Commodities

El trigo cae por quinta semana seguida

Guillermo Rossi

Los futuros de trigo cotizantes en los mercados externos cerraron la semana con bajas por quinta vez consecutiva, presionados por la llegada de mejores condiciones climáticas a las regiones productoras de Estados Unidos. En la rueda del viernes, los contratos con entrega en marzo ajustaron a u$s 262,7/ton en CBOT y 275,5/ton en KCBOT.

En el centro y sur del estado de Kansas -una región productora clave- cayeron más de 30 cm. de nieve durante el día jueves, conduciendo a los precios a su nivel más bajo de los últimos ocho meses. No obstante, pese a este alivio climático, las principales regiones productoras continúan exhibiendo condiciones de sequía, según se observa en el Drought Monitor que actualiza semanalmente la Universidad de Nebraska-Lincoln.

La caída de las cotizaciones fortaleció la competitividad de Estados Unidos y despertó el interés de los grandes importadores. A mediados de la semana Egipto anunció los resultados de su última licitación, en la que adquirió 60.000 toneladas de trigo blando de Estados Unidos a un precio de u$s 296,75/ton, afrontando costos de flete por u$s 28,85/ton. La operación significó la segunda compra de trigo norteamericano durante el corriente mes que realiza aquel país.

Por su parte, China fue otro de los protagonistas de la semana en el comercio mundial del cereal. Dado que las bajas temperaturas amenazan con afectar el resultado de su cosecha, los precios domésticos treparon hasta niveles que hacen atractiva la importación. En el puerto de Shenzhen, al sur del país, el cereal de alta calidad se vende a u$s 440/ton al mercado interno, mucho más que los u$s 330-380 por tonelada -dependiendo de la calidad buscada- que pagan los molinos para traer trigo desde Estados Unidos. En el golfo de México los valores FOB rondan los u$s 300/ton para trigo blando y u$s 330/ton para trigo duro.

Asimismo, el gigante asiático concretó importaciones por 400.000 toneladas de mercadería australiana y 100.000 toneladas procedentes de Canadá. Esta gran reaparición en el mercado importador hace pensar en un crecimiento interanual de sus compras, aunque todo dependerá del lobby que puedan hacer los demandantes locales frente a las autoridades gubernamentales, que determinaron una cuota de importación de 9,6 millones de toneladas para este año. El 90% de ese cupo se otorga a empresas estatales.

Frente a este contexto comercial, las exportaciones de Estados crecieron un 7% en la última semana y totalizaron 755.857 toneladas, cifra por encima de lo anticipado por los operadores del mercado de Chicago. Se trata del volumen más significativo de ventas al exterior en lo que ha transcurrido de 2013. Las existencias en Estados Unidos siguen siendo abundantes y durante los próximos meses será el mayor abastecedor mundial. En cambio, gran incertidumbre se plantea para la próxima campaña, donde esta variable posiblemente se ajuste a la baja.

De acuerdo a los resultados definitivos del tradicional Foro anual del Departamento de Agricultura norteamericano (USDA), en la campaña 2013/14 la producción caería un 7,5% hasta 57,2 millones de toneladas. El reacomodamiento de la oferta mundial implicará un descenso de las exportaciones hasta 25,9 millones de toneladas, mientras que al cierre del ciclo los inventarios llegarían a 17,4 millones. La relación stock/uso rondaría el 28%, siendo la más baja de los últimos 6 años.

Por su parte, el Consejo Internacional de Cereales sostuvo recientemente que la producción mundial del próximo ciclo crecerá un 4% desde las 656 millones de toneladas cosechadas este año. No obstante, el informe del organismo aclaró que buena parte de la mayor producción será absorbida por el incremento esperado en la demanda, por lo que se avizora difícil recomponer rápidamente la disponibilidad de existencias.

En cuanto a la acción del mercado local, durante la presente semana se conocieron pocas novedades. Hasta el momento ya se han negociado dos tercios de la última cosecha y sólo quedan algo menos de cuatro millones de toneladas por vender. El ritmo de negocios permanecerá muy lento durante los próximos meses, mientras que la comercialización de la cosecha 2013/14 no comenzará hasta que se definan nuevas reglas de juego.

Desde el mes de diciembre, la exportación ha comprado trigo a razón de 30.000 toneladas semanales. En los últimos días, sólo un comprador se mostró interesado en realizar operaciones en el recinto de esta Bolsa, pagando entre u$s 225 y 230/ton con entrega entre marzo y abril en Punta Alvear. Sin embargo, logró adquirir poco volumen.

Por su parte, los molinos continúan comprando cerca de 100.000 toneladas semanales. En la zona de Rosario el cereal en condición cámara ronda los $ 1.100/ton, aunque muchas de las partidas negociadas no reúnen el grado 2 en el estándar de comercialización y consecuentemente sufren rebajas. El FAS teórico del Ministerio de Agricultura ya supera los $ 1.300/ton.

Llegando al primer trimestre de la campaña, se estiman embarques por 2,2 millones de toneladas y molienda en torno a 1,5 millones. Tomando una oferta total cercana a 10 millones de toneladas entre cosecha e inventario inicial, quedarían en Argentina menos de 6,5 millones de toneladas de existencia física a finales de febrero. La caída interanual se acerca al 35%, puesto que las cifras del Sistema Integrado de Información Agropecuaria (SIIA) plantean que al 29 de febrero del año pasado quedaban 9,75 millones de toneladas en plantas de acopio, industrias y depósitos portuarios.

Según el informe mensual de estimaciones del Ministerio de Agricultura, la cosecha 2012/13 cerró con una producción de 9,4 millones de toneladas. La superficie implantada resultó de 3,28 millones de hectáreas, obteniéndose un rinde promedio nacional de 28,6 qq/ha. Si bien en los últimos años dicha estadística ha estado ligeramente subestimada, en la presente ocasión se trata de un número muy coincidente con los datos que manejan fuentes privadas.

El Ministerio proyecta exportaciones por cuatro millones de toneladas y molienda doméstica por 6,1 millones, quedando un stock remanente de apenas 300.000 toneladas al final del ciclo. Cabe tener en cuenta que dichos guarismos parten del supuesto de que el remanente del último año asciende a 1,6 millones de toneladas, cifra que parece exagerada a la luz de los severos problemas para abastecerse que tenían los compradores locales durante los últimos tramos de la campaña pasada.

En el presente año el consumo se ajustará con fuerza, esperándose que caigan drásticamente las exportaciones tanto de grano como de harina. Debe recordarse que durante el año 2012 Argentina embarcó 11 millones de toneladas de trigo y cerca de 900.000 toneladas de harina.