INDICADORES CLIMÁTICOS


Lo que viene, el pronóstico para la semana próxima en la región núcleo

Nuevas lluvias para la región

Se espera que el viernes a la madrugada las lluvias se extiendan desde el sur de GEA. Entre domingo y lunes regresa una nueva inestabilidad con lluvias débiles e intermitentes.

A partir de la madrugada del viernes 31 de marzo, algunas precipitaciones comenzarán a afectar el sur de  la zona GEA para luego extenderse al resto de la región. Después de un corto periodo de buen tiempo la inestabilidad regresa, entre la noche del domingo y madrugada del lunes 3 de abril, sobre el norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba favoreciendo la ocurrencia de lluvias débiles e intermitentes.

Las temperaturas serán acordes a las normales estacionales, con un leve descenso de los valores máximos a partir del viernes, que se ubicarán por debajo de los 20°C en el sur de la zona GEA y entre 20 y 22°C en el resto del área. Con el correr de los días los registros comenzarán a ascender nuevamente alcanzando marcas cercanas a 30°C hacia el fin del periodo de pronóstico.

La evolución de las temperaturas mínimas será similar, con un descenso a partir del viernes, principalmente en el noroeste de Buenos Aires y sudeste de Córdoba. Esto se debe a la irrupción de una masa de aire frío que afectará a la zona GEA, principalmente durante el sábado 1 de abril. Los valores más bajos de temperatura mínima se centrarán en el sector sur y los mismos oscilarán entre los 4 y 6°C. Esta masa de aire frio afectará la región durante el fin de semana y luego los valores comenzarán a ascender paulatinamente.

Cabe destacar que una vez que el sistema frontal frio se desplace hacia el noreste, además de las precipitaciones, se espera la rotación del viento al sector sudoeste y una intensificación de su velocidad generando condiciones ventosas en forma generalizada sobre el área GEA.

Lo que pasó con el clima en la última semana en la región núcleo

Los mayores acumulados, en el noroeste de Buenos Aires y sudeste de Santa Fe

El registro más alto del periodo, 76 mm, se midió en la localidad de Gral. Villegas, Buenos Aires

En Santa Fe, las localidades de Álvarez y Rosario registraron 53.2 y 52 mm, respectivamente. En el resto del área GEA los valores oscilaron entre 5 y 30 mm distribuidos en forma muy heterogénea.

Las temperaturas máximas del periodo fueron acordes a las normales estacionales, con valores entre los 28 y los 30°C. Los registros más elevados se ubicaron en el centro de la zona GEA, mientras que en el oeste las marcas fueron levemente más bajas. El registro extremo fue el de Lincoln, en Buenos Aires, con 31.3°C, seguido por Godeken y María Teresa donde el termómetro alcanzó los 31.2°C. Las temperaturas mínimas fueron más bajas en el sur de la zona GEA, en ese sector Junín y Chacabuco midieron valores de 7.6 y 8°C respectivamente. En el resto de la región, fundamentalmente en gran parte del sector norte, los valores oscilaron entre 10 y 14°C.

Con este panorama, y gracias a los acumulados de precipitación recibidos durante esta semana, continuó la recarga de los perfiles en el oeste de la zona GEA, donde la humedad del suelo amplió el área con reservas optimas y abundantes. El norte de la región también mejoró, aunque más levemente, pasando de sequía a reserva de agua útil escasa. En el sur de Santa Fe y en noreste de Buenos Aires persisten las condiciones de sequía, debido principalmente al menor volumen de las precipitaciones recibidas.

Con estas condiciones de humedad edáfica, en Santa Fe, noreste de Buenos Aires y este de Córdoba se requieren, en los próximos quince días, acumulados de lluvia entre los 80 y 120 mm para alcanzar el estado óptimo de las reservas, mientras que en el oeste del área GEA estos valores se reducen a acumulados entre 0 a 60 mm.

 

Extensión GEA: O de Córdoba, N de Santa Fe, Santiago del E. y Chaco

Precipitaciones recurrentes en los primeros 10 días de abril

La última semana de marzo sostuvo el marcado cambio de ambiente que se estableció durante la transición entre quincenas.

Lugo de quince días con temperaturas otoñales y precipitaciones dentro de los valores medios estacionales, incluso con una adecuada recurrencia, podemos considerar concluido un periodo de sequía y altas temperaturas de los más prolongados en los últimos 60 años.  

Con un rotundo cambio en la circulación y mayor eficiencia de los sistemas precipitantes, las lluvias de marzo tuvieron una distribución bastante generalizada y homogénea sobre la mayor parte de la región pampeana.

Con excepción del centro norte y noreste de Buenos Aires, donde los registros acumulados no fueron tan generosos, el agua se distribuyó en forma de lluvias y tormentas, algunas localmente intensas, permitiendo alcanzar, y en algunos casos superar, los valores medios estadísticos del mes. 

 

Sin lugar a dudas el sudeste bonaerense, el oeste Cordobés y la franja central de Santa Fe y Entre Ríos fueron las regiones pluvialmente más favorecidas y eso se refleja directamente en los actuales niveles de disponibilidad hídrica.

Las reservas de agua útil muestran zonas donde las condiciones de sequía experimentaron retrocesos bastante significativos, como no se veía hace meses aunque, debido al déficit acumulado durante tres años, todavía es muy pronto para hablar de recuperaciones consistentes.

Los pronósticos de corto y mediano plazo muestran una continuidad de las condiciones atmosféricas favorables para que se produzcan algunas precipitaciones recurrentes en la primera década de abril.

Considerando el cambio de escenario que plantea el inicio del otoño, las lluvias recibidas hasta el momento, los requerimientos en milímetros para lograr humedad óptima durante abril y los valores normales de lluvia que provee el cuarto mes del año, es lógico proyectar como muy probable que lleguemos a mediados del otoño con reservas de agua adecuadas, en el primer metro del suelo, como para planificar la fina 2023/24.     

Por supuesto con una mayor incertidumbre en aquellos sectores que recibieron un aporte acumulado de agua por debajo de la media. De todos modos la probabilidad aumenta si tenemos en cuenta que, para los análisis, las reservas de agua útil se calculan usando niveles de perfil teóricos ideales pero, en el trabajo de los campos cultivables, las buenas prácticas agrícolas generalmente se basan en niveles de agua, de mínima, sensiblemente inferiores a los teóricos para tomar las decisiones de implantación.