Con los mayores costos de insumos y el esquema de retenciones vigente, se redujeron los márgenes para la producción de maíz y trigo.

El estado de ánimo en el sector hace que el impulso por aumentar la productividad sea menor y se haya generado una fuerte incertidumbre en la intención de siembra. Estos factores son contrarrestados, sin embargo, por dos hechos no menores: la necesidad de continuar con la actividad económica y la elevada valoración de los productores por la rotación de cultivos.

Los fuertes ajustes en los costos de fertilizantes se suman a la incertidumbre por el precio a recibir, bajo el sistema vigente de retenciones móviles. El traslado se verá en distintos ajustes en la participación de los cereales en la rotación. En trigo las reacciones son variadas. Hay zonas en las que el ajuste negativo respecto del ciclo anterior no deja margen para mermas significativas. Y otras en las que la disminución la “pintan” como importantísima.

No es menor el tema de la falta de agua. Siguen ausentes las típicas recargas de otoño. Las distintas zonas muestran una posición de intención de siembra diferente según su diferencial régimen de precipitaciones y capacidad de retención de suelos. Por ejemplo, en Pergamino, con 20 mm se puede encarar la siembra de trigo, pero en otros lugares el mayor riesgo climático impediría la implantación con esos mismos 20 mm.

Reserva de agua en pradera permanente al 08/05/2008 Seleccione la imagen para ampliarla