Commodities

Radiografía de la industria molinera argentina

Emilce Terre - Javier Treboux
En la presente nota se analizarán indicadores de la actividad de molienda de trigo en nuestro país, a modo de permitirnos dar un pantallazo de su situación, e identificar problemáticas que enfrenta la cadena.

 

Según información extraída del Registro Único de Operadores de la Cadena Agroindustrial, la cantidad de plantas dedicadas a la molienda de harina de trigo en nuestro país asciende a 169, correspondientes a 159 empresas. La provincia con mayor número de establecimientos es Buenos Aires con 77 plantas, seguido por Córdoba con 36 plantas y Santa Fe con 25. Las tres provincias citadas concentran la mayor producción triguera del país. En comparación con el año 2017, el número de plantas registradas activas en el sistema RUCA cayó en 16 establecimientos.

En total, se estima que en nuestro país la capacidad de procesamiento de la industria molinera alcanza unas 11,5 millones de toneladas anuales, contando plantas activas y plantas que podrían ser puestas de vuelta en funcionamiento en el corto plazo, según fuentes del sector. Se aproxima que la capacidad ociosa de la industria rondó un 47% en el último año.

Puede observarse que en los últimos 10 años, el procesamiento anual de trigo no presenta grandes variaciones, promediando alrededor de 6 millones de toneladas, ya que la demanda interna de trigo para molienda es relativamente inelástica. La producción de la industria molinera tiene como destino principal el mercado interno, mayormente destinado a alimentación, en tanto que la inserción externa exhibe un relativo estancamiento.

En total, en el año 2019 se molieron 6,2 millones de toneladas de trigo para producir cerca de 4,7 millones de toneladas de harina de trigo, de las cuales se exportaron 676.381 toneladas (14,5%). El consumo interno aparente de harina de trigo alcanzó en dicho año unas 4 millones de toneladas, medido como la diferencia entre los producido y lo exportado, lo que representa un consumo por habitante cercano a 90 kilogramos de harina por año, entre los más altos del mundo.

En lo que respecta al año 2020, los datos de la FAIM relativos a la molienda de trigo pan y candeal en la República Argentina para el año muestran que la misma ascendió a 5,4 millones de toneladas hasta el mes de octubre. El primero es el que se muele para obtener harina de trigo que se utiliza en la panificación, en tanto que el trigo candeal se muele para fabricar fideos, ya que, a diferencia de los elaborados con harina de trigo para pan, éstos tienen la característica de 'no pegarse'. A lo largo del año, julio fue el mes de mayor molienda con casi 604.000 toneladas, esto muestra que, a diferencia de la actividad exportadora, la molienda no muestra una estacionalidad tan marcada al inicio de la campaña comercial de trigo.

En consonancia con la distribución espacial de las plantas molineras, la provincia de Buenos Aires destacó en los volúmenes de trigo procesados en lo que va del año en curso. En total, dicha provincia concentró el 54% de la molienda total acumulada, con 2,88 millones de toneladas, seguido por la provincia de Córdoba con un 21% (1,13 Mt), y Santa fe con 14% (0,74 Mt).

Las exportaciones de harina y preparados para panadería alcanzaron US$ 232 millones de dólares en 2019, presentando una variación positiva interanual cercana al 10%. En lo que va del 2020, las exportaciones de estos productos totalizan un valor de US$ 181.576.198, por debajo del año pasado a la misma fecha. En total, sumando las exportaciones de pastas, fideos, harina, panificados, y demás derivados del complejo, vemos que el año 2019 cerró con exportaciones totales en torno a los US$ 330 millones, manteniéndose relativamente estable en las últimas campañas.

Argentina ha ganado tímidamente participación en los mercados de exportación de harina de trigo en los últimos 5 años, continuando con su recuperación luego de la abrupta caída que experimentó en 2013, producto de restricciones comerciales al trigo que redujeron la oferta total del cereal y la producción de harina. Aun así, si analizamos el panorama en el mediano plazo, las exportaciones de harina actuales no alcanzan el 70% del poco más de millón de toneladas que alcanzó a exportarse en el año 2011. En el año 2019 Argentina ocupó el 5° lugar como exportador de harinas a nivel global, alcanzando un market-share del 4,75% de las 13,6 millones de toneladas que se exportaron mundialmente según UN comtrade.

Para más información sobre el desempeño de la exportación de harinas de Argentina en los últimos años, así como del panorama mundial en este mercado, se recomienda ingresar al artículo “La exportación de harina de trigo como primer estadío para potenciar la cadena triguera” - Informativo Semanal N° 1979.

Entre las principales problemáticas que destacan a la hora de analizar el relativo estancamiento exportador de harinas y productos de la molinería en nuestro país, fuentes de la industria destacan el costo impositivo que le resta competitividad respecto a otros orígenes, especialmente al considerar el peso del flete dada la mayor distancia a recorrer hasta los principales centros de consumo. 

Frente a ello, los despachos externos de productos molineros argentinos se concentran en Bolivia y Brasil, hacia donde se destina el 96% de los despachos. Las exportaciones a estos destinos se realizan casi en su totalidad por camión; en tanto que la falta de destinos transoceánicos de significancia muestra a las claras la falta de competitividad en donde no prima la cercanía geográfica.

Con una capacidad ociosa cercana a la mitad de la capacidad instalada de la industria molinera local, con exportaciones de trigo sin industrializar que promedian 11,5 millones de toneladas en las últimas cinco campañas, y con una demanda externa en expansión, la industria molinera local tiene franco potencial de inserción externa. 

En relación a la apertura de mercados, la próxima visita de emisarios de China a molinos del país, que debió ser postergada para la próxima campaña triguera producto de la pandemia de COVID-19, es una buena noticia, de cara a la posibilidad de abrir un mercado de 1,4 mil millones de personas.