INDICADORES CLIMÁTICOS


Lo que viene, el pronóstico para la semana próxima en la región núcleo

Marcado descenso térmico, riesgo de heladas y precipitaciones muy escasas

La segunda semana del mes de septiembre comienza con un pulso de aire frío que cambiará significativamente las condiciones del tiempo. Venimos de jornadas en las que prevaleció el aire cálido pero la situación cambiará notablemente con el avance de un sistema frontal frío que provocará un marcado descenso térmico en toda la región.

Las precipitaciones serán muy escasas, incluso nulas en la mayor parte del país, y los pocos eventos de lluvia que puedan producirse estarán acotados y muy aislados, además de ser de escaso volumen. El jueves 8 es el único día con condiciones de tiempo inestable, aunque la probabilidad de lluvias será muy baja en la zona GEA.

Las temperaturas, como se mencionó con anterioridad, tendrán un brusco cambio en las próximas jornadas por el avance de una masa de aire frío y seco que provocará un fuerte descenso de los registros, incluso con riesgo de que vuelvan a producirse algunas heladas de variada intensidad.

Durante el fin de semana la rotación del viento al sector norte provocará un ascenso progresivo de las marcas térmicas que se mantendrá hasta el final del período de pronóstico.

La cobertura nubosa será abundante sólo durante la jornada del jueves 8, con cielo parcialmente nublado o incluso mayormente cubierto. El resto de la semana se mantendrá soleado y con escasa nubosidad.

El viento presentará dos momentos bien diferenciados entre sí, la primera parte con circulación del sector sur potenciando el descenso térmico y a partir del fin de semana, hasta el final del período de pronóstico, con viento prevaleciente del sector norte.

El contenido de humedad en las capas bajas de la atmósfera será bajo facilitando que las condiciones se mantengan estables a lo largo de los próximos siete días.

Lo que pasó con el clima en la última semana en la región núcleo

Otra semana sin lluvias

La semana comprendida entre el jueves 1 y el miércoles 7 de septiembre no se registraron precipitaciones sobre la región GEA. Sólo un pequeño sector de la provincia de Santa Fe logró medir 2,2 mm y fue la localidad de Irigoyen.

Las temperaturas se mantuvieron en valores superiores a los promedios para la época del año. Los registros máximos fueron apenas inferiores a los de la semana pasada, con marcas entre 25ºC y 27ºC. El valor más elevado se midió en la localidad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, con una temperatura de 28,2ºC.

Las temperaturas mínimas fueron inferiores a los promedios normales estacionales, pero similares a las del periodo anterior, oscilando entre 0ºC y 3ºC bajo cero. El dato más destacado fue el de la localidad de Monte Buey, en Córdoba, con 3,6ºC bajo cero.

Con lluvias prácticamente nulas a lo largo de la última semana, y la gran variabilidad térmica medida en los últimos siete días, se sigue produciendo un continuo deterioro de los niveles de humedad en toda la zona GEA. Prevalecen las condiciones de sequía en la mayor parte de la región y sólo una pequeña porción del norte de Buenos Aires presenta una situación de humedad escasa.

Analizando la tendencia para los próximos quince días, se mantiene la necesidad de lluvias extremadamente abundantes para la época del año en Córdoba, con promedios que ya superan los 140 mm para lograr condiciones óptimas en el perfil del suelo. En el resto de GEA las lluvias necesarias para alcanzar niveles óptimos de humedad edáfica se incrementaron respecto de las últimas semanas, y ahora se ubican entre 100 y 120 mm.

 

 

Extensión GEA: O de Córdoba, N de Santa Fe, Santiago del E. y Chaco

El invierno 2022 el más seco en 30 años

Las precipitaciones continuaron ausentes sobre la región núcleo y siguen descontando milimetros a la media invernal de lo que ya puede describirse como el invierno mas seco de los últimos 27 años. Como ejemplo podemos tomar el comportamiento que han tenido las lluvias sobre la ciudad de Rosario y alrededores en  la provincia de Santa Fe, donde los milimetros acumulados desde el 21 de junio hasta la fecha ascienden a 4,8. Este es el valor valor mínimo desde 1961 y está muy lejos de los 86 milímetros considerados como promedio estadístico invernal.

Similar fue el comportamiento de las lluvias en casi todas las ciudades que conforman la franja central de la región pampeana. Es necesario retroceder hasta 1995 para encontrar un trimestre tan seco y con reservas de agua en el suelo tan deprimidas y escasas para el arranque de la campaña de granos gruesos.             

El pronunciado déficit que mantiene la zona central del país no es casual. La presencia de tres eventos Niña consecutivos potenció fuertemente la continuidad de meses con valores de precipitación por debajo de los normales, esto sumado a la aparición temprana de temperaturas bajo cero que mantuvieron muy baja la concentración de humedad en la atmósfera, concluyeron en uno de los inviernos más secos de los últimos treinta años.

Estas condiciones de arrastre, sumadas a que las modestas precipitaciones que se produjeron en la transición de agosto a septiembredan como resultado el pobre nivel hídrico que actualmente presentan los perfiles en el núcleo granario del país. La oferta de agua invernal solo benefició a la mesopotamia y el centro este de Buenos Aires.

El estado de los perfiles de los suelos actuales, en la franja oeste, muestran que no fue gratis haber ingresado al trimestre frío con reservas ajustadas y para el resto de la zona núcleo el aporte del invierno fue inexistente. Aquellos sectores que todavía mantienen reservas regulares tienen pocas posibilidades de no caer en sequía durante la primera quincena de septiembre que, según los pronósticos, se presenta tan reticente  como agosto.

Los indicadores de escala planetaria van en el mismo sentido mostrando poco cambio en las anomalías de la temperatura superficial del Pacifico Ecuatorial central y la continuidad, según los modelos de la NOAA, del forzante Niña hasta diciembre 2022.  

Por su parte los mecanismos de escala regional se volverán muy dependientes de los cambios de circulación que proponga la transición invierno - primavera, que es cuando normalmente las masas de aire tropical adquieren mayor presencia. Sin embargo a diferencia del año pasado, este  otoño fue frío y seco y al igual que la primera parte del invierno. Esto provoca una inercia en la circulación que podría hacer que la primera parte de septiembre no tenga un comportamiento atmosférico eficiente para recomponer la oferta de agua, aunque es razonable suponer que durante la segunda parte del mes se desarrollará algún evento con mejor cobertura y volumen.