Editorial

Agromakers el programa de la Fundación BCR que promueve el surgimiento de comunidades de aprendizaje emprendedoras

Florencia Bonanno - Anaclara Dalla Valle
La FBCR lleva adelante el Programa Agromakers junto a la Universidad Austral, con el objetivo de promover la generación de emprendimientos innovadores en escuelas secundarias, buscando el triple impacto en las comunidades locales.

 

La educación es definida universalmente como el proceso de aprendizaje y socialización que los seres humanos llevamos a cabo a lo largo de nuestras vidas. Es el mecanismo a través del cual se obtienen conocimientos y valores, se desarrollan hábitos, habilidades, costumbres, creencias, formas de actuar, entre otros. En concordancia con lo anterior, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (UNESCO) destaca que la educación es un derecho humano inalienable, añadiendo que ha de preservarse a lo largo de toda la vida y que debe ser acompañado además de la calidad. 

(…)"La educación es nuestro pasaporte para el futuro, porque el mañana pertenece a la gente que se prepara para el hoy"(…) sostenía Malcolm X haciendo referencia a la importancia de la educación como herramienta clave para la transformación de la realidad de los seres humanos. En un contexto donde la revolución de la ciencia y la tecnología avanzan a pasos agigantados, las demandas laborales del mercado cambian constantemente y por lo tanto las aptitudes de los trabajadores también lo hacen, la educación fluctúa de manera dinámica según estas necesidades y exige también nuevas dinámicas. Por lo tanto, es muy importante estar preparados y demostrar resiliencia ante los múltiples desafíos que presentan los cambios de paradigma. 

Por otro lado, nos encontramos actualmente atravesando una crisis global como producto de la emergencia sanitaria ocasionada por la COVID-19. La pandemia ha significado un gran desafío para la comunidad educadora en términos sociales y económicos siendo la primera vez que escuelas y universidades, debieron obligatoriamente y como estrategia fundamental, impartir la educación a distancia. La falta de acceso a la tecnología, el analfabetismo digital, las dificultades del contexto familiar, la desmotivación por parte de los estudiantes, son sólo algunos de los obstáculos con los que la sociedad en su totalidad ha tenido que lidiar. Según datos oficiales del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2021) en América Latina y el Caribe, se encuentran más de la mitad de los veinte países que han mantenido por más tiempo sus escuelas cerradas, entre ellos la Argentina. 

Cabe destacar que en nuestro país y previo a la pandemia, la educación secundaria se caracteriza por la existencia de una gran desigualdad. En 2019, se registraron 3.866.041 estudiantes cursando sus estudios secundarios. Sin embargo, las brechas de finalización de la secundaria según el nivel de ingreso de los hogares de las y los jóvenes son marcadas. Mientras el 91% de jóvenes de los hogares de mayores ingresos había finalizado el nivel, sólo 43% lo había hecho en el grupo de menores ingresos (Ministerio de Educación, 2019). Asimismo, el COVID-19 demostró que la disponibilidad de recursos tecnológicos en los hogares relacionados con la educación también es desigual y presenta déficits mucho mayores: el 46% de los hogares con estudiantes de nivel secundario no tiene computadora, cifra que se eleva a 58% en los hogares con estudiantes que asisten a escuelas públicas y desciende al 21% en aquellos con alumnos del sector privado (ENPCP, 2020). Posteriormente, el Ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta reconoció que en el 2020 casi un millón de alumnos tuvieron “bajo o nulo contacto con las escuelas”. 

Educar y Crear a pesar de todo

A pesar de todo, desde la Fundación de la Bolsa de Comercio de Rosario (FBCR) creemos en la importancia de las organizaciones como agentes de cambio, a su vez que consideramos a la educación como una herramienta clave para construir y transformar realidades desde el triple impacto. Estas convicciones las canalizamos en un proyecto, dando lugar al nacimiento del Programa Agromakers. El mismo comenzó a gestarse en 2018 y comenzó finalmente a principios del año 2019. Surgió con el objetivo dar respuesta a una necesidad concreta, fruto del intercambio de experiencias con equipos de docentes de escuelas técnicas y agrotécnicas que solicitaron herramientas y metodologías para desarrollar proyectos emprendedores dirigidas a sus estudiantes, con la finalidad de estimular a los jóvenes para que creen propuestas innovadoras en esta dirección. De esta manera la FBCR en conjunto con el Laboratorio de Innovación y Emprendimientos de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral (LINE) llevan adelante el Programa Agromakers, que es acompañado también por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Provincia.

La dinámica de trabajo Agromakers consiste en una jornada intensiva de co-creación, una especie de hackathon donde se prototipan proyectos y que genera como resultado la formación de una “comunidad de aprendizaje” en torno a las escuelas, generando un clima de entrenamiento, práctica y acción en el germinan proyectos emprendedores. Los desafíos que se plantean a lo largo del programa son validados con los propios docentes y es así que los ejes de trabajo que son “glocales”, es decir globales y locales. Por lo tanto, las temáticas de trabajo para los alumnos han ido variando desde tecnologías para el agro hasta soluciones para el ahorro y consumo responsable de energía; cambio climático; soluciones productivas y sostenibles para contrarrestar los efectos de la pandemia; promoción del cuidado y la salud; entre otros. Producto de la pandemia y de la emergencia de espacios híbridos de aprendizaje, Agromakers pasó de ser una jornada a un proceso de aprendizaje que incluye un entrenamiento a través del Club Agromakers, la posibilidad de acceder a un capital semilla para apoyar el desarrollo de proyectos y la generación de redes entre las comunidades educativas de diferentes regionales y provincias.

En Agromakers los participantes adquieren herramientas vinculadas al desarrollo de metodologías ágiles que se utilizan en los ámbitos organizacionales y les permiten adaptar sus realidades a las condiciones del proyecto, consiguiendo flexibilidad e inmediatez en la respuesta para amoldar su iniciativa y posterior desarrollo a las circunstancias específicas del entorno. Dentro de estos recursos encontramos el modelo Canvas B; análisis de costos y presupuestos; la posibilidad de llevar adelante un pitch para la presentación de su propuesta y la selección de alianzas estratégicas con diferentes actores. Un elemento clave para el desarrollo de los proyectos de Agromakers lo constituyen aquellas personas que asumen el rol de mentores, acompañando a los grupos de estudiantes y ayudando a darle forma a sus ideas. Forman parte de la red de mentores los propios docentes que son claves en la incursión del programa en sus escuelas, organizaciones sociales, empresas, entidades del Estado, profesionales, estudiantes universitarios. Se destaca que la premisa fundamental de Agromakers está centrada en la necesidad de fomentar un “entorno adecuado para que las cosas pasen” y la experiencia demuestra que eso realmente ocurre, ya que Agromakers ha logrado delinear en muchos casos una dinámica de aprendizaje con impacto territorial.

A lo largo de diferentes ediciones realizadas, inicialmente en formato presencial en 2019 y como consecuencia de la pandemia en modalidad virtual en 2020 y 2021, participaron del programa más de 900 estudiantes y sus comunidades educativas prototipando 120 proyectos con anclaje territorial en dos provincias: Santa Fe (divididas en Región Norte, Centro y Sur) y La Pampa, que se incorporó este año al trabajo Agromaker en el marco de un convenio de colaboración. Además, otros logros alcanzados fueron: la conformación de una red de mentores, el entretejido de puentes para acceder a financiamiento, becas de estudio para los jóvenes participantes.

Tomando el testimonio de algunos directivos de las escuelas participantes, estos destacan que el programa Agromakers ha servido como experiencia para profundizar dentro de las escuelas el valor del emprendedurismo ya que la temática fue retomada en los espacios de prácticas profesionales, orientación vocacional y contexto laboral. Asimismo, en algunos casos ayudó a acercar a las aulas la temática en materias como economía y otros talleres extras, dando lugar inclusive a la formación de un “Club de Emprendedores”. En palabras del docente Nelson Sánchez de las Toscas: “Agromakers es realmente algo muy lindo y sumamente importante para los chicos. Por eso, siempre los incentivo a que participen del programa ya que brinda un montón de herramientas importantes tanto a nivel profesional como para la vida, que les sirvieron muchísimo a otros jóvenes egresados hace dos años, los cuales también recomiendan el programa”.

Proyectos que trascienden las paredes de la escuela

Lucía Mac Lachlan, docente de Villa Guillermina que ha participado desde el principio en el programa, asegura: “Para docentes y estudiantes tiene mucho sentido saber que a través de una necesidad es posible crear proyectos y, sobre todo, poder ejecutarlos. Para la comunidad la experiencia de Agromakers online fue maravillosa porque de manera interactiva logramos estar conectados con profesionales que nos fueron guiando y aconsejando. En Villa Guillermina hay muchas necesidades, escasea la mano de obra y es por ello que definimos el proyecto para ofrecer fuentes de trabajo en forma conjunta. Lo que vivimos fue muy gratificante porque se genera un vínculo muy afectivo de poder llegar a la gente y descubrir otras necesidades y, sobre todo, conocer diferentes equipos que también ven hacia el futuro”. En la zona llevan implementados dos proyectos que aún hoy continúan: Vivero Forestal y Yugo, agencia de turismo sostenible. El entorno propiciado por Agromakers, la convicción del equipo docente, la fuerza emprendedora del grupo de estudiantes hizo que los proyectos trasciendan las paredes de la escuela, que se ejecuten como tal, que adquieran cuerpo y sean parte de la comunidad

Juan Diego Cucit, ex alumno de Villa Guillermina y estudiante en la Universidad Austral, sostuvo que "Agromakers fue como una especie de palanca para ingresar al mundo emprendedor. También me sirvió para seguir avanzando y cumplir las metas que surgieron de nuestro proyecto “Yugo Turismo”. Además, no solo seguimos aprendiendo, sino que conseguimos generar contactos e incorporar nuevas nociones a nuestra iniciativa como la de economía circular. Agromakers, potenció mi elección universitaria y reafirmó mi decisión de elegir la carrera de Administración de Empresas, que actualmente estoy cursando en la Universidad Austral a través de una beca que me facilitó el programa”. Asi mismo, Loriana Molina co-founder de Yugo Turismo, agregó al testimonio de Juan Diego, el hecho de que Agromakers les ayudó a acercarse aún más a su comunidad y les permitió abrir los ojos acerca de la riqueza de su historia local. La joven también destacó que el programa le permitió llegar no sólo a una revalorización exterior, sino que también a nivel personal y agradeció la posibilidad de haberse encontrado con mentores y aliados estratégicos que los inspiraron y ayudaron a llevar adelante su emprendimiento.

Lisandro de La Torre, docente de Santa Teresa manifiesta que para participar de Agromakers formaron un equipo entre estudiantes y docentes, destacando el compañerismo y el compromiso de todos los participantes, así como el entusiasmo que despertó en la comunidad educativa a tal punto que terminaron armando un Club de Emprendedores para seguir beneficiando a la sociedad. En palabras de Sebastián Lagorio, Director de Xerendip, mentor y jurado de Agromakers, la experiencia del programa brinda a los jóvenes la enseñanza de que: “emprender no se trata de tener todas las respuestas, sino de salir a buscarlas. Los proyectos de este programa tienen como finalidad incentivar a jóvenes con gran actitud, promover sus esfuerzos y enseñarles a utilizar las redes que se les facilita durante la jornada para que sus proyectos sean viables, generando cambios positivos en sus comunidades. Agromakers es la semilla que tiene la potencialidad de germinar el desarrollo local, regional y quizás de un país, rico en recursos y tan necesitado de progreso real. Un claro ejemplo de que nuestro gen emprendedor está latente y esperado a ser puesto en uso.”

En la presente nota se agradece la colaboración de la experta Victoria Cerrano.