Commodities

Trigo, ¿sin luz al final del túnel?

Nicolás Ferrer

Ya entrados de lleno en el último mes de la ventana de siembra de trigo en las principales zonas productoras de nuestro país, los productores que aún no hayan iniciado la siembra deben decidir cómo jugar sus cartas en medio de un contexto que resulta mucho más que poco alentador. Desde el gobierno se insinúan algunas medidas puntuales que aminoren la presión impositiva sobre el productor o reduzcan los costos que deben afrontar, pero reina el escepticismo con respecto a cuán reversible sea la situación sin una reforma de fondo. En el mercado internacional los precios se han estabilizado y desaparecen los sobresaltos climáticos de fines de junio en EE.UU. y Europa, los cuales atentaban contra la cosecha de trigo de invierno de dichas regiones.

En Chicago los futuros de trigo alternaron subas y bajas moderadas durante la semana según la evolución que presentaba el euro, dictada por las idas y vueltas de la situación griega. La volatilidad característica del mercado climático de los últimos dos meses parece haber quedado atrás, al menos en lo que respecta a la cosecha norteamericana. A mediados del mes pasado, la misma se encontraba 12 puntos porcentuales por debajo del promedio para las últimas 5 campañas. Dicha brecha fue recortada a tan sólo un 5% gracias a una mengua en el volumen de lluvias que afectaron al centro del país durante las últimas semanas, y podríamos ver un avance más diligente de persistir el clima seco. Además se debe tener en cuenta el alto porcentaje de cultivos que presenta buenas condiciones. A excepción de los campos más cercanos al sureste del Cordón Maicero, el trigo de invierno aún se encuentra en condiciones satisfactorias con respecto a las últimas campañas, con un 40% calificado como bueno a excelente.

En Europa la situación es más dispar, el frente seco y caluroso que compromete al occidente del viejo continente representará una merma en los rindes, pero el aumento del área sembrada (especialmente en Francia) compensaría dicha caída para resultar en un alza en la producción. Más al este, en el norte de Rusia y Ucrania, un sistema cálido y húmedo promueve la aparición de enfermedades y obstaculiza el avance de la cosecha.

Es previsible que en una campaña 2015/16 que a nivel global va a estar determinada por el fenómeno climático de El Niño veamos una caída en la producción mundial del cereal con respecto a la temporada 2014/15, la primera tras varios años de establecer nuevos récords en la cosecha de cereales. La realidad es que aun así la misma será la segunda más grande de la historia en medio de una tendencia global que favorece el consumo de proteínas animales, y en consecuencia, de otros cultivos más aptos para el uso forrajero.

De acuerdo al último informe de oferta y demanda publicado el día de hoy por el Departamento de Agricultura norteamericano (USDA), la oferta mundial de trigo para la campaña iniciada el pasado junio se encontrará en el orden de las 722 millones de toneladas, unos 4 millones menor que la del año pasado pero aún 7 millones por encima que en la temporada 2013/14. Tanto la reducción para la demanda para la campaña 14/15 como la corrección al alza de los inventarios de la 13/14 (tras conocerse el reporte de inventarios del pasado 30 de junio) resultan en un aumento de los inventarios finales a nivel mundial a un total de 219 millones de toneladas, lo cual refleja una oferta más que holgada en el mercado internacional.

Alcanzar el volumen de producción para la próxima campaña previsto por el USDA para nuestro país parece una tarea compleja con una fuerte caída del área sembrada por medio. El organismo proyecta una cosecha de 11,5 millones de toneladas en el 2015/16. Con una superficie de 3,5 millones de hectáreas como la estimada por GEA - Guía Estratégica para el Agro de la BCR (poco más de un 20% por debajo de la de este año), se tendría que obtener un rinde promedio de casi 33 qq/ha para alcanzar la cifra, volumen difícil de lograr fuera de los mejores terrenos.

Si bien nuestro país posee un claro potencial exportador para el trigo (de acuerdo al USDA en el 2015/16 participaría en alrededor del 1,5% de la producción mundial pero en poco más del 4% de las exportaciones), el bajo valor que se paga por el mismo dadas las trabas para exportar no permite obtener una rentabilidad que justifique la siembra. Un sistema de devolución de retenciones a pequeños productores, como el existente para maíz y soja, no tendrá un efecto sensible sobre las intenciones de siembra de no mediar un relajamiento de las restricciones cuantitativas que acerquen la disposición de pago al FAS Teórico.

Al día de hoy dicha cotización oficial para el trigo pan se encuentra en $1413, lejos de los valores escuchados en la plaza local, los cuales al igual que en el mercado internacional no presentaron grandes variaciones a lo largo de la semana. Por el cereal con mayor contenido de gluten y buen peso hectolítrico se podía pagar hasta $1350 la tonelada, mientras que por menores calidades se aplicaban sensibles descuentos que llevan los valores por debajo de los $1000.

Las ofertas de compra sobre nueva cosecha no otorgaban mayores premios considerando un dólar oficial cercano a los diez pesos a comienzos del año próximo, valor que se puede fijar actualmente en el término, pero que probablemente aliente a pocos a aventurarse con el trigo para la próxima campaña.