Commodities

Gran ajuste en el mercado local de trigo

Guillermo Rossi

En el plano internacional, los mercados de trigo se mantuvieron con tendencia bajista durante los últimos días, afectados por la caída de los precios del maíz y el incierto panorama de demanda para los próximos meses. Tal como se esperaba, la cosecha gruesa en el hemisferio norte generó una gran recomposición de oferta en granos forrajeros que desplazó al trigo por otras alternativas más económicas. Esta situación impactó con fuerza en Estados Unidos, donde los futuros del mercado de Chicago cerraron la semana acumulando cinco caídas en forma consecutiva, en parte afectados por el fortalecimiento del dólar frente al resto de las monedas.

En su reporte de oferta y demanda publicado el día viernes, el USDA modificó ligeramente al alza su estimación de la última cosecha norteamericana, aunque indicó que avizora una demanda interna ligeramente más fuerte que la estimada en septiembre. La proyección de consumo forrajero hasta mayo se incrementó en más de 800.000 toneladas, aunque igualmente experimentará una caída interanual superior al 20%. En tanto, el volumen proyectado de exportaciones no sufrió modificaciones, aunque se ajustará durante los próximos meses en función del devenir de la demanda de países asiáticos y africanos.

Los inventarios en Estados Unidos son holgados, aunque el principal interrogante es la calidad. La última campaña sufrió trastornos climáticos que impactaron negativamente sobre los cultivos, como la profunda sequía al momento de la siembra y el exceso de lluvias de la primavera, poco antes de comenzar los trabajos de recolección. Esta situación afectó principalmente al trigo rojo duro de invierno, que fortaleció su diferencial de precio frente al cereal blando.

En el plano mundial el organismo efectuó una reducción en su estimación de producción global de unos 2,5 millones de toneladas, destacando que las cosechas de Rusia y Kazajstán quedaron por debajo de los niveles inicialmente esperados. Sin embargo, estos recortes fueron parcialmente compensados con el escenario más favorable de lo pensado para exportadores como Canadá y la Unión Europea. De este modo, en la campaña mundial 2013/14 se lograría una producción de 706,4 millones de toneladas, de las que 153,7 millones formarían parte del comercio internacional, incluyendo harina.

El USDA también actualizó sus estimaciones de cosecha nueva en Argentina, acercándose a los guarismos que días atrás se daban a conocer en un reporte adjunto del Servicio Agrícola Exterior – FAS. En la campaña 2013/14 la producción llegaría a 11 millones de toneladas, resultado de cosechar unas 3,7 millones de hectáreas a un rinde promedio nacional de 29,7 qq/ha. Si bien las primeras evidencias de rinde en Entre Ríos y el norte del país se alejan considerablemente de esas marcas, la provincia de Buenos Aires lograría equilibrar el resultado con registros están en condiciones de superar los 40 o 50 qq/ha en algunas regiones.

Según el reporte, de la oferta total de la campaña se destinarán algo más de 6 millones de toneladas al consumo interno y quedarían 4,5 millones de toneladas remanentes para exportar. El stock inicial, ligeramente inferior a 600.000 toneladas, crecería hasta más de un millón de toneladas a finales de noviembre de 2014.

Sin embargo, fuentes locales son menos optimistas y avizoran una oferta total considerablemente menor, resultado de una producción presumiblemente inferior a 9,5 millones de toneladas. Por lo tanto, el saldo exportable no estará en condiciones de superar las 2,5 millones de toneladas. Asimismo, es probable que el repunte en las ventas externas de harina genere un mayor consumo de parte de la industria molinera.

El avance de la cosecha es incipiente y sólo concentrado en regiones puntuales, como el norte de Santa Fe y la provincia de Entre Ríos. Las lluvias de los últimos días han demorado la trilla, pero sin ocasionar pérdidas significativas. No obstante, es preciso monitorear la evolución de las condiciones climáticas para evaluar el flujo de llegada de mercadería a los canales comerciales, así como también las condiciones de calidad de los primeros lotes.

La caída de los precios ha sido muy pronunciada. El mercado se alejó dramáticamente de los valores récord vigentes hasta hace algunas semanas. Los precios estimativos de la Cámara Arbitral de Cereales han caído por debajo de los $ 2.000/ton y por mercado a término los futuros con entrega en noviembre en Rosario ya cotizan por debajo de u$s 300/ton. Cabe destacar que en la segunda quincena de octubre la CAC estableció estimativos que llegaban hasta $ 3.600/ton.

Los exportadores continúan activos en la plaza, aunque sus valores ofrecidos –en línea con la capacidad teórica de pago- no logran convencer a los vendedores de cerrar negocios. Durante los últimos días en el recinto de esta Bolsa se pagaron entre u$s 240 y 250 por tonelada con entrega en diciembre en condiciones Cámara sobre las terminales de Gral. Lagos, Puerto Gral. San Martín y Timbúes. Estos participantes acumulan compras de trigo nuevo por menos de 800.000 toneladas, realizando negocios a razón de 20.000 toneladas semanales.

Por su parte, la molinería en Rosario pagó valores ubicados entre u$s 250 y 260 por tonelada artículo 12 y PH 76, aunque tampoco logró generar flujo considerable de negocios para la entrega en diciembre. En otras localidades se pagaron valores similares. A nivel nacional, los molinos declararon compras por 185.000 toneladas hasta el 23 de octubre. La oferta permanece muy retraída y la necesidad de la industria hace pensar que los precios tienen margen para mantenerse firmes, independientemente de la evolución del mercado externo. Esta situación le resta competitividad a la exportación, que dificultará su acceso a mercados alejados del Mercosur.