Commodities

Trigo bajo la mirada de la nueva campaña

Guillermo Rossi

La campaña mundial de trigo atraviesa por sus últimos meses antes de la llegada de la cosecha nueva en el hemisferio norte, encontrándose con los inventarios más bajos desde el ciclo 2008/09. Sin embargo, a diferencia de años anteriores, la caída en la oferta mundial de granos forrajeros ha mantenido el consumo en niveles muy elevados. Es por ello que el 4% de incremento que se espera en la producción mundial para 2013/14 será absorbido casi en su totalidad por la demanda, extendiéndose por algunos años más la delgadez del equilibrio entre oferta y demanda mundial.

Durante los últimos días, el trigo norteamericano recuperó parte del terreno perdido y operó en alza, tras siete semanas consecutivas de tendencia bajista. Los futuros con entrega en mayo cotizantes en Chicago ajustaron el viernes a u$s 265,6/ton, mientras que en Kansas el cierre resultó de u$s 276,1/ton. En términos porcentuales, las ganancias semanales fueron de 3,7 y 2,3%, respectivamente.

El cereal norteamericano se avizora como uno de los más competitivos del mundo hasta mediados de año, favoreciendo un repunte de las exportaciones que ya se observa en el ritmo de embarques. Asimismo, el trigo blando se ha negociado con un descuento mayor a u$s 25/ton sobre el maíz, motivando mayor demanda para alimentación animal. Esta situación motivó un rebote de los precios FOB tras su llegada a u$s 285/ton, el valor más bajo de los últimos ocho meses.

Entre los países interesados en adquirir trigo desde Estados Unidos se destacó Irán, que -pese a las tensiones políticas con el país del Norte- barajó la posibilidad de recomponer sus stocks con embarques por más de 100.000 toneladas. El país de cercano oriente cuenta con una población de 75 millones de habitantes y un consumo anual de 16 millones de toneladas, para el que depende –en parte- de importaciones.

Según el informe de exportaciones semanales del USDA, en la semana que finalizó el 7 de marzo se embarcaron 1.087.040 toneladas de trigo de todas las variedades. Dicho volumen se encontró un 31% por encima de la cifra reportada en la semana anterior y resultó un 55% más elevado de lo que –en promedio- se había exportado durante las últimas cuatro semanas. Hasta el momento, Estados Unidos acumula embarques por 18,7 millones de toneladas y le restan 5,4 millones ya comprometidos para los próximos dos meses y medio.

En tanto, las ventas externas de mercadería de la próxima campaña ya superan el millón de toneladas, aunque se encuentran lejos del récord alcanzado en el año 2008, cuando hacia la primera semana de marzo ya se habían comprometido embarques de trigo nuevo por 2,25 millones de toneladas. El mercado de exportación ya anticipa que Estados Unidos tendrá mayores dificultades luego del ingreso de la cosecha del este europeo.

De cara al ciclo 2013/14, los grandes traders que operan en las terminales del Mar Negro están negociando activamente la llegada de trigo nuevo a Asia central, ofreciendo precios muy competitivos con el objeto de desairar a otros competidores. En Ucrania se espera una gran cosecha –impulsada por un incremento de 900.000 hectáreas en el área sembrada- y un abultado saldo exportable, aunque en Rusia el panorama es algo menos alentador. Los valores FOB en el Black Sea rondan los u$s 265/ton, que se convierten en u$s 300/ton en la condición C&F en los puertos del Cercano Oriente.

En consecuencia, se observa un mercado sostenido por la escasez de inventarios, aunque presionado por la proximidad de la nueva cosecha en el hemisferio norte. Además de la buena condición de los cultivos en Europa, en Estados Unidos el patrón del clima durante la primavera se avizora mucho más benévolo. Esta situación podría favorecer el desarrollo de los cultivos de trigo durante sus últimas etapas y asegurar una abundante cosecha de maíz y granos gruesos, restando demanda de trigo para forraje desde el máximo de 14 años alcanzado durante esta campaña.

Según distintos informes preparados por oficinas estaduales del Servicio Nacional de Estadísticas Agrícolas (NASS) del USDA, la situación de los cultivos norteamericanos ha mejorado durante la semana pasada. Por ejemplo, en Kansas -el mayor estado productor- el 27% de la superficie se encontraba en condición buena o excelente al 10 de marzo. Este guarismo significa una mejora de 3 puntos porcentuales respecto de la proporción reportada en la semana anterior. En Oklahoma y Texas, otros dos distritos relevantes, dicho porcentaje llegaba al 20 y 18%, respectivamente.

En tanto, en nuestro país las perspectivas de cara a la campaña 2013/14 lucen aún muy inciertas. Si bien no abundan fuentes locales que se animen a proyectar un número que refleje las intenciones de siembra, en líneas generales se espera un repunte de la superficie luego del bajón alcanzado durante el año pasado. En parte para ilustrar este sentimiento, el Consejo Internacional de Cereales trabaja con una estimación preliminar para Argentina de 4,5 millones de hectáreas, una suba de 900.000 hectáreas respecto del área sembrada en la campaña 2012/13.

Uno de los factores que podría motorizar un crecimiento de la extensión cultivada con trigo es la política comercial. Si bien el sistema de cupificación de exportaciones continuará vigente a través del otorgamiento de Roe Verde, la liberación anticipada de 5 millones de toneladas –una cifra que supera con creces el saldo exportable de esta campaña- brindará a los exportadores considerable espacio para competir por la mercadería, conduciendo los precios a valores cercanos a los de paridad. Sin embargo, no se vislumbra que dicha apertura permita competencia entre los exportadores y la industria molinera.

La exportación está retirada de la búsqueda de trigo disponible y los pocos valores que se conocen rondan los u$s 220/ton en condiciones Cámara, cifra u$s 20/ton inferior al FAS teórico. Durante los últimos días, la Dirección de Mercados Agrícolas ha publicado un precio de referencia ligeramente por debajo de $ 1.300/ton.

Otro de los motivos por el cual muchos productores podrían volver al trigo surge de los desafíos que implica incursionar en cultivos alternativos, como las legumbres o la cebada. En esta última, los exportadores ofrecieron precios muy atractivos por la particular coyuntura del mercado internacional de granos forrajeros, pero difícilmente se repetirá su interés en la mercadería si el mundo logra recomponer la oferta global de cereales. Además, Argentina cuenta con no más de 3 o 4 destinos posibles para su cebada en cantidades significativas, mientras que las exportaciones de trigo se dirigen a más de 30 destinos diferentes.

Asimismo, los problemas de calidad en la cebada han sido más dramáticos que en trigo, por la falta de desarrollo comercial. La adversidad del clima dejó muchos granos cosechados al margen de los estándares de comercialización, lo que implicó grandes dificultades para los productores que buscaban colocar sus lotes. Aun así, se logró una cosecha récord que rondó los 5 millones de toneladas.

Por último, la cebada cuenta con el riesgo adicional de quedar sujeta a nuevos mecanismos de intervención que alteren las reglas de juego imperantes al momento de la siembra. Este factor, si bien poco tangible, podría contribuir a despertar mayor ánimo en el trigo, un cultivo tradicional que ha perdido mucho terreno y del que cabe esperar que no habrá nuevas políticas tendientes a distorsionar aún más su comercialización.