Informe de estimación mensual nacional

Se esperan 52,5 millones de toneladas para la soja


La actualización sobre las proyecciones de hace un mes arrojan mejores resultados, y la soja se posiciona por encima de los 52 millones. El rinde nacional esperado es de 28,5 qq/ha –quedando por debajo del record de los 29,7 qq/ha obtenidos en la 2006/07. La superficie sembrada alcanzada se sostiene en los 18,7 millones y las pérdidas por anegamientos y otros fenómenos -con la información actual- es de 281 mil has que no serán recolectadas.

Cumplida la intención de siembra, la superficie dedicada al cultivo de soja en esta campaña 2009/10 asciende a 18,7 millones de hectáreas, lo que representa un récord histórico, y un incremento del 11% respecto del 2008/09.

A partir del estado de los lotes, en las etapas finales de las fases fenológicas críticas para la definición del rendimiento de la soja de primera en el área núcleo, se estima en 28,5 qq/ha el rinde medio nacional, un quintal por encima de la proyección que se hicieran en el informe anterior. En el reporte de enero se había partido de la tendencia ajustada de las últimas cinco campañas, excluyendo el 2008/09, mientras que en el actual se toman en consideración los informes de observadores calificados, además de otras herramientas de análisis y evaluación.

Con las estimaciones de superficie sembrada área perdida, que se encuentra ligeramente por encima del promedio histórico, y rendimiento, se sostiene una cifra de producción nacional de soja de 52,5 millones de toneladas para este ciclo 2009/10.

Febrero es un mes clave para la definición de rindes y, por lo tanto, las variables climáticas que jugaron durante su desarrollo son fundamentales. Muchas regiones han definido los rindes de soja de primera y el desarrollo y el estado de humedad de las reservas de suelo en las sojas tardías y de segunda ocupación, permiten estimar las siguientes productividades:

Tal como puede apreciarse en la tabla adjunta, la provincia de Córdoba es fundamental en su rol de productor líder de soja. A partir de las lluvias ocurridas en el mes de febrero (ver también gráfico de agua almacenada abajo) posibilitaron que se recupere a tiempo el norte de la provincia.

Por la importancia del área implícita y los problemas que se han mencionado, es para destacar las últimas lluvias focalizadas en Chaco, aunque éstas han llegado tarde en algunos casos. La provincia de Chaco, en general, transita el estado de floración. El oeste se encuentra en buen estado, al igual que el centro de la provincia. Las zonas en las que las precipitaciones llegaron tarde son las áreas girasoleras que en este año se volcaron a la oleaginosa ante la posibilidad de realizar siembras en fechas oportunas al disponer de humedad para la implantación, entre otros factores de decisión. Las extremas temperaturas de hace un tiempo y el stress hídrico ocasionaron muertes de plantas y pérdidas de hasta el 50 % de los cuadros, por lo cual estas lluvias no tendrán efectos benéficos en estas áreas. Habrá que ver cómo se define el rinde y las pérdidas de superficie de esta provincia.

Otro tema importante en esta campaña tiene que ver las enfermedades de fin de ciclo y en especial, La enfermedad mancha ojo de rana (Cercospora sojina). Esta, nunca antes se había manifestado con tanta fuerza como este año ni tampoco se había extendido tanto, abarcando Córdoba, Santa Fe y el norte de Buenos Aires en forma generalizada, aunque con distinta intensidad.

Dentro del complejo de las enfermedades de fin de ciclo, la "mancha ojo de rana" es la que requiere mayor temperatura y humedad, condiciones que se dieron en las últimas 3 semanas, donde las temperaturas nocturnas han sido superiores a 20°C, con lluvias abundantes y formación de rocío. Esto explica en la actual campaña su gran difusión, y las repetidas infecciones que han sobrepasado repetidos controles con fungicidas. Las reinfecciones en algunas regiones -como en los departamentos Marcos Juárez y Unión- han sido muy severas y puede afectar los rendimientos, según cómo se termine de manifestar. Las pérdidas que produce esta enfermedad varían dependiendo del cultivar y del momento de infección. Para la región núcleo, en variedades susceptibles y sin tratamientos con fungicidas, se estima que pueden llegar a ser mayores al 40%, debido a la reducción de la capacidad fotosintética que afecta a la planta y a la defoliación prematura. Si bien se ha hecho un cuidadoso monitoreo y control, aún es prematuro cuantificar la incidencia que tendrá finalmente en la producción unitaria del área afectada.

Para arribar a las estimaciones de rendimiento se ha hecho un seguimiento de la condición de agua en el suelo en Argentina a lo largo de la campaña, con mayor grado de detalle en el área GEA – Guía Estratégica para el Agro, y su efecto sobre los cultivos de acuerdo con sus fases fenológicas. También se recurrió a los datos aportados por colaboradores calificados.