modelos de pronóstico acercándonos al fin de semana aumentará la inestabilidad y se producirá el ingreso de un sistema frontal que le pondrá fin a la ola de calor. El cambio de masa de aire se traducirá en lluvias sobre el centro del país y alguna tormenta puntual, aunque no generalizada, siempre con mayor incidencia sobre la franja oeste y el NOA.

Por el volumen esperado, los eventos previstos pueden considerarse un alivio muy necesario para la región pampeana más que una recomposición significativa de las disminuidas reservas de agua en el suelo.