Commodities

Estado de situación del complejo soja en Bolivia y agenda actual del sector

Julio Calzada – Guido D´Angelo – Bruno Ferrari
La producción de soja en Bolivia se concentra principalmente en la jurisdicción de Santa Cruz, con una cosecha estimada 2020/21 de 3 Mt a nivel país. Las exportaciones del complejo soja representan el 11 % del total exportado para 2020.

 

Si se analiza el complejo soja en Bolivia, la ubicación geográfica del cultivo se encuentra casi exclusivamente en la región este de la jurisdicción de Santa Cruz con una participación del área sembrada cercana al 99 % respecto al total. Al interior del departamento de Santa Cruz, la producción de soja boliviana se concentra en las provincias de Ñuflo de Chavez, Chiquitos, Guarayos, Obispo Santistevan, Sara, principalmente.

En este sentido, si bien la siembra de dicho cultivo se extiende hacia las provincias del norte en Beni y La Paz; en el centro en Cochabamba y al sur en Chuquisaca y Tarija, presentan una representatividad baja respecto al total. 

Respecto a los indicadores productivos, en la última década entre el ciclo 2010/11 y 2019/20 el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) estima un incremento en la producción del 21,9 %, mientras que un aumento relativo mayor en el área sembrada del 31,3 % respectivamente. De este modo, la producción del ciclo 2019/20 se ubica en 2,8 Mt y un área sembrada de 1,35 M ha. 

Para el ciclo 2020/21, dicho organismo estima una producción de soja en dicho país de 3 Mt, es decir, cercano al récord histórico alcanzando en la campaña 2015/16 con 3,2 Mt. Por otro lado, las proyecciones de área sembrada para el ciclo 2021/2022 se establecen actualmente en un récord histórico con 1,4 M ha y una producción que alcanzaría 3,1 Mt respectivamente.

En cuanto al destino de su producción, casi el 90 % del grano cultivado se utiliza para su procesamiento mientras que las exportaciones de poroto de soja son prácticamente nulas. A su vez, si se toma de referencia la campaña 2019/20, del total de harina de soja (2 Mt) y de aceite (0,473 Mt) producido en Bolivia, el 85 % de la harina y el 80 % del aceite tuvo como destino último la exportación. 

En base a lo comentado anteriormente, amerita realizar un análisis de la estructura industrial actual del complejo soja en dicho país. Siguiendo, datos de J.J. Hinrichsen en este momento existen 10 plantas procesadoras de soja en Bolivia, con una capacidad de molienda de 12.810 t/24 hs y 4,2 Mt en términos anuales. En cuanto a la molienda de soja estimada para el ciclo 2020/2021, el USDA arriba a 2,6 Mt indicando un 62 % de utilización de la capacidad instalada. Es importante recalcar que es una “capacidad teórica potencial” debido a que algunas de estas plantas realizan tareas alternativas de molienda de girasol principalmente, por cual destina sus instalaciones para el procesamiento de otros cultivos.

En materia de comercio exterior, en 2020 las exportaciones del complejo soja se ubicaron en US$ 784 millones en Bolivia, lo que representa un crecimiento del 10 % respecto a los valores de 2019. Tal como se comentó anteriormente, dicho complejo exportador se sustenta fundamentalmente por los envíos al exterior de subproductos, arribando en 2020 a una representatividad del 11 % respecto del total exportado por dicho país. 

De esta forma, al analizar la canasta exportadora boliviana predominan otros sectores tales como los hidrocarburos y minerales, los cuales en su conjunto representaron en 2020 casi el 70 % del valor exportado.

Por último, en el siguiente cuadro se pueden observar datos de la importancia del complejo soja boliviano en el mercado mundial. En cuanto a la producción de soja y subproductos, tiene una baja participación respecto al total aunque se encuentra entre los 10 principales productores de soja a nivel mundial, lo cual indica una concentración importante del cultivo en pocos países. 

Mientras que en exportaciones, se mantiene una participación casi nula en el caso de soja en grano mientras que en subproductos también es baja aunque algo mayor. En este sentido, su posicionamiento mejora si se compara con los datos de producción, especialmente en el caso de subproductos, al ubicarse en el 7mo lugar entre los mayores exportadores de aceite de soja y en el 5to puesto en el caso de harina de soja, siguiendo datos del USDA para el ciclo 2019/20. 

La agenda de la soja en Bolivia

De acuerdo con la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO) de Bolivia, los principales tópicos a considerar para el corto y mediano plazo son:

•    Organismos Genéticamente Modificados (OGM): Se derogaron normativas que permitían la aprobación de nuevos eventos de OGM en soja, maíz, trigo, algodón y caña de azúcar. La normativa derogada establecía procedimientos abreviados que permitían homologar estudios y aprobaciones de otros países. Dejados sin efecto, pueden afectar la introducción de estas tecnologías en Bolivia.
•    A partir de esta derogación, el gobierno anunció la promulgación de una nueva ley de biotecnología. La misma preocupa al sector, ya que podría dificultar aún más las aprobaciones de nuevos eventos OGM.
•    Derogación de normativas de liberación de las exportaciones y se implementa la política de cupos de exportación, garantizando el abastecimiento del mercado interno
•    Precios regulados en el mercado interno: Se ha retornado a una política de regulación de precios en el mercado interno con la aplicación de bandas de precios y cupos de abastecimiento para la venta de harina de soja y aceite. Esta situación afecta el precio recibido por el productor de soja y condiciona los permisos de exportación. Para dar una noción, el precio de la harina de soja solvente para el mercado interno fue fijado en U$S 323/tn siendo un precio subsidiado que distorsiona los precios de negociación con el productor de soja. En Argentina el FOB se encuentra en torno a los U$S 387/tn.
•    Nueva planta estatal de Diesel Renovable: El Gobierno planifica construir con fondos públicos una Planta de Diesel Renovable que puede demandar 450.000 toneladas de aceite vegetal (equivalente a la oferta exportable actual). Se teme que sean fijados precios de compra bajos, lo cual perjudicaría a los productores. Lo mismo que sucede con los precios regulados para el mercado interno en harina de soja. 
•    El gobierno busca reducir la salida de divisas para la compra de combustibles. Se planea establecer una tasa de corte del 5 % para favorecer el consumo interno de diesel. El 70% de la demanda interna proviene del exterior, lo que le implica a Bolivia importaciones por un valor que va de U$S 800 a 1.000 millones al año.