La soja alcanzaría las 50 Mt y en maíz se mantienen 57 Mt, pero hay incertidumbre por el inédito ataque de spiroplasma
Cristian Russo
Las lluvias de febrero lograron poner un piso a la oleaginosa y hay una pequeña mejora de 500.000 t respecto a lo estimado en febrero. Maíces tardíos en jaque: la enfermedad que es transmitida por la chicharrita y típica del norte, llegó a Córdoba y Santa Fe y se observan fuertes daños.
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Febrero terminó en gran parte del país con lluvias que superaron las medias mensuales. El cambio llegó tarde: la ola de calor se impuso sobre la condición de la oleaginosa, arrebatando la posibilidad que había de alcanzar una supercosecha de 55 Mt. Las lluvias comenzaron a llegar después del 7 de febrero. Santa Fe, sobre todo el centro, Córdoba y buena parte de Buenos Aires y La Pampa recibieron lluvias que superaron la media de Febrero. Pero hubo excepciones, zonas que quedaron al margen y aún hoy siguen sin recuperarse: el centro este y NE bonaerense por un lado, SO también de Buenos Aires, centro de Córdoba, San Luis y gran parte del área productiva de Chaco y Santiago del Estero.
Las lluvias han ganado continuidad desde el inicio de marzo y siguen presentes incluso en las recientes horas: las tormentas ya han pasado por la franja central y hay nuevos pronósticos de que la inestabilidad seguirá presente en gran parte del centro de la región pampeana hasta comienzos de la próxima semana.
Las lluvias a partir de febrero pusieron un piso a los rindes, mejoraron las condiciones de llenado de las sojas de primera. En sojas de segunda, si bien tuvieron un gran impacto en la recuperación, es una recuperación que en términos productivos es limitada, ya que venían muy afectadas. Con este panorama, el rinde nacional alcanza una pequeña mejora pasando en marzo a 30,2qq/ha, apenas 0,3 quintales más que en el informe anterior. El número de hectáreas pérdidas sigue en 750.00 y con 17,3 M de ha implantadas en este ciclo, la producción argentina de soja se estima en 50,0 Mt, medio millón de t más que hace un mes. Respecto al malogrado ciclo pasado el país producirá una cosecha y media más que en lo que fue el peor ciclo de la agricultura moderna en Argentina.
Santa Fe y Córdoba encabezan con una pequeña ganancia las mejoras de rinde respecto a febrero
En Santa Fe, desde el norte de Rosario hasta la gran área de influencia de Rafaela, la soja ha tenido mejoras que contribuyen a subir la media productiva en casi un quintal. La provincia consolidaría 36,7 qq/ha, dejando atrás la bajísima marca del año pasado de 13,2qq/ha. Córdoba le sigue con una suba intermensual de 0,9 y un promedio de 32,2 qq/ha, lejos de las mejores marcas (36,5 qq/ha) pero también lejos de los 15 qq/ha del ciclo pasado. En Buenos Aires hay un pequeño ajuste a la baja, quedando con 29,6 qq/ha (vs 17 qq/ha en el 2022/23). En Entre Ríos y siguiendo los números del SIBER de la Bolsa Entrerriana, hay una caída importante: 3 qq/ha respecto a un mes atrás que surge del pobre desempeño de la soja de 2da, que ocupa el 60% del área sembrada. En el norte argentino, lo que suceda con las lluvias de los próximos días será importante para seguir limitando los daños, ya que la soja está entre fructificación y principios del llenado y las lluvias han sido escasas y muy heterogéneas durante buena parte de febrero.
Maíz 2023/24: gran preocupación por el inusitado ataque de chicharrita que llegó hasta Córdoba y Santa Fe
Las labores de cosecha alcanzan el 3% de avance a nivel nacional, cuando para esta fecha suele estar cerca del 10%. El desplazamiento que hubo de las fechas de siembra por la falta de agua, que recién se revirtió a finales de octubre, se siente en una cosecha que va muy lenta y aún más con las recientes lluvias. En los rindes de región núcleo también preocupa que la cosecha ha empezado con valores que rondan en los 100 qq/ha, muy por debajo de los 110 a 120 qq/ha que se esperaban de los maíces tempranos. El "adelgazamiento", la pérdida de peso en el llenando de granos por la ola de calor, ha afectado en buen grado a los primeros lotes que se están levantando.
Pero lo que está encendiendo todas las alarmas de la región central, en particular en las provincias de Córdoba y Santa Fe, es el alcance y daño que se está observando por spiroplasma en maíces tardíos. Se trata de una enfermedad que está asociada a un vector: la chicharrita. Si bien esta enfermedad es típica del norte del país, este año por condiciones de clima (falta de agua y calor), la forma escalonada en la que se ha sembrado y el aumento en hectareaje del maíz tardío, la plaga muestra un crecimiento poblacional y una cobertura que no había sido antes vista. Cuando parecía que las tandas de maíces tardíos, los sembrados del 10 al 15 de diciembre en adelante, estaban mejorando su performance productiva en Córdoba y Santa Fe, se multiplicaron en las últimas semanas los comentarios de técnicos alertando por el fuerte impacto y el daño observado por este problema.
En el centro de Santa Fe, hay lotes que no se van a cosechar por Spiroplasma, como por ejemplo en López y Gálvez. Hay técnicos que dicen que unas semanas atrás, esperaban un daño de 5 al 10 %. Pero al avanzar la etapa reproductiva, estiman ahora pérdidas del 70 al 80%: "nos tomó a todos por sorpresa. No hubo forma de pararlo". El daño es distinto según zonas, fechas de siembra y variedades. "Hay lotes muy afectados que cuanto mucho podrán dar 15 qq/ha. Bajó del norte, llegó hasta a Río Cuarto, San Martín de las Escobas, Cañada de Gómez y hasta San Nicolás".
En Santiago del Estero, si bien suelen ser afectados por spiroplasma (y sufren daños de 5 a 10%), ya tienen establecidos protocolos de control. Pero este año cuentan que el ataque muestra un nivel de daño mucho mayor. Allí, ya hay lotes dados por perdidos, y otros con daños del 30% y hasta del 50%. "Pero la enfermedad no para, y puede ser peor. No sabemos que vamos a cosechar", explican. En Chaco, la situación es bastante similar. Los técnicos advierten: "el daño puede manifestarse hasta 120 días después del ataque. El virus y las bacterias que transmite el vector pueden cortarle el llenado a la planta. Por eso es una enfermedad que genera tanta incertidumbre. No sabes cómo vas a encontrar el cultivo mañana", explican.
Lamentablemente, la gravedad de la situación parece indicar que se está ante un nuevo recorte de la producción maicera argentina. Mientras tanto, se siguen manteniendo los guarismos de febrero: un rinde de 76,9 qq/ha a nivel nacional y una estimación de 57 Mt para la producción de maíz 2023/24. Sin cambios en el hectareaje implantado, se mantiene una superficie de siembra a 8,61 M ha de la que se descuenta 1,2 M ha para dar con la superficie destinada a grano comercial.