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Soja: los vaivenes externos influyeron sobre el comportamiento de la soja


Al igual que el resto de los granos, la soja comenzó la semana intentando recuperar las pérdidas cercanas al 4% que se registraron hasta el viernes previo, movimiento que fue ayudado por ciertas influencias externas.

Pero luego, la tendencia general del mercado se revirtió y la soja no quedó exenta de las fuertes liquidaciones de posiciones que provocaron la caída de los precios de todos los productos. Sin embargo, la presión fue menor sobre la oleaginosa si la comparamos con los cereales. La propensión a la baja se mantuvo hasta el viernes ya que actualmente existen ciertos aspectos fundamentales que permiten sustentar la disminución.

Uno de los factores es el clima. Fuera de las áreas inundadas, los cultivos en el Medio Oeste están disfrutando de condiciones climáticas favorables. Hubo rumores en la semana de un posible frente de calor y sequía en el mes de julio, que no fueron confirmados por los pronósticos posteriores. Gracias a las buenas condiciones, el estado y la evolución de las plantas mejoraron en la última semana, tal como se desprende del informe que el USDA publicó el lunes al cierre del mercado. Según este reporte, los productores ya sembraron el 94% de la superficie estimada, lo cual se encuentra en línea con el promedio quinquenal. Asimismo, aumentó la cantidad de cultivos en condiciones entre buenas y excelentes, que ahora representan un 68% del total. Este porcentaje coincidió con las expectativas del mercado y supera al 67% de la semana previa y al 63% promedio para esta época del año.

Por el momento, el mercado podría atravesar un período de debilidad en los precios antes de que cualquier amenaza climática sobre los cultivos durante julio y agosto (meses críticos) justifique el retorno a la senda alcista.

El racionamiento de la demanda es incuestionable ya que los compradores se dirigen hacia Sudamérica. Esto se confirma con cada informe semanal sobre exportaciones.

La tendencia cambiante de los mercados externos, como el dólar y el petróleo, agregó volatilidad a todos los productos agrícolas. Hay ansiedad en el mercado por la crisis de deuda en Grecia y las expectativas de que se llegue a alguna solución. También existe incertidumbre por el ritmo de crecimiento de Estados Unidos y por las evidencias de una menor producción en China, que reducen el apetito por riesgo de los inversores y que comienzan a buscar alternativas más seguras.

El viernes, el futuro julio fue el único que mostró mejoras de la mano de compras técnicas que intentaron consolidar al mercado. Sin embargo, el resto de las posiciones mostraron caídas, al igual que los cereales, ya que los elementos que presionaron a los valores durante el resto de las jornadas no se modificaron. A pesar de la mejora del futuro julio, la variación semanal fue negativa, cercana al 1%. Los futuros de harina copiaron las bajas del resto del mercado mientras que el aceite terminó la semana mostrando el mismo comportamiento que el poroto, con subas en la posición julio pero bajas en el resto de los contratos.

Escasas operaciones al nivel más bajo en más de un mes

El comportamiento alcista que se observó en el mercado externo los primeros días de esta semana más corta para el mercado local permitió que los compradores el martes mejoraran sus ofertas por la soja disponible. Las fábricas para la descarga inmediata y la exportación para entregar desde el 27/06 subieron $30 los precios desde el viernes previo, hasta los $1.280 pero con rumores de mejores valores bajo determinadas condiciones. El precio ofrecido para la soja con entrega en agosto mejoró hasta los $1.300.

Sin embargo, las mejoras duraron poco ya que la caída externa se trasladó a los negocios locales y los precios de la soja disminuyeron entre $20 y $30 según la condición de entrega y de la mercadería. De esta forma, las fábricas pagaron $1.250 mientras que la exportación ofreció $1.260 y para la entrega diferida (agosto) se escucharon $1.280.

La fuerte caída que se observó en todos los productos negociados en Chicago fue consecuencia de una masiva liquidación de posiciones por parte de los fondos y de la volatilidad de los mercados del dólar y del petróleo, ante la incertidumbre económica mundial.

La corriente bajista se mantuvo el jueves, tanto en el mercado externo como local. Los compradores ofrecieron $1.240 por la soja con descarga inmediata y $1.260 para la entrega en agosto, precios que se mantuvieron durante la jornada del viernes. Ante este bajo nivel de precios, el volumen que se negoció en el recinto fue escaso, apenas por encima de las 18.000 toneladas, volumen que se concentró principalmente cuando los valores superaron los $1.280.

Las ofertas que se escucharon para la soja nueva rondaron entre los u$s 310 y u$s 312 en los primeros días de la semana, pero luego los valores no pudieron escapar de la presión externa y el viernes cayeron hasta los u$s 306.

Según la Cámara de Comercio de San Lorenzo, la cantidad de camiones con soja que llegó a los puertos graneleros del norte del Gran Rosario en los meses pico de la cosecha (de marzo a junio) fue un 40% menor a la esperada. Las razones de la caída se atribuyen a la ya mencionada renuencia de los productores a desprenderse de la soja y que sólo están dispuestos a hacerlo cuando los valores rondan los $1.300.

Del informe de compras del sector industrial y exportador, se desprende que quedan sin vender poco más de 21 millones de toneladas o cerca del 42% de la producción, teniendo en cuenta la proyección de 50,3 millones de nuestra institución, como se observa en el gráfico adjunto. A pesar de que los productores no venden sino a mejores precios, el nivel de compras se encuentra en línea con la campaña previa y apenas por debajo del promedio.

China

China es el mayor importador de soja a nivel mundial. No obstante, en los últimos meses se observó una disminución en sus compras. Las medidas adoptadas por el gobierno chino para contener la inflación incluyeron controles de precios sobre los aceites, venta de reservas estatales entre otras que, en cierto modo, justificaron la menor cantidad demandada. Sin embargo, China necesita alimentos y pronto tendrá que empezar a reponer los stocks. En efecto, las importaciones de soja ya aumentaron en el mes de mayo hasta los 4,56 millones de toneladas y se espera que en junio lleguen hasta los 6 millones. No obstante, las importaciones de aceite de soja fueron prácticamente nulas en mayo. Hay rumores de que el gobierno mantendrá controles sobre los precios en el futuro inmediato y esto funcionó como el mayor desincentivo para los importadores de aceite en los meses recientes.

Si observamos los gráficos adjuntos que muestran las importaciones de soja y aceite desde China durante los primeros cinco meses del año, vemos cómo disminuyó la participación de Argentina sobre el total, siendo la caída más evidente en el aceite de soja. A pesar de que se resolvió el conflicto, aún no se registran ventas de aceite. Los datos oficiales llegan hasta marzo y, en ese período, no se registraron negocios de aceite con China.