Commodities

Se ralentiza el crecimiento de la producción, el consumo y el comercio de los principales productos agrícolas

Belén Maldonado – Emilce Terré
Según la OCDE y la FAO, se proyecta un crecimiento más lento de la producción, el consumo y el comercio de productos agrícolas para la próxima década. Los precios caerían bruscamente en los próximos años, y retomarían su tendencia de largo plazo.

 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) emitieron en forma conjunta, como todos los años, un informe sobre las Perspectivas Agrícolas para la próxima década 2023-2032. El mismo ofrece una evaluación de las proyecciones para los mercados de productos agrícolas, ganadería y pesca, tanto regional como mundial, y sirve como referencia para el análisis y la planificación de políticas orientadas hacia el futuro.

Es importante mencionar que el informe utiliza el modelo económico denominado Aglink-Cosimo. Este es un modelo recursivo y dinámico de equilibrio parcial utilizado para simular la evolución de los balances anuales de mercado y los precios de las principales commodities agrícolas producidas, consumidas y comercializadas en todo el mundo.

En cuanto a las proyecciones de precios, resulta importante aclarar que las mismas son el resultado de la interacción de factores fundamentales de oferta y demanda bajo supuestos climáticos, macroeconómicos y de política normales. Aunque se basan en la mejor información disponible, existe un grado inevitable de incertidumbre relacionado con las proyecciones y los supuestos subyacentes.

La siguiente nota resume y destaca las proyecciones más importantes del último informe publicado en Julio de este año.

•    El informe prevé un crecimiento en el consumo mundial de productos agrícolas por debajo de la década previa, debido a una menor tasa de crecimiento de la población y del PIB mundial.

Durante los próximos 10 años, el crecimiento demográfico se presenta como el principal factor determinante de la demanda de alimentos a nivel mundial, impulsado sobre todo por las crecientes necesidades de consumo de la población en aumento del África subsahariana, la India y la región de Medio Oriente y Norte de África. No obstante, debido a una ralentización de la tasa de crecimiento de la población y del PIB mundial, se espera que el consumo global de productos agrícolas crezca con menor intensidad que en la década previa.

La alimentación sigue siendo el uso principal de los productos agrícolas básicos, y actualmente representa el 49% de las cantidades consumidas a nivel mundial. En este sentido, el informe estima que el consumo mundial de alimentos aumentaría un 15% durante la próxima década, un ritmo más lento que el de la década anterior. Se destaca una gran caída en la tasa de crecimiento de la demanda global de cereales, el alimento básico más importante, principalmente porque el consumo humano directo per cápita de la mayoría de los cereales se acerca a niveles de saturación.

Por su parte, en las últimas décadas han ganado importancia los usos como forraje y aplicaciones industriales, representando el 26% y el 8% del consumo total de cultivos agrícolas, respectivamente. La demanda de forraje depende de dos factores: el número de animales de cría y el consumo de forraje por animal. A tal efecto, el informe destaca una rápida expansión e intensificación en la producción ganadera de los países de ingresos bajos y medios, como Filipinas, Pakistán y Tailandia, lo que se traducirá en un rápido crecimiento de la demanda de forraje durante la próxima década. Por el contrario, en los países de renta alta y en algunos de renta media-alta, se espera que el menor crecimiento de la producción ganadera y la mejora de la eficiencia alimentaria se traduzcan en un crecimiento más lento de la demanda de forrajes en comparación con la última década.

En cuanto a la demanda de productos agrícolas para aplicaciones industriales, se destacan los biocombustibles como principal uso industrial. Se prevé que el uso mundial de biocombustibles siga aumentando considerablemente, impulsado principalmente por la demanda adicional de biocombustibles en los países de ingresos medios, donde se están aplicando tasas de corte más elevadas, apoyadas por subvenciones a la producción nacional y al uso de combustibles mezclados. Los productos básicos agrícolas también se utilizan como materia prima para otras aplicaciones industriales, como en las industrias de materiales (plástico, ropa, pintura), bioquímica y biofarmacéutica. Estos usos han adquirido cada vez más protagonismo en los últimos años y se espera que ganen importancia en términos absolutos.

•    La producción mundial de cultivos, ganadería y pesca crecería a un ritmo más lento por menores rendimientos brutos.

Con respecto a la producción mundial de cultivos, ganadería y pesca, el informe estima un crecimiento de 1,1% interanual, un ritmo más lento que en décadas anteriores. Este menor ritmo de crecimiento se debe a un debilitamiento de los rendimientos brutos previstos para los productores, tanto por las ventas como por la evolución de los costos.

En conjunto, se prevé que la producción agrícola crezca un poco más que la ganadera, con un crecimiento de 1,2% anual. El mismo se verá impulsado principalmente por un aumento de la productividad más que por un aumento del uso de la tierra. En este sentido, se prevé que las mejoras en el rendimiento representen el 79% del crecimiento de la producción mundial de cultivos, la expansión de las tierras de cultivo el 15% y la mayor intensidad de los cultivos el 6% durante el periodo bajo análisis.

De forma similar a las tendencias en la producción agrícola, se espera un aumento de 1,1% anual en la próxima década en la producción ganadera y pesquera, casi la mitad que en la década anterior. Con respecto a la ganadería, se estima un crecimiento total del 10% en el período proyectado, como resultado de las mejoras en la productividad por animal derivadas de una gestión más eficiente del ganado y una mayor intensidad forrajera. El sector lácteo seguiría siendo el de más rápida expansión, con un aumento previsto de la producción mundial de leche del 17%. Por su parte, la producción pesquera mundial crecería un 12% en total. Este crecimiento se muestra más lento que durante la década anterior como consecuencia del impacto de los cambios políticos en China hacia una pesca más sostenible, los mayores costos de los insumos de combustible y la suposición de que 2024, 2028 y 2032 serán años de El Niño que se traducirán en una menor producción, principalmente en América Latina y el Caribe.

•    Se espera que el crecimiento del comercio de maíz, soja y trigo experimente la mayor caída dentro de los productos agrícolas.

Se prevé que el comercio de productos agrícolas primarios y procesados crezca en paralelo a la producción durante la próxima década. No obstante, según el informe, el comercio de productos básicos agrícolas crecería un 1% anual, lo que supone aproximadamente un tercio de la tasa de los últimos diez años. Esta ralentización se debe al debilitamiento previsto de los principales motores históricos de la demanda mundial de productos básicos objeto de comercio, como la menor demanda por parte de China y otros países de renta media. Dada su participación en los volúmenes totales comerciados, el maíz, la soja y el trigo fueron los que más contribuyeron al crecimiento global del comercio agroalimentario de la última década, y se espera que estos productos experimenten la mayor caída en el crecimiento del comercio durante el período bajo análisis.

En cuanto a la concentración del comercio, los cinco mayores países exportadores representan generalmente el 70% o más del volumen mundial de exportaciones de las commodities incluidas en el informe, una tendencia que se espera que continúe durante la próxima década. En el caso del trigo, entre los mayores exportadores se encuentran Rusia, la Unión Europea, Australia, Canadá y Estados Unidos. En cuanto al maíz, se destacan como principales exportadores Brasil, Estados Unidos, Ucrania, Argentina y Rusia. Respecto a la soja, se distinguen Brasil, Estados Unidos, Paraguay, Canadá y Argentina, que superaron el 96% en del volumen mundial de exportaciones en 2020-22.

Esta elevada participación de los principales países exportadores en el comercio corre el riesgo de tener importantes repercusiones en los mercados mundiales si las exportaciones se interrumpen debido a perturbaciones adversas de la producción como malas cosechas, cambios de política en los principales países exportadores o conflictos. Estas interrupciones podrían afectar los precios y la disponibilidad de los productos básicos agrícolas, con implicaciones para la seguridad alimentaria mundial.

•    El informe estima menores precios de los productos básicos agrícolas durante la próxima década.

Durante los últimos dos años, se ha experimentado una subida en los precios de los insumos agrícolas que ha causado preocupación por la seguridad alimentaria mundial, ya que estos aumentos podrían traducirse en una subida del precio de los alimentos. De hecho, los precios reales actuales para la mayoría de los productos básicos agrícolas continúan altos en comparación histórica, pero comenzaron a caer en 2022 y se espera que continúen bajando durante los próximos años, retomando a su nivel de tendencia proyectado a largo plazo.

Muchos precios reales de productos básicos agrícolas aumentaron sustancialmente en 2020 y 2021, y aumentaron o se mantuvieron altos en 2022. Esto se debió a la recuperación tras la pandemia de COVID-19, la escasez de suministros mundiales debido a los mayores costos de producción, la sequía que afectó las cosechas en varios países productores importantes y la guerra de Rusia contra Ucrania, que redujo las cosechas de cultivos en dos de los principales oferentes de granos en el mundo.

Sin embargo, las estimaciones indican que los precios reales de los productos agrícolas caerán en la próxima década, destacándose un descenso más pronunciado en los primeros años del período de proyección para luego reanudar su tendencia proyectada a largo plazo, en consonancia con los fundamentos de la oferta y la demanda esperados para la próxima década.

Con respecto a los precios del trigo y el maíz, estos alcanzaron su punto máximo en 2022 principalmente por el comienzo de la guerra de Rusia contra Ucrania en febrero, y se mantuvieron altos durante varios meses debido principalmente a la incertidumbre sobre los suministros a los mercados internacionales. Suponiendo rendimientos promedio y una amplia estabilidad geopolítica, se espera que los precios nominales se mantengan elevados durante otra temporada antes de volver a su tendencia de mediano plazo. En términos reales, se espera que los precios del trigo, el maíz, y otros cereales secundarios disminuyan a largo plazo.

Por su parte, los precios de la soja aumentaron rápidamente desde 2021 y alcanzaron máximos históricos a principios de 2022. No obstante, los mismos ya han comenzado a caer, principalmente debido a las perspectivas de una cosecha récord de soja en Brasil. Posteriormente, se espera que los precios aumenten levemente en términos nominales, mientras que disminuyen en términos reales siguiendo la tendencia a largo plazo de los precios de los productos básicos agrícolas. Por otro lado, debido a que se espera una mayor demanda de aceite vegetal que de harina proteica, se prevé que los precios del aceite vegetal aumenten en comparación con la harina proteica.

Por último, el informe destaca que si se reanudan los aumentos de los precios de la energía y de los insumos agrícolas (por ejemplo, los fertilizantes), se elevarían los costos de producción, lo que podría provocar una inflación de los precios de los alimentos y una mayor inseguridad alimentaria. El informe realiza un análisis de hipótesis para examinar el impacto que tendría un aumento de los precios de los fertilizantes a base de nitrógeno, fósforo y potasio sobre la aplicación de fertilizantes, la producción de cultivos resultante y los precios de los productos básicos, manteniendo constante el precio del petróleo. Se estima que, en promedio, por cada aumento del 1% en los precios de los fertilizantes, los precios de los productos básicos agrícolas aumentarían un 0,2%. El impacto sería mayor en los cultivos que utilizan fertilizantes como insumos directos que en los productos ganaderos que los utilizan indirectamente a través de los forrajes.