Economía

Los aportes de la soja: charla desarrollada en el VII congreso de economía provincial el día jueves 29 de septiembre


La soja es el principal cultivo de la República Argentina. De alrededor de 32 millones de hectáreas que se siembran con cereales y oleaginosas, de soja se siembran alrededor de 18,5 millones de hectáreas, es decir el 58%. Su cultivo ha desplazado hacia otras zonas más marginales a otras actividades, como el cultivo de maíz o la ganadería y es común decir que la agricultura de nuestro país es soja dependiente.

Como dice el viejo dicho, nunca es bueno colocar todos los huevos en la misma canasta y eso por distintas razones: algunas de tipo agronómicas y otras desde el punto de vista económico. De ahí que así como la soja tiene sus adictos defensores, también tiene sus críticos. Lo más correcto sería la rotación de los cultivos. Sin embargo hay razones que explican que el productor argentino se haya convertido en un productor soja dependiente y la principal explicación de ello radica en que a pesar de que su exportación como poroto tiene la más alta alícuota de impuesto (retenciones), su mercado es el menos intervenido por el Estado, a diferencia del trigo, el maíz y la ganadería.

Hace un tiempo atrás, contra la soja, y más concretamente contra la soja RR y algunos de sus insumos, se esgrimieron una serie de críticas desde el punto de vista sanitario. Un detenido informe elaborado por técnicos del CONICET enfrió esas críticas, pero es común que resurjan de tanto en tanto en distintos medios periodísticos.

Las críticas más recientes se dirigen hacia la exportación de la soja que no haya sufrido un proceso doméstico de agregado de valor. Una de esas críticas se dirige hacia la soja que se exporta como poroto hacia algunos países, y concretamente China. Sobre la aplicación del concepto de 'agregado de valor' hay que ser muy cuidadoso. Las economías crecen no porque 'agregan valor' sino porque son competitivas. Por otra parte, y como ha sido repetido en varias oportunidades, en el concepto de 'agregado de valor' se incluyen gastos diversos, entre ellos impuestos o actividades nada rentables, y a nadie se le ocurriría defender ese tipo de producciones. Hace casi doscientos años, en 1847, el gran economista francés Frederic Bastiat rebatió en su escrito sobre el 'ferrocarril negativo' esa concepción tan ridícula. Un ferrocarril que tiene paradas sucesivas en las poblaciones agrega más valor, pero es más ineficiente. En definitiva, 'un ferrocarril negativo'.

El hecho de vender poroto de soja a China, como lo hace en mayor medida Estados Unidos, el país más industrial de mundo, no implica que domésticamente no podamos aprovechar industrialmente la soja en un sinnúmero de actividades eficientes.

Veamos algunos aportes de la soja:

Como herramienta anti-inflacionaria

El peso moneda nacional se creó en 1881, durante la primera presidencia de Julio Argentino Roca. Teóricamente era una moneda de 1,6125 gramos de oro, un poco más liviana que el dólar estadounidense que llegaba a 1,67 gramos.

Como no se podía acuñar una moneda de oro de 1,6125 gramos, por ser muy pequeña, se acuñaron el Argentino Oro de 8,06 gramos y el Medio Argentino Oro de 4,03 gramos.

En 1883, cuando comenzó la convertibilidad, un peso papel era igual a un peso oro. Con respecto al dólar estadounidense la relación era de 1,036 pesos papel = 1 dólar. Después del cierre de la convertibilidad, en 1885, el peso papel se fue depreciando llegando a 3,87 pesos papel = 1 peso oro en 1891.

Una serie de medidas tomadas en la década del '90 llevaron a una apreciación del peso papel. Al afectar esa apreciación al sector exportador de ese entonces, en 1899 se dictó la ley de conversión que fijó la relación en 2,27 pesos papel = 1 peso oro.

En 1900 comenzó a funcionar la Caja de Conversión, que había sido creada por Carlos Pellegrini en 1890, y desde entonces estuvo habilitada hasta 1929 salvo el período de la guerra mundial 1914-1918 y en los años siguientes, años en que el peso papel sufrió alguna depreciación. De todas maneras, hacia 1927 su cotización seguía siendo de 2,27 pesos papel = 1 peso oro, y en relación al dólar estadounidense, la paridad era de 2,35 pesos papel = 1 dólar estadounidense.

Durante el funcionamiento de la Caja de Conversión (1900-1929) la entidad acumuló bastante oro. En 1928 tenía 472 millones de dólares en oro y 442 millones de dólares en divisas convertibles en oro.

En 1933 la moneda de EE.UU. se depreció pasando de 20 dólares la onza de oro a 35 dólares, es decir 75%. Cuando la creación del Banco Central de la República Argentina en 1935, el oro proveniente de la Caja de Conversión que se había cerrado cuando la crisis de 1929, también se apreció y la cotización del peso papel con respecto al dólar pasó a alrededor de 4 pesos hacia el fin de la década.

Es decir que desde 1883 hasta 1940, la cotización del peso moneda nacional con respecto al dólar estadounidense se depreció alrededor de 4 veces.

En estos momentos, el dólar se cotiza en alrededor de 4,25 pesos, no muy diferente a la cotización de 1940, pero en estos 71 años a la moneda argentina se le han agregado trece ceros, lo que indica una depreciación de 10 billones de veces. Es decir que la cotización de nuestra moneda con respecto al dólar oro ha sido, desde 1883, de algo más de 40 billones de veces.

A su vez el dólar papel sufrió una fuerte depreciación con respecto al oro. Recordemos que hasta 1933 se necesitaban 20 dólares para comprar 1 onza de onza y hoy se necesitan alrededor de 1.700 dólares.

La continua depreciación de nuestra moneda es la que lleva a la gente a invertir en otras monedas, a pesar que esas monedas también están sujetas a una depreciación. En el primer semestre del corriente año la fuga de dólares llegó a casi 10.000 millones y en los tres meses siguientes se estima que la fuga fue de 8.500 millones de dólares más, lo que hace pensar que en todo el año la fuga se puede proyectar a 22.000 millones. En los últimos tiempos el BCRA ha tenido que salir a vender dólares a pesar que las reservas netas están en el orden de los 38.000 millones de dólares y en baja. A esta cifra habrá que descontar, en su momento, los dólares que se han vendido a futuro que comenzó con una primera operación de 700 millones pero que continuó en los días siguientes estimándose que puede rondar los 3.000 millones. Tengamos en cuenta que los pasivos monetarios del BCRA están en algo más de 67.000 millones de dólares.

La inflación de nuestro país ha estado y está correlacionada con la cotización de la divisa estadounidense, de ahí que en los únicos períodos en los últimos 60 años en que se logró estabilizar nuestra moneda fue cuando se fijó la paridad de la misma con el dólar estadounidense, en el año 1959, en el año 1967 y fundamentalmente, y por una década, en 1991.

Para lograr la estabilidad en la cotización del peso es fundamental tener los dólares que puedan contrarrestar la mencionada fuga de capitales. Es por ello que los productos del complejo soja cumplen un papel fundamental como generadores de divisas para nuestro país.

Si la producción de soja de Argentina llega a los 52 millones de toneladas, y teniendo en cuenta que 10 millones se venden como poroto a algunos países (entre ellos China), y alrededor de 40 millones se trituran domésticamente, se exportarían como subproductos alrededor de 30 millones de toneladas, 6 millones como aceite y 1,5 millones como biodiesel. A su vez, se destinarían al consumo doméstico 1 millón de toneladas de biodiesel que implicarían disminuir la importación de gasoil. Las exportaciones y la sustitución de importación del complejo soja darían lugar a un ingreso de divisas cercano a los 24.000 millones de dólares. La mayor parte de esas exportaciones y de ese ingreso se producen por los puertos aledaños a Rosario.

Desde el punto de vista fiscal

Para visualizar la importancia de la soja, no solo como generador de divisas sino, también, desde el punto de vista fiscal, veamos los siguientes números que son globales y estimados y que no pretenden mostrar situaciones individuales. Para la siembra y producción hemos partido de los datos oficiales proporcionados por el Ministerio de Agricultura de la Nación. Con respecto a las exportaciones hemos hecho algunas estimaciones que pueden variar respecto al respectivo año en que se producen, dado la existencia de stocks. Respecto a los precios FOB promedio hemos utilizado la publicación "Reseña Estadística 2011" publicada por "Márgenes Agropecuarios" , pág. 5. Respecto a los costos por hectárea también hemos utilizado, con modificaciones, los números de la mencionada publicación entre los años 2001 y 2010. Para los costos de embarque, retenciones y precios FAS hemos utilizado algunos cálculos propios.

Como se deducirá de los números que siguen, el importante aporte de la soja en materia impositiva dada la retención del 35% que se aplica sobre el valor FOB, no implica que apoyemos la mencionada gavela, que creemos que es discriminatorio hacia el sector productor. Estimamos que en forma paulatina la mencionada alícuota se tendrá que ir disminuyendo y aplicar mayores controles sobre el impuesto a las ganancias para que sea éste el verdadero impuesto que se aplica al sector.

La producción de soja en el período 2001/02- 2010/11 ha sido la siguiente:

2002 30.000.000 tn

2003 34.800.000 tn

2004 31.577.000 tn

2005 38.300.000 tn

2006 40.500.000 tn

2007 47.483.000 tn

2008 46.200.000 tn

2009 31.000.000 tn

2010 52.680.000 tn

2011 50.400.000 tn

Exportaciones, retenciones, costos de embarque y ventas en el mercado interno.

Las exportaciones del complejo soja del 2002 llegó a 26.000.000 tn a un FOB promedio de u$s 198 = u$s 5.148 millones. Las retenciones 23,5%, es decir u$s 1.210 millones. Costos de embarque u$s 338 millones. Las ventas para el consumo interno son de 4 millones de toneladas a u$s 143 = u$s 572 millones.

Las exportaciones del complejo soja del 2003 por 30.800.000 tn a un FOB promedio de u$s 238 = u$s 7.330 millones. Las retenciones 23,5%, es decir u$s 1.723 millones. Costos de embarque u$s 400 millones. Las ventas para el consumo interno son de 4 millones de toneladas a u$s 177 = u$s 708 millones.

Las exportaciones del complejo soja del 2004 por 28.000.000 tn a un FOB promedio de u$s 268 = u$s 7.504 millones. Las retenciones 23,5%, es decir u$s 1.763 millones. Costos de embarque u$s 364 millones. Las ventas para el consumo interno son de 3,6 millones de toneladas a u$s 195 = u$s 702 millones.

Las exportaciones del complejo soja del 2005 por 34.000.000 tn a un FOB promedio de u$s 231 = u$s 7.854 millones. Las retenciones 23,5%, es decir u$s 1.846 millones. Costos de embarque u$s 442 millones. Las ventas para el consumo interno son de 4,3 millones de toneladas a u$s 170 = u$s 731 millones.

Las exportaciones del complejo soja de 2006 por 36.000.000 tn a un FOB promedio de u$s 234 = u$s 8.424 millones. Las retenciones 23,5%, es decir u$s 1.980 millones. Costos de embarque u$s 468 millones. Las ventas para el consumo interno son de 4,5 millones de toneladas a u$s 170 = u$s 765 millones.

Las exportaciones del complejo soja de 2007 por 42.000.000 tn a un FOB promedio de u$s 318 = u$s 13.356 millones. Las retenciones 27,5%, es decir u$s 3.673 millones. Costos de embarque u$s 546 millones. Las ventas para el consumo interno son de 5,47 millones de toneladas a u$s 217 = u$s 1.187 millones.

Las exportaciones del complejo soja de 2008 por 41.000.000 tn a un FOB promedio de u$s 456 = u$s 18.696 millones. Las retenciones 38%, es decir u$s 7.104 millones. Costos de embarque u$s 533 millones. Las ventas para el consumo interno son de 5,2 millones de toneladas a u$s 281 = u$s 1.461 millones.

Las exportaciones del complejo soja de 2009 por 27.000.000 tn a un FOB promedio de u$s 416 = u$s 11.232 millones. Las retenciones 35%, es decir u$s 3.931 millones. Costos de embarque u$s 351 millones. Las ventas para el consumo interno son de 4 millones de toneladas a u$s 257 = u$s 1.028 millones.

Las exportaciones del complejo soja de 2010 por 47.000.000 tn a un FOB promedio de u$s 370 = u$s 17.390 millones. Las retenciones 35%, es decir u$s6.086 millones. Costos de embarque u$s 611 millones. Las ventas para el consumo interno son de 5,68 millones de toneladas a u$s 230 = u$s 1.306 millones.

Las exportaciones del complejo soja de 2011 por 45.000.000 tn a un FOB promedio de u$s 500 = u$s 22.500 millones. Las retenciones 35%, es decir u$s 7.875 millones. Costos de embarque u$s 585 millones. Las ventas para el consumo interno son de 5,4 millones de toneladas a u$s 310 = u$s 1.674 millones.

Los ingresos brutos (exportación a valores FOB y mercado interno a valores FAS) sin considerar retenciones y gastos de fobbing llegaron en las 10 campañas a u$s 129.568 millones.

Las retenciones llegaron a u$s 37.191 millones.

Los gastos de embarque llegaron a u$s 4.638 millones.

Las hectáreas sembradas y sus costos habrían sido:

2001/02, fueron 11.639.000 ha x u$s 393 = u$s 4.574 millones

2002/03, fueron 12.607.000 ha x u$s 250 = u$s 3.152 millones

2003/04, fueron 14.525.000 ha x u$s 300 = u$s 4.357 millones

2004/05, fueron 14.400.000 ha x u$s 350 = u$s 5.040 millones

2005/06, fueron 15.329.000 ha x u$s 400 = u$s 6.132 millones

2006/07, fueron 16.141.000 ha x u$s 420 = u$s 6.779 millones

2007/08, fueron 16.600.000 ha x u$s 440 = u$s 7.304 millones

2008/09, fueron 18.000.000 ha x u$s 500 = u$s 9.000 millones

2009/10, fueron 18.343.000 ha x u$s 530 = u$s 9.722 millones

2010/11, fueron 18.650.000 ha x u$s 570 = u$s 10.631 millones

El total de los costos de siembra, cosecha y comercialización durante las campañas ha sido de u$s 66.691 millones. Si le agregamos los costos de embarque por u$s 4.638 millones, tenemos costos totales por u$s 71.329 millones.

Los beneficios netos de los productores de soja, antes del impuesto a las ganancias, han sido los siguientes

2001/02 u$s -402 millones

2002/03 u$s 2.763 millones

2003/04 u$s 1.722 millones

2004/05 u$s 1.257 millones

2005/06 u$s 609 millones

2006/07 u$s 3.545 millones

2007/08 u$s 5.216 millones

2008/09 u$s - 1.022 millones

2009/10 u$s 2.277 millones

2010/11 u$s 5.083 millones

La utilidades obtenidas por los productores, antes del impuesto a las ganancias, llegaron a u$s 21.048 millones.

Resumen

Durante los diez últimos ciclos los ingresos totales (mercado externo e interno), aportados por la soja, fueron u$s 129.568 millones, que se repartieron de la siguiente manera:

a)Costos u$s 71.329 millones

b)Retenciones u$s 37.191 millones

c)Utilidad de los productores, antes del impuesto a las ganancias, u$s 21.048 millones. Después del impuesto a las ganancias habría sido de u$s 21.048 millones - u$s 6.314 millones = u$s 14.734 millones.

Los números anteriores tratan de dar una visión global del sector y no tienen en cuenta los costos y beneficios que se distribuyen (por arriendo de tierras) entre los distintos participantes en el negocio (propietarios y arrendatarios).

Partiendo de los números anteriores, de no haber existido el impuesto a las exportaciones (retenciones), las ganancias en el período analizado (2001/ 02-2010/11) habrían sido de u$s 58.239 millones y el impuesto a las ganancias a tributar de alrededor de:

u$s 58.239 millones x 30% (aplicamos una alícuota promedio) = u$s 17.472 millones.

Sin embargo el sector tributó:

u$s 37.191 millones (de retenciones) + u$s 6.314 millones = u$s 43.505 millones.

Es decir que tributó u$s 26.033 millones de más.

Nota: el análisis de los beneficios proporcionados por la soja desde la campaña 2001/02 hasta la última ya se había publicado con anterioridad en este Semanario, pero varios de los números fueron corregidos.