Economía

Ficciones y fricciones


Desde fines de Abril del corriente año, el Dólar estadounidense se viene revalorizando. Lo hizo hasta la fecha en un 8,15 %, en su relación a la cesta de las principales monedas del mundo (Yen, Libra esterlina, Euro, Dólar Canadiense, Franco Suizo, Corona Sueca). Esta revalorización, consecuencia de una mayor atracción a la tenencia de Dólares estadounidenses y de Bonos del Tesoro de EEUU a largo plazo, a veces inducida y, otras veces, resultado del grado de incertidumbre que se cierne sobre la economía global, es determinante de la baja en el precio de las materias primas, de un menor intercambio comercial, del paulatino decaimiento de la actividad económica global y de la mayor aversión al riego general.

Las monedas se tienden a desvalorizar en relación al Dólar estadounidense y hacen su aparición prácticas proteccionistas y lo que se denominó "la guerra de monedas". Pero lo más desgraciado, de todo este atribulado contexto, son las consecuencias sociales que trae esta desgraciada situación: La profundización de la caída del empleo y el aumento de la pobreza.

Nuestro país - que se ha beneficiado - con la "debilidad del Dólar"- posterior al ajuste recesivo, que iniciado en EEUU se extendió al Mundo entre Junio de 2008 y Marzo de 2009 - viene encarando, incluso desde tiempo más remoto, su propio "modelo económico". No explicitado plenamente en su contenido, es de apreciar que el mismo se basa en el término del último año, en un fuerte crecimiento de la cantidad de moneda emitida (39,9 %); en el aumento de los medios de pagos (34,0 %); en el aumento de la recaudación tributaria (34,4 %), en el incremento del gasto fiscal (36,5 %), en el crecimiento de los préstamos bancarios (47,0 %), en el aumento de los Salarios y Jubilaciones (29,5 %), quedando inexplicablemente rezagado, el valor del US$ administrado por el BCRA, que con un crecimiento nominal del 8%, ha estado beneficiado por la "debilidad" de la moneda estadounidense hasta el citado mes de Abril pasado y por la revaluación del Real brasileño hasta Agosto del presente año, factores que permitieron la citada administración cambiaria - aun con cierta perdida de reservas - sin mayores sobresaltos.

Obsérvese, que la ficción de un Índice de Precios al Consumidor informado por el Indec mensualmente y que actualmente verifica un nivel de crecimiento del 9,7 % en su dimensión anual, poco explicable en relación a todos los indicadores de la economía argentina anteriormente verificados, ha sido un factor sumamente importante en la práctica del "modelo económico". De haberse adecuado oficialmente, al resto de los indicadores económicos, anteriormente señalados, hubiera sido imprescindible un aumento de la tasa de interés de referencia (Pases Pasivos en $ a 7 días) actualmente del 9,5 % y Tasa de interés Lebac en $ a un año del 12,41 % (Agosto 2011), lo que hubiera, en primera instancia, reducido el consumo, principal basamento del "modelo" aplicado.

Claro, que con ello se perjudica la plena confiabilidad de una economía que "crece" y con la menor confiabilidad, se perjudica el "Crédito Argentino", efecto que bien se nota en el valor de los Bonos Canje de Reestructuración de Deuda Parp en $ Ley Argentina (ajustados por el Cer), que cotizan a 45,60, con una paridad del 23,48 %, muy cercana a un "default". Se deja expresamente de lado el valor del Riesgo País que alcanza, actualmente, 967 puntos básicos, pero que está afectado por la aversión al riesgo vigente, en la mayor parte del mundo.

Es de observar ahora, cómo el BCRA hace frente por ahora, a la gran succión de dólares estadounidenses que sufren la gran mayoría de los Bancos Centrales del mundo, por la revalorización de la moneda "patrón".

Inicialmente y hasta Julio pasado, el BCRA perdió reservas, no variando mayormente su política de administración cambiaria. En Agosto, efectivizó el pago del penúltimo cupón del Bono Boden 2012, por cuenta del Tesoro Nacional (Decreto 2054/10 y 276/11), que determinó una afectación de reservas internacionales superior a US$ 2.800 millones. Se continuó perdiendo reservas por la "acumulación de US$ del Sector Privado no financiero" y buena parte de tal pérdida, se repuso a través de préstamos del Bank for International Settlement, de Basilea, que al 16 de Setiembre pasado, acumulaba un crédito contra el Banco Central de US$ 2.792 millones. Se aprecia que al 30 de Setiembre, las Reservas Internacionales ascenderían a US$ 48.823 millones (incluye depósitos de entidades financieras en US$ por 7.929 millones). Con un balance cambiario favorable hasta el tercer trimestre del año, la continuidad de pérdidas de las reservas internacionales aludidas, aun con el apoyo adicional del BIS, la utilización "ad-hoc" de la totalidad de los adelantos Transitorios del BCRA, que podrían alcanzar a $ 3.972 millones (equivalente a US$ 945 millones), más un "extraordinario" adelanto del BCRA por $ 14.443 millones, equivalente a US$ 3.435 millones, la hoja del balance financiero, parecería encontrarse en dificultades. Máxime cuando la tendencia de la Balanza Comercial, estaría determinando un saldo negativo para los dos últimos meses del presente año.

Seguramente por ello, es que se notó una cierta vacilación en el desarrollo cambiario de este mes de Setiembre, recientemente concluido. Inicialmente, se probó con la fijación de un "tipo de cambio alto", para desaliento de los compradores; se continuó con un tipo de cambio más bajo con ventas al contado, sin mayores resultados positivos y se terminó estableciendo un tipo de cambio fijo, no solamente contado, sino también para las operaciones a plazo, premiándolas con la omisión de la tasa de interés, en un ferviente deseo de "mostrar fortaleza frente a la demanda". Finalmente se perdieron en Setiembre de 2011, US$ 3.100 millones, que se fueron de la riqueza argentina. De continuar esta "sangría" la transferencia al exterior de dinero argentino superaría en el año los US$ 22.000 millones. Seguramente se resentirá el "Respaldo de la Base Monetaria" en moneda extranjera y disminuirá la actividad económica nacional.

Difícil contingencia de las autoridades del BCRA en particular y de todos los funcionarios en general, en esta circunstancia mundial adversa, que aparentemente podría tener una duración semejante a la sufrida en Junio de 2008 y que fue de nueve meses. En mi modesta opinión para entender estas cuestiones, considero que frente a la misma, se debería operar con toda transparencia y veracidad en la información de todos los indicadores económicos nacionales, para que el país comprenda una cruda realidad que con responsabilidad debemos afrontar y resolver. Con ello, también, ganaríamos el respeto de todo el mundo.

Buenos Aires, 30 de Setiembre de 2011