Desde hace dos años las autoridades del gobierno nacional buscaron la pesificación de la economía argentina. Para lograrlo restringieron al dólar estadounidense la posibilidad de actuar como un medio de cambio en la economía del nuestro país. Al mismo tiempo, comenzó a funcionar un dólar paralelo que se fue alejando del valor del dólar oficial, llegando a una diferencia de 100 % en los últimos días.

Como expresamos en el Semanario anterior, la economía argentina se ha ido desmonetizando. Esto se debe a que el dólar era un participante importante en la estructura monetaria de nuestro país. Probablemente, alrededor de un 50% de esa estructura (u$s 50.000 millones por $ 5 = $ 250.000 millones, aproximado a la cantidad de moneda local).

A pesar que los agregados monetarios en pesos crecen a casi el 34% en términos anuales, no se logra revertir el estancamiento que ya lleva alrededor de un año y medio. Hay sectores de la economía, por ejemplo el inmobiliario, que ha registrado una fuerte contracción.

Ante este panorama, el gobierno anunció un nuevo plan que busca en las tenencias en dólares del público un medio para movilizar la economía. Partiendo de una estimación de tenencias dentro del país de u$s 50.000 millones, se han creado un bono y un certificado  que buscan atraer parte de esa tenencias para rehabilitar el funcionamiento de YPF y el mercado inmobiliario.

No interesa el origen de esos dólares, que pueden estar viniendo del circuito negro, y más aún, en el caso del bono se le reditúa con un 4% anual. Los dólares captados se devolverían en el año 2016.

Más allá del resultado que se pueda lograr con este blanqueo, no existen dudas que las nuevas medidas dejan de lado, por ahora, el proceso de pesificación de la economía que se busco a partir del cepo cambiario de hace casi dos años.