Indicadores Climáticos


Lo que viene, el pronóstico para la semana próxima en la región núcleo

Domingo con lluvias, luego, descenso de temperatura

La llegada de un sistema frontal frío provocará precipitaciones el día domingo 30 de abril. Luego, descenso de la temperatura. El martes 2 de mayo las temperaturas mínimas podrían llegar a 1° y 3°C en Buenos Aires.

A partir del domingo 30 se espera el pasaje de un sistema frontal frío y la probabilidad de precipitaciones. El sistema se desplazará rápidamente hacia el noreste provocando un mejoramiento de las condiciones climáticas durante la tarde del mismo día domingo.

Las temperaturas se mantendrán en leve ascenso hasta la llegada del frente frío, alcanzando valores máximos cercanos a los 28ºC. Durante el domingo, el desplazamiento de sur a norte del sistema frontal potenciará el ingreso de aire más frío y seco, llevando los registros máximos a valores entre 16 y 18°C. Las temperaturas mínimas se mantendrán entre 16 y 19°C en el inicio del periodo de pronóstico pero, una vez que la masa de aire frio entre a la zona GEA, experimentaran un descenso generalizado. Se espera que el martes 2 de mayo sea el día con las temperaturas mínimas más bajas de todo el periodo, con valores entre 1° y 3°C en Buenos Aires y levemente superiores en la zona norte del área GEA.

La circulación del viento se mantendrá del sector norte, con moderada intensidad, hasta que el sistema frontal frío se haya desplazado, luego rotará al sector sur acompañado por una intensificación de la velocidad que provocará condiciones ventosas que irán mermando de sur a norte hacia el lunes 1 de mayo.

 

Lo que pasó con el clima en la última semana en la región núcleo

Solo en la franja este de la región se registró lluvia

Los acumulados fueron inferiores a los 10 mm. Rosario y Santa Fe registraron 7,4 mm. Noetinger, en Córdoba, les sigue con 6,4 mm.

Las temperaturas semanales se ubicaron por encima de los valores normales estacionales, con valores máximos cercanos a los 28°C en la provincia de Córdoba. Los registros fueron inferiores a medida que nos desplazamos hacia Buenos Aires, donde los valores máximos alcanzaron los 25°C. El valor más elevado del periodo fue de 28.7°C en Idiazábal. Las temperaturas mínimas tuvieron una distribución geográfica similar a la de las máximas, ya que los valores más altos, entre 7 y 9°C, se midieron en Córdoba y en la zona oeste de Santa Fe, mientras que los valores más bajos, entre 5 y 7°C, se registraron en Buenos Aires y sur de Santa Fe. La marca extrema fue la de Chacabuco con 4.5°C.

Con este panorama, y debido a los escasos montos de lluvia recibidos, las reservas de agua se mantienen similares a las de la semana anterior. Se produjo una leve recarga en el este del área GEA provocando que la humedad del suelo pase de escasa a regular, mientras que en parte de Santa Fe y este de Buenos Aires persisten las condiciones de sequía. Como viene ocurriendo, solo en el oeste de la zona GEA se mantienen condiciones de regulares a adecuadas.

Con estas características en Santa Fe, Buenos Aires y este de Córdoba se requieren, en los próximos quince días, acumulados entre los 80 a 110 mm para alcanzar el estado óptimo de las reservas, mientras que en el oeste del área GEA estos valores se reducen a valores de hasta 80 mm.  

 

Extensión GEA: O de Córdoba, N de Santa Fe, Santiago del E. y Chaco

En mayo se necesitaría el doble de lluvias para llegar a la fina con humedad adecuada

Abril concluye con un importante déficit respecto de los valores normales de precipitación. En los últimos siete días predominaron condiciones casi primaverales y un alto contenido de humedad en la atmósfera. Pero, más allá de bancos de niebla y neblina, las lluvias no llegan a la zona núcleo.

El comienzo de la última semana del mes se presentó inestable, pero eso no se capitalizó en aportes de agua significativos sobre la mayor parte de la región pampeana.

Acumulados de mejor volumen, entre 15 y 40 milímetros, se registraron en el NOA, noroeste de Santa Fe y extremo norte de la Mesopotamia, incluso con eventos puntuales que superaron los 60 milímetros. Sobre el centro del país, solo la franja este de la región núcleo superó la categoría de lloviznas con totales semanales que no llegaron a los 10 milímetros.

Las causas de la sequía que castigó las últimas dos campañas se acabaron a mediados de marzo con la neutralidad del Pacífico Ecuatorial Central. Fue el fin de la tercera Niña consecutiva, pero las consecuencias persisten.

A partir de ese momento se planteó como imprescindible que tanto abril como mayo sumaran, por lo menos, la provisión de agua media estadística de un año neutral para llegar a la fina con humedad adecuada en los perfiles.

Hasta el momento abril no ha cumplido con ese requerimiento. Faltando tres días para concluir el mes el agua recibida sobre la región pampeana apenas totaliza entre el 10 y el 40% de la normal. En el área más castigada de la zona núcleo, faltan hasta 100 milímetros para alcanzar el total histórico de 120, revelando la magnitud del déficit.

Los pronósticos de corto plazo prevén inestabilidad y lluvias para el último día del mes, pero los acumulados estimados distan mucho de los requeridos para cumplir con las estadísticas mensuales.

De concluir así, el déficit pluvial transferido a mayo requerirá que se dupliquen los valores, que estadísticamente recibe el mes, para cubrir las necesidades de los perfiles pre siembra.

La incertidumbre sobre como llegarán las reservas a la fina 2023/24 se hace más compleja si consideramos que en 40 de los últimos 60 años las precipitaciones de mayo fueron iguales o inferiores a la media y, dependiendo de la región, en pocas ocasiones se duplicaron esos guarismos.

De todos modos, los modelos predictivos indican un escenario de temperaturas más otoñales a partir de mayo, y un cambio de masa de aire que podría favorecer las precipitaciones. Sin condicionantes negativos de gran escala los mecanismos regionales, que son más difíciles de pronosticar, siempre pueden aumentar su aporte y plantear, por lo menos, una solución de compromiso al estado de las reservas de agua para las siembras.