Finanzas

Las finanzas sostenibles siguen rompiendo récords

Guido D’Angelo – Esteban Onocko – Laura Rodríguez de Sanctis
Los bonos Sociales, Verdes y Sustentables siguen creciendo en Argentina y en el mundo, rompiendo todos los récords. Con un panel que permite invertir exclusivamente en proyectos con estas características, continua el auge de las finanzas sostenibles.

 

Las finanzas no quedan afuera de los crecientes acuerdos, normativas y políticas que buscan mitigar los efectos del calentamiento global. En este sentido, día a día crecen con fuerza las finanzas sostenibles, que buscan financiar proyectos que incorporen necesariamente factores ambientales y sociales. De esta manera, además de analizar los aspectos financieros tradicionales, se tiene en cuenta el impacto de las inversiones sobre las sociedades y el medio ambiente.

En este marco, llamamos Bono Verde a todo valor negociable que financia proyectos verdes y/o sustentables, asegurando que la inversión que se está realizando minimiza el impacto ambiental que genera y/u otorga beneficios ambientales con su concreción, como oportunamente se lo ha definido en ediciones anteriores del Informativo Semanal. Su carácter de sustentable es garantizado por instituciones dedicadas a evaluar la transparencia de estos proyectos.

Desde mediados del 2019 se puede encontrar el Panel para Bonos Sociales, Verdes y Sustentables (SVS) en Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA S.A.). Dentro de estos llamados Bonos SVS podemos dividir los proyectos medioambientales de los sociales, pero no necesariamente cada bono entra en una categoría específica, pudiendo financiar proyectos con impactos de ambos tipos. Desde ya, su carácter de SVS es otorgado previo a la emisión del bono. De esta forma, puede figurar en el panel específico de BYMA, al que puede accederse a través de este enlace

Tratando específicamente los proyectos verdes, estos pueden ser relativos a energías renovables, eficiencia energética, prevención y/o mitigación de la contaminación, productos relativos a la economía circular, entre otros. De las últimas emisiones destacamos una reciente de bonos verdes por más de $ 1.100 millones para financiar pasivos originados en la construcción de los parques eólicos, realizada conjuntamente por Central Puerto Manque (S.A.U.) y CP Los Olivos (S.A.U.). Desde el punto de vista social, se destaca el proyecto VIDA de Laboratorios Richmond, para producción de vacunas contra el COVID-19, que fue financiado en US$ 85 millones. 

La emisión de bonos verdes brotó con fuerza en los últimos cuatro meses de este año, con emisiones superiores a los US$ 465 millones. No caben dudas que las finanzas sostenibles despiertan enorme interés por el tipo de proyecto y su dinámicas de inversión. En total, los bonos SVS totalizaron emisiones por cerca de US$ 570 millones en 2021, más de cuatro veces las emisiones de bonos del año 2020.

Para catalogar un bono como SVS existen aspectos relativos al uso de los ingresos, el proceso de selección de proyectos, la gestión de los ingresos y la presentación de informes. Tanto en el uso de ingreso, así como en la selección de los proyectos a financiar, deben poder delimitarse claramente beneficios ambientales, que deben cuantificarse por parte de los revisores externos, quienes definirán su apego a los principios de sustentabilidad (SBP, por sus siglas en inglés).  Además, la gestión de los ingresos y los informes a presentar deben estar correctamente detallados, caso contrario el activo perderá su carácter de verde. Los valores negociables SVS no deben ser necesariamente bonos, también pueden incluirse obligaciones negociables, fondos comunes de inversión y fideicomisos financieros, siempre y cuando cumplan los requisitos para ser catalogados como sociales, verdes y/o sustentables.

Como oportunamente se ha destacado en ediciones anteriores del Informativo Semanal, existe una marcada relación entre la emisión de Bonos Verdes y Bonos de Carbono. Mientras los primeros financian proyectos sustentables, los segundos dan permisos para compensar mayores emisiones de dióxido de carbono. En este sentido, la financiación de un proyecto que genere bonos de carbono puede implicar la utilización de bonos verdes.

En América Latina la emisión total de activos SVS superó los US$ 16.300 millones en 2020, superando cómodamente los US$ 8.900 millones del 2019, de acuerdo con datos de Climate Bonds Initiative. Este crecimiento no parece detenerse, con emisiones de activos SVS por US$ 12.500 millones sólo en la primera mitad de este año. Chile, Brasil y México encabezan el podio de mercados de bonos SVS, representando más del 77% del total emitido en toda América Latina. Cerca del 44% del total de financiamiento en América Latina se dirige hacia inversiones en energía, mientras el transporte sigue creciendo y acumula el 28% de las emisiones de bonos en el continente.

En nuestro país, la Comisión Nacional de Valores (CNV) ha tomado un rol clave al crear los lineamientos para la emisión de Valores Negociables Sociales, Verdes y Sustentables, dentro de los que encontramos a los Bonos Verdes. Además, se han publicado guías e informes en pos de promover aún más el creciente interés por este tipo de activos.

Tanto la CNV como la Secretaría de Finanzas de la Nación participan, junto con otros entes del sector público, en la Mesa Técnica de Finanzas Sostenibles, siendo este un ámbito de intercambio para la promoción de estas iniciativas. No conforme con ello, la Plataforma Internacional de Finanzas Sostenibles busca hacer escalar la movilización de capitales privados hacia proyectos sostenibles, con la participación de la Unión Europea, China, India, Japón, Noruega, Chile, Kenia, Argentina, entre otros países.

La Bolsa de Comercio de Rosario adhirió en 2020 al Programa de Bolsas de Valores Sostenibles (SSE por sus siglas en inglés, Sustainable Stock Exchange) de la ONU. Además, a través de la Fundación BCR, la Bolsa de Comercio de Rosario adhirió a los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, con el anhelo de que puedan avanzarse en los objetivos climáticos y de desarrollo de cara al 2030.