Economía

El vuelo del oro


A raíz de la depreciación del dólar estadounidense que se viene produciendo desde hace ya varios años, el oro alcanzó hace quince días atrás los u$s 1.564 la onza para después bajar y cotizarse por debajo de los u$s 1.500. En los últimos días volvió a superar los u$s 1.500 en algunos puntos. ¿A qué se debe este aumento vertiginoso respecto a octubre de 2009 cuando alcanzaba a u$s 1.060?

Si nos remontamos en el tiempo, en agosto de 1971 la onza de oro se cotizaba a 35 dólares. Hasta esa fecha, EE.UU. mantenía la convertibilidad de su moneda (el dólar) con respecto al oro. Esa convertibilidad no era para todos sino exclusivamente para los otros bancos centrales. Ni siquiera los ciudadanos estadounidenses tenían la posibilidad de la mencionada convertibilidad que desde 1933 les estaba prohibido.

El sistema monetario que imperaba en el mundo era de 'patrón cambio oro', dado que los bancos centrales de otros países mantenían en sus reservas papeles verdes, es decir dólares estadounidenses, aunque también podían tener oro.

Un eminente economista francés, Jacques Rueff, ya había denunciado que el sistema de patrón cambio oro había sido el culpable fundamental de la llamada crisis del '30. Cuando el mencionado sistema se reimplantó por el Fondo Monetario Internacional en 1945, Rueff volvió a insistir que este sistema generaría problemas, que EE.UU. perdería oro y que finalmente provocaría inflación. Al término de la segunda guerra mundial EE.UU. poseía alrededor de 20.000 toneladas de oro, las que fue perdiendo paulatinamente hasta llegar hacia 1970 a alrededor de 10.000 toneladas.

En 1968, por un corto período, la moneda estadounidense se declaró inconvertible en otras monedas europeas y, a pesar del intento de restablecer la confianza de la misma, poco tiempo después se asistió, como mencionamos más arriba, a la inconvertibilidad legal con el oro dispuesta por el Presidente Nixon en agosto de 1971.

A posteriori, el dólar se ha ido depreciando con respecto al oro, aunque hubo épocas en las que ventas conjuntas de oro por el Tesoro estadounidense y el FMI lograron hacer bajar la cotización del metal. Sin embargo, en los últimos tiempos el oro registró una importante suba y en los últimos días alcanzó la cotización mencionada más arriba.

La cantidad de oro que se ha extraído desde la antigüedad hasta el año 2009 asciende a alrededor de 165.000 toneladas, lo que se podría representar como un cubo de 21 metros de arista. De ese total, la cantidad de oro en manos de los distintos bancos centrales asciende a alrededor de 30.000 toneladas. El resto (alrededor de 135.000 toneladas) está representado por joyas, retablos y otros usos industriales. La producción mundial de oro ha sido de 2.400 a 2.500 toneladas en los últimos años, siendo China el principal productor, con alrededor del 11%, seguido por Australia, Estados Unidos, Sudáfrica y Rusia.

A diciembre del año pasado (2010) las reservas de oro de los principales países del mundo eran las siguientes:

a)EE.UU. tenía 8.133,5 toneladas.

b)Alemania tenía 3.401,8 toneladas.

c)FMI tenía 2.846,7 toneladas.

d)Italia tenía 2.451,8 toneladas.

e)Francia tenía 2.435,4 toneladas.

f)China tenía 1.054,1 toneladas.

g)Suiza tenía 1.040,1 toneladas.

h)Rusia tenía 775,2 toneladas.

i)Japón tenía 765,2 toneladas.

j)Holanda tenía 612,5 toneladas.

k)India tenía 557,7 toneladas.

l)ECB tenía 501,4 toneladas.

m)Taiwán tenía 423,6 toneladas.

n)Portugal tenía 382,5 toneladas.

o)Venezuela tenía 363,9 toneladas.

p)Arabia Saudita tenía 322,9 toneladas.

q)Reino Unido tenía 310,3 toneladas.

r) Irán tenía 300 toneladas.

s)Líbano tenía 286,8 toneladas

t)España tenía 281,6 toneladas.

u)Austria tenía 280 toneladas.

v)Bélgica tenía 227,5 toneladas.

El resto por 2.808 toneladas se reparte entre 87 países. Entre esos países, se ubica Argentina con un stock de 54,7 toneladas.

¿Qué nos está indicando la mencionada apreciación del oro? ¿Qué marchamos hacia un sistema de patrón oro?

Nada de eso. Según nuestra interpretación, esta rápida suba de la cotización del oro nos está indicando los serios problemas que presenta el sistema monetario internacional. Es cierto que la mayor parte de las transacciones del comercio internacional (60 a 70%) se realizan mediante la moneda estadounidense pero, de todas maneras, la misma no inspira confianza y los precios de las materias primas internacionales mal informan la relativa escasez de las mismas. Salimos de una crisis como la del 2008-2009 y nuevamente los índices bursátiles, el petróleo y otras materias primas comenzaron a oscilar a la suba y a la baja, pero no sabemos en qué momento volveremos a tener problemas.

La materia prima número uno del mundo, el petróleo, también refleja la fuerte volatilidad. De haber registrado tiempo atrás una cotización cercana a los 150 dólares el barril, cayó luego hasta casi 30 dólares, y nuevamente se encuentra ahora en alrededor de 100 dólares. En un artículo publicado recientemente en este Semanario se mostraban las proyecciones del FMI sobre el incremento futuro de las cotizaciones. De hecho, si es verdad que la cotización del petróleo seguirá oscilando, la tendencia en el mediano y largo plazo es de un progresivo aumento. Las reservas mundiales de petróleo se estiman, en estos momentos, para 40 años aproximadamente, pero el consumo actual de 31.025 millones de barriles por año se irá incrementando, de ahí que de no producirse nuevos e importantes descubrimientos, esos cuarenta años tenderán a la mitad.

Si el dólar, metro patrón utilizado para medir la mayor parte de las transacciones económicas y contracara de aquella volatilidad en el oro y el petróleo, se estira y contrae como lo está haciendo, no cabe la menor duda que pierden vigencia cada vez más las transacciones e inversiones de largo plazo, para reducirse la mayor parte de ellas al corto plazo.

Es cierto que la relación entre el dólar estadounidense y el yuan chino permaneció durante un tiempo en una paridad casi fija y esto compensó lo que pasaba en otras latitudes, pero esa relación empezó a cambiar últimamente. En el último año se pasó de una relación de 6,7 yuanes por dólar a una relación de 6,49 yuanes por dólar. De todas maneras, esta relación no satisface al gobierno estadounidense que reclama que la paridad se acerque a 4,5 yuanes por dólar, paridad que no creemos que se logre ni siguiera en el mediano plazo.