Indicadores Climáticos
Lo que viene, el pronóstico para la semana próxima en la región núcleo
Mal tiempo a partir de la noche del sábado
Hay probabilidad de chaparrones y tormentas aisladas a partir del sábado 22. Se espera que las lluvias se generalicen el domingo y la inestabilidad persista hasta el miércoles (26/3).
El periodo comprendido entre el jueves 20 y el miércoles 26 de marzo presentará dos momentos bien definidos, uno con buenas condiciones meteorológicas y otro lluvioso. Desde el jueves 20 hasta la tarde/noche del sábado 22 predominará la estabilidad y buenas condiciones meteorológicas. A partir de ese momento se esperan chaparrones y tormentas aisladas e intermitentes que, con mejoramientos temporarios, se irán generalizando durante el domingo 23. La inestabilidad persistirá hasta el final del periodo de pronóstico. Cabe destacar que la confianza del pronóstico es moderada a partir del martes 25 de marzo.
Las temperaturas evolucionaran en un paulatino ascenso con máximas que alcanzarán los 30 a 32°C el sábado 22. Luego, los valores descenderán en forma generalizada a registros entre 19 y 23°C. Las térmicas se recuperarían hacia el final del periodo de pronóstico.
Las temperaturas mínimas tendrán el mismo comportamiento que las máximas y los valores más bajos alcanzarían los 10 a 16°C.
Lo que pasó con el clima en la última semana en la región núcleo
Entre 2 y 14 mm sobre la región: las reservas se mantienen entre adecuadas y óptimas
La semana comprendida entre el jueves 13 y el miércoles 19 de marzo se registraron precipitaciones muy variadas tanto en volumen como en distribución. La zona de lluvias abarcó el norte y sudeste de la zona GEA con valores que oscilaron entre 2 y 14 mm. Puntualmente el sector noreste recibió los montos más altos que rondaron de 12 a 14 mm. El registro más elevado del periodo fue 14 mm, y se midió en las localidades de Clason y Montes de Oca, ambas en Santa Fe.
Las temperaturas máximas fueron elevadas, entre los 33 y 35°C y el valor más alto, 34,6°C, se midió en la localidad de Laboulaye, en Córdoba. Las temperaturas mínimas fueron bajas y variaron entre los 7 y 12°C en forma generalizada. El registro más bajo del periodo, 6,9°C, se midió en la localidad de Junín, Buenos Aires.
Con este panorama, las reservas de agua en el suelo disminuyeron respecto a la semana pasada, pero se mantienen entre adecuadas y optimas, con un núcleo localizado en el sector noreste donde son abundantes.
Con las actuales condiciones, en los próximos quince días se requieren alrededor de 20 mm en el oeste y este de la zona GEA, mientras que en el sector central no es necesaria la ocurrencia de precipitaciones para alcanzar as condiciones de humedad óptimas.
Extensión GEA: O de Córdoba, N de Santa Fe, Santiago del E. y Chaco
A pesar de la “Niña”, el verano cerró con valores de precipitaciones dentro o sobre la media
Culmina un verano que arrancó muy adverso para los cultivos implantados, pero que tuvo un cambio de rumbo en el final. Aunque más tarde que temprano, se recompuso la actividad pluvial a valores más propios de la temporada estival.
Recién iniciado el verano, el patrón de circulación atmosférica experimentó un cambio a nivel regional que dificultó el transporte de humedad hacia la región pampeana, provocando una retracción pluvial que se volvió más persistente con el avance de las semanas.
El primer tercio del verano estuvo caracterizado por un marcado déficit de lluvias que se extendió prácticamente a todo el país. En ese periodo solo el noroeste cordobés y parte del sur del NOA recibieron precipitaciones dentro de las medias estacionales.
El resultado de esta fuerte retracción de las precipitaciones fue una contundente merma de las reservas de agua en el suelo que extendieron la condición de sequía prácticamente al 75% de la región pampeana.
A partir de la segunda década de enero el flujo de aire tropical que se encontraba bloqueado desde inicios del verano comenzó a ingresar hacia el centro de la región pampeana.
La zona núcleo fue la primera en recibir el alivio de precipitaciones con recurrencia semanal y volumen significativo. Esto cambió radicalmente el estado de las reservas de humedad en el suelo. Con el correr de febrero, el aire cálido y húmedo de origen tropical aumentó su presencia en la totalidad de la región pampeana acompañado por temperaturas inusualmente elevadas y un recurrente ingreso de sistemas frontales que favorecieron el desarrollo de tormentas intensas. En algunos casos fueron muy severas, con acumulados muy por encima de la media, alcanzando a todas las regiones afectadas por la escasez hídrica.
Esta misma dinámica atmosférica se mantuvo en marzo. A la fecha, ya prácticamente en el cambio estacional, las precipitaciones del verano 2024/25 finalmente alcanzaron valores dentro o sobre la media. Esto permitió una gran recomposición de los perfiles de toda la región pampeana. Algunos sectores sufrieron, o todavía sufren, excesos de agua producto de la intensidad de algunos eventos. Pero el cambio experimentado por el régimen pluvial durante la segunda mitad de la estación salvó la campaña de granos gruesos 2024/25.
El comportamiento ha sido el opuesto en parte del NEA, particularmente en Chaco y Santiago del Estero. Allí, el patrón seco predomina desde hace mucho tiempo de manera persistente e inusual. Ni siquiera han recibido parte del alivio proporcionado al centro del país por la circulación húmeda del noreste.
“La Niña” se mantuvo presente como enfriamiento oceánico desde la primavera y solo en parte del verano potenció el patrón deficitario sobre el centro del país, aunque hay que destacar que no fue el factor preponderante de la sequía. En cambio, en Chaco y Santiago del Estero, este condicionante planetario mostró su efecto más adverso, potenciando largos periodos con altísimas temperaturas y ausencia prolongada de precipitaciones.