Economía

La agricultura como generadora de divisas


En repetidas oportunidad se ha mostrado en este Semanario la debilidad intrínseca que caracteriza a la historia de la economía argentina que es la inflación. Desde la creación del sistema monetario en 1881, cuando se estableció el peso moneda nacional equivalente a 1,6125 gramos de oro, el papel moneda se depreció en aproximadamente 35 billones de veces. Esa depreciación de la moneda argentina llevó, en algunos períodos, a la fuga de capitales buscando una moneda más estable.

La moneda más estable, que mencionamos en el párrafo anterior, ha sido generalmente el dólar estadounidense, que tampoco es un dechado de estabilidad. Desde el año 2001 el dólar se deprecio con respecto al euro en alrededor de 77%, a lo que hay que agregar que el peso argentino se depreció con respecto al dólar en 410%, lo que nos dice que con respecto al euro nuestra moneda se depreció desde el 2001 en alrededor de 726%.

La mencionada depreciación sería aún mucho mayor si el sector granario no hiciese el aporte en divisas que realiza anualmente. Para el corriente año, y en base a los precios FOB actuales, las exportaciones granarias estarían en el orden de los 32.000 millones de dólares. Esa oferta de divisas da una mayor estabilidad a la moneda argentina y eso permite una mayor racionalidad en el cálculo económico dentro de nuestro país.

El crecimiento que ha registrado la economía de nuestro país a lo largo de los últimos siete años ha llevado, paulatinamente, a un incremento de las importaciones y, a pesar de las restricciones a las mismas que existen, es probable que este año o el año próximo la cuenta corriente del balance de pagos no presente un saldo superavitario como presentó en los años anteriores. De ocurrir eso, y de mantenerse una fuga de divisas que llega según los balances cambiarios de los últimos años a una cifra entre 11.000 y 15.000 millones de dólares, el Banco Central tendría que afrontar esa salida perdiendo reservas. De hecho, en el primer trimestre del corriente año la fuga de capitales llego a u$s 3.676 millones

Las reservas de divisas del Banco Central no son tan solidas como algunos hacen creer. Según el balance semanal de la entidad al 23 de abril, las mismas ascienden a $ 211.002 millones de pesos, pero a ellas hay que descontarles las cuentas corrientes en otras monedas (encajes del sistema dólar) que llegan a $ 36.352 millones, restando reservas netas por $ 174.650 millones, o su equivalente de u$s 42.825 millones.

Pero todo balance tiene que ser mirado en forma conjunta. Y en el balance del BCRA tenemos un pasivo monetario constituido por la Base Monetaria por $ 169.052 millones y los títulos emitidos por el BCRA (Lebac y Nobac) por $ 99.351 millones. Esos pasivos monetarios llegan a $ 268.403 millones, o su equivalente de u$s 65.814 millones.

Es cierto que en el activo del balance del BCRA figuran títulos públicos por $ 126.372 millones, pero de ese monto las letras intransferibles (con vencimientos desde el 2016 al 2021) suman $ 104.910 millones a lo que hay que agregar un bono consolidado por $ 4.717 millones. Con respecto a los $ 43.730 millones que figuran como adelantos transitorios al gobierno nacional son de difícil devolución en el corto plazo y habría que compensarlos en parte con los depósitos del gobierno nacional por $ 34.763 millones.

A nuestro juicio, la política devaluatoria del peso que llevan a cabo las autoridades del BCRA, a pesar de la crítica de algunos sectores industriales, es prudente, y dentro del equilibrio 'inestable' en la que le tocar vivir, la solución no puede venir de la política monetaria sino que debe venir de la política fiscal, reduciendo paulatinamente el gasto.