Guía Estratégica para el Agro

Detalle por Subzonas


SUBZONAS Y RED DE ESTACIONES METEOROLÓGICAS GEA

SUBZONA I

En Cañada de Gómez, la intención de siembra de trigo para la campaña 2025/26 se perfila igual a la del ciclo anterior. “los costos del cultivo son similares a los de campañas previas, sin embargo los márgenes proyectados son bajos a rindes históricos promedio. Mantenemos la esperanza de una futura baja en los derechos de exportación que mejore el escenario económico”, dicen los asesores del area. La siembra está prevista para fines de mayo, con planteos tecnológicos que incluyen aplicaciones de 200 a 250 kg/ha de urea incorporada antes de la siembra y 100 kg/ha de arrancador con micronutrinetes a la siembra. En cuanto a la cosecha gruesa 2024/25, ya está finalizada, y tanto la soja de primera como la de segunda lograron rindes promedio de 42 qq/ha, sobre todo en la zona sur de Cañada. Hacia el norte, los rindes fueron menores.

En Carlos Pellegrini, la intención de siembra de trigo para la campaña 2025/26 muestra un crecimiento, impulsada por las buenas condiciones ambientales y los resultados positivos obtenidos en la campaña anterior. “Aunque los costos actuales del cultivo son superiores a los del año pasado, se proyecta un incremento del 15% en la superficie sembrada”, dicen los técnicos. Y agregan: “si bien los márgenes en campos alquilados continúan siendo negativos, el esquema trigo-soja resulta ampliamente positivo y alienta a los productores a avanzar, especialmente tras los buenos rindes de la soja de segunda”. La siembra de trigo comenzaría a partir del 26 de mayo. En cuanto al manejo nutricional, se prevé una fertilización completa: aplicación de 200 kg/ha de urea al voleo antes de la siembra y 50 kg/ha de arrancador con micronutrientes durante la implantación, con una expectativa de rinde de 35 qq/ha. La cosecha gruesa 2024/25 está finalizada, con rendimientos promedio de 46 qq/ha en soja de primera y 38 qq/ha en soja de segunda.

SUBZONA II

En Bigand se estima un aumento entre el 10 al 15% del área de trigo, respecto a la del año pasado. En cuanto a los costos, los que más preocupan al productor son los servicios de siembra, cosecha y comercialización. “Han aumentado y afecta al costo final de la producción de trigo”, indican los ingenieros. “En cuanto a los fertilizantes, a nivel general no han variado mucho su precio en dólares”, agregan. Aquellos productores que arriendan lotes son los más demorados en la toma de decisión, ya que “el rendimiento de indiferencia para quedar cubierto incluyendo el costo del alquiler, ronda los 40 qq/ha de trigo. Un propietario necesita alrededor de 30 qq/ha de trigo o más para cubrir los costos de producción del cultivo de trigo”, indican. En la zona, si las condiciones climáticas y piso, a partir del  25/05 arranca la siembra de trigo. En cuanto a la fertilización, se viene realizando la aplicación de un arrancador a la siembra, compuesto principalmente por fósforo con algo de nitrógeno, azufre y zinc. La dosis mayor de nitrógeno se aplica principalmente a voleo con urea o chorreado con SolMix, antes de la siembra. Con ello se aspira a un rinde de 45 qq/ha. La cosecha de soja está casi por finalizar. El rinde promedio de la de primera es de 44 qq/ha y la de segunda, de 34 qq/ha.

En Bombal, se estima que la intención de siembra de trigo 2025/26 será levemente superior a la del ciclo anterior. Los costos y márgenes se mantienen en niveles similares a los del año pasado, sin grandes variaciones. “La expectativa de un cambio significativo en el área sembrada está ligada a factores económicos: una eventual disminución o eliminación de los derechos de exportación y una mejora en los precios serían los principales incentivos para expandir la superficie”, dicen los técnicos locales. En cuanto al manejo, la fertilización proyectada incluye 150 kg/ha de fuente nitrogenada incorporada, con una expectativa de rinde de 42 qq/ha. La siembra comenzaría en los próximos días, con buenas condiciones hidricas. En paralelo, la cosecha gruesa muestra un avance importante: el 90% de la soja de primera ya se levantó con rindes de 47 qq/ha, mientras que la soja de segunda alcanza un 85% de avance, con 39 qq/ha en promedio.

SUBZONA III

En el noreste bonaerense, las tareas de cosecha se vieron interrumpidas por las lluvias del fin de semana. En  San Pedro, cayeron entre 4 y 5 milímetros, lo que obligó a detener las máquinas. Ayer (lunes 5) no se cosechó y, según se preveía, la semana podía quedar comprometida. Sin embargo, este martes (6 de mayo) el sol volvió a asomar y algunos productores analizan salir a probar con algunos lotes. “Más allá del parate, la cosecha viene con saldo positivo. En San Pedro, Baradero y Río Tala, los rindes de la soja de primera sorprendieron para bien: promedian entre 30 y 35 qq/ha, con lotes que lograron una recuperación notable tras un ciclo climático angustiante. La soja de segunda se perfila mejor aún, con buena condición general y expectativas de superar los rindes de los lotes de primera”, dicen los tecnicos zonales donde la cosecha de soja tiene un avance general de cosecha superior al 50%, y aún resta levantar cerca del 40% de la soja de segunda. Y por otro lado, de cara a la siembra fina reportan que se registraron compras de fertilizantes e insumos, y hay quienes planean comenzar los barbechos este fin de semana o la semana que viene: “las perspectivas para el trigo son alentadoras. Tras dos campañas de fina muy buenas en el área y con un buen perfil hídrico en los lotes, crece la intención de siembra que ronda el 5 al 10% más respecto al año pasado donde la superficie había sido importante”, aclaran.

SUBZONA IV

En la zona de Junín, la cosecha de soja de primera está prácticamente finalizada, con un avance del 90 al 100%. Los rindes sorprendieron positivamente: el grueso se ubicó en torno a los 45 qq/ha, con lotes que alcanzaron los 50 e incluso superaron los 52 qq/ha en áreas que recibieron lluvias oportunas durante enero. En cambio, hacia el norte del partido, donde las precipitaciones llegaron más tarde, los rindes fueron algo más ajustados, entre 40 y 45 qq/ha. También avanza la cosecha de soja de segunda, con un 30 a 40% ya recolectado. Aquí también se destaca un panorama favorable: prácticamente no hay lotes por debajo de los 20 qq/ha, con un promedio que ronda los 24 a 25 kg/ha. En muchos casos, se obtienen entre 28 y 30 kg/ha, lo cual genera alivio si se recuerda que en enero estos lotes parecían condenados a secarse. De cara a la campaña fina, el trigo empieza a perfilarse con decisiones divididas. En campos propios, donde se sostienen márgenes positivos, se mantendría la rotación: entre un 30 y 35% del área volvería a sembrarse con trigo. En cambio, en campo alquilado, los márgenes están en terreno negativo para el esquema trigo/soja, y la soja de primera también aparece muy ajustada. Solo el maíz temprano, con rindes excelentes, podría ofrecer alguna rentabilidad positiva. Pese a esto, se espera un nivel tecnológico sostenido. Los valores de los fertilizantes son razonables y no se anticipan recortes fuertes en las aplicaciones. Desde el punto de vista agronómico, queda claro que para defender los márgenes en los números, habrá que apostar a paquetes tecnológicos completos. Como resumen los asesores de la zona: “Para que el Excel cierre, hay que meterle tecnología y una buena fertilización; si no, estás gastando plata y te quedás a mitad de camino, y ese es el peor escenario.”

SUBZONA V

En la zona de Corral de Bustos, la cosecha de soja muestra un importante grado de avance. Entre soja de primera y de segunda, ya se ha recolectado entre el 85% y 90% del área implantada. Las buenas condiciones climáticas de los últimos diez días, con predominio de sol, permitieron un gran progreso en los trabajos de trilla. En cuanto al maíz, aún resta recolectar más del 40% del área sembrada. Se estima que en las próximas semanas, de mantenerse el buen tiempo, el ritmo de cosecha será sostenido. Respecto a los planes de siembra de trigo, todo indica que la superficie se mantendría e incluso podría incrementarse levemente en relación al año pasado, cuando ya se había registrado una buena cobertura. En cuanto al nivel de tecnología, se continúa con las prácticas habituales: aplicaciones de mezclas de fertilizantes que incluyen azufre, nitrógeno, fósforo y, en algunos casos, zinc, a razón de 100 a 130 kilos por hectárea como arrancadores. A esto se suma la utilización de urea en dosis que oscilan entre los 250 y 280 kilos, ajustando según los niveles de nitrógeno del lote. “En otras estrategias, algunos productores optan por aplicaciones más simples al voleo—como 150 a 200 kilos de superfosfato simple al voleo— especialmente en campos destinados a soja de segunda luego, donde se busca contener costos sin comprometer demasiado el rendimiento”, explican los asesores.