INDICADORES CLIMÁTICOS


Lo que viene, el pronóstico para la semana próxima en la región núcleo

Tiempo estable pero con abundante nubosidad

La semana comprendida entre el jueves 22 y miércoles 28 de septiembre presentará características de tiempo estable, aunque con abundante nubosidad y humedad presente en las capas bajas de la atmósfera.

La humedad quedará acotada a las capas más bajas de la atmósfera provocando neblina y bancos de niebla, pero difícilmente se desarrollen lluvias.

Las temperaturas seguirán siendo protagonistas por su variabilidad, tanto por la diferencia entre mínimas y máximas, como por los cambios significativos que pueden producirse entre un día y el otro. Los valores más bajos de la semana se concentrarán durante la primera parte del periodo, particularmente hoy, jueves 22. Con el avance de  la semana los valores irán aumentando progresivamente pero con la probabilidad de algunos descensos temporarios de los valores mínimos que mantienen el riesgo de heladas para la región GEA.

La circulación del viento comienza el período del sector sur con leve intensidad, pero irá rotando al oeste y finalmente se establecerá del sector norte impulsando el ascenso de los registros térmicos.

La cobertura nubosa se mantendrá muy variable hasta el fin de semana. A partir del lunes, y hasta el final del período de pronóstico, el cielo se presentará mayormente despejado.

La humedad en las capas bajas de la atmósfera será bastante importante, con la presencia de neblina y bancos de niebla aislados que pueden reducir la visibilidad de manera significativa. Se mantendrá relativamente elevada durante los próximos siete días pero siempre contenida en las capas bajas de la atmósfera, por lo que no fomentará condiciones de tiempo inestable.

 

Lo que pasó con el clima en la última semana en la región núcleo

Se interrumpió la racha sin lluvias 

Entre el  jueves 15 y el miércoles 21 de septiembre se registraron algunas precipitaciones sobre la región GEA. Aunque no fueron registros demasiado elevados en muchos sectores, cortaron una prolongada racha de días y semanas consecutivas sin lluvias de relevancia sobre la región. El promedio estuvo entre 10 y 20 mm, incluso con zonas que estuvieron por debajo de esos valores.  Entre los datos más destacados podemos mencionar Noetinger, en la provincia de Córdoba, con un acumulado de 26 mm, seguida de Guatimozín, en la misma provincia, con un registro de 24 mm. La contracara de esto fue Lincoln, en Buenos Aires, que no registró precipitaciones a lo largo de la semana. , no alcanzaron para cambiar el estado de la sequía.

Las temperaturas presentaron valores superiores a los promedios para la época del año, pero similares a los de la semana pasada. Los registros máximos se mantuvieron entre 25 y 27ºC. El valor más elevado fue el de la localidad de Irigoyen, en Santa Fe, con una temperatura de 29ºC. Las mínimas fueron inferiores a los promedios normales estacionales, pero superiores a las del periodo anterior, con marcas que oscilaron entre 1 y 4ºC. El dato más destacado fue el de la localidad de General Pinto, en la provincia de Buenos Aires, con 0ºC.

Con estas lluvias registradas durante el periodo y la gran variabilidad térmica medida en los últimos siete días, las condiciones de humedad en toda la zona GEA siguen siendo muy malas, ya que prevalecen las características de sequía en casi toda la región.

Analizando la tendencia para los próximos quince días, se mantiene la necesidad de lluvias extremadamente abundantes para la época del año en Córdoba, con promedios que ya superan los 140 mm para lograr condiciones óptimas en el perfil del suelo. En el resto de GEA las lluvias necesarias para alcanzar niveles adecuados de humedad edáfica se ubican entre 100 y 120 mm.

 

 

 

Extensión GEA: O de Córdoba, N de Santa Fe, Santiago del E. y Chaco

Precipitaciones moderadas sobre el sur de la región pampeana

Finalmente la tercera semana de septiembre superó las expectativas de los pronósticos dejando como saldo precipitaciones moderadas sobre el sur de la región pampeana, que se extendieron durante el fin de semana al centro este Cordobés y en menor grado a los departamentos cercanos a Rosario.  

Después de varias semanas sin aportes de agua de nivel razonable la franja este de Córdoba recibió buenos e inesperados acumulados, entre 15 y 30 milímetros, que superaron las proyecciones de los modelos.

En La pampa y el sudoeste bonaerense las precipitaciones tuvieron su mejor desempeño con registros que, con un piso de 20, superaron los 40 milímetros, aunque en ese caso las previsiones indicaban como probables volúmenes de agua de tal magnitud. Muy distinto fue lo ocurrido en el centro, este y norte de Buenos Aires y en el extremo sur de Santa Fe, donde las lluvias estuvieron prácticamente ausentes.

Las precipitaciones de esta tercera semana del mes fueron muy oportunas sobre el sudoeste bonaerense para mantener el estado de los cultivos de invierno, pero en el caso de Córdoba y Santa Fe el temporario cambio de dinámica pluvial solo puede considerarse un paliativo del estrés térmico ya que, como puede apreciarse en la distribución de las reservas, los niveles de agua en los perfiles prácticamente no tuvieron cambios significativos.

La sequía se mantiene en la casi toda la zona núcleo y, con excepción del  sur de la región pampeana, la mayoría los núcleos de producción agrícola no recibieron ningún tipo de mejora o alivio hídrico.

Es el momento de tomar decisiones y en ese aspecto las imprevistas lluvias del pasado fin de semana pueden convertirse en un factor de controversia. La leve mejora de humedad superficial que tuvieron algunos sectores puede ser una tentación para apurar las siembras pendientes pero, por otro lado, convertirse en una pesadilla si nuevas precipitaciones no sostienen la humedad en el mediano plazo.   

Iniciamos la primavera y con ella el semestre en el cual, históricamente, las lluvias tienen su mejor desempeño, pero seguimos bajo influencia del forzante Niña. Por el momento los pronósticos de corto plazo indican el establecimiento de un importante centro de alta presión sobre el centro del país. Esta característica es sinónimo de tiempo estable, disminución de la cobertura nubosa y ausencia de precipitaciones.

Por otro lado esas mismas condiciones fomentan la circulación del viento norte, favoreciendo el ascenso térmico pero fundamentalmente el aumento de la humedad en las capas bajas de la atmósfera, factor fundamental para que se produzcan precipitaciones.

De la puja entre el desplazamiento del centro de alta presión y la circulación de viento norte dependerá el comportamiento pluvial que presentará el tramo final del mes de septiembre. Aunque, en ese sentido, los modelos numéricos de pronóstico no son demasiado alentadores.