Economía

Se proyecta para el 2025 lo que podría ser la producción de petróleo argentina más alta del siglo

Guido D’Angelo – Emilce Terré
La balanza energética podría romper récords en el 2025 y la energía se consolida como el segundo complejo exportador del país. Avanzan proyectos e inversiones que apuntalan el alentador panorama de la energía argentina.

 

La Argentina como país dispone de una de las principales reservas de gas y petróleo no convencionales del mundo. Si bien esto es de público conocimiento hace años, lo que trae buenas noticias a la coyuntura reciente es el desarrollo de dichas reservas para convertirlas en energía para el país y para el mundo.

La madurez de la cuenca neuquina y especialmente de Vaca Muerta es uno de los grandes factores que da impulso a la energía argentina. Las producciones de gas y petróleo del país llevan un crecimiento del 4% y 11% respectivamente, comparando el período enero-julio de este año con el de 2024.

Con este panorama, el petróleo en Argentina proyecta un 2025 con proyecciones para lograr la producción más alta del siglo, un máximo desde 1998 y la tercera más alta registrada. Por su parte, la producción de gas podría ser la más alta de la historia argentina en este 2025. Reiteramos, son proyecciones que esperemos se concreten de manera efectiva.

Por sus características geológicas, el ascenso de Vaca Muerta trajo consigo la fuerte suba de la producción no convencional de gas y petróleo. En lo que va del 2025 el 60% del petróleo extraído en Argentina consistió en petróleo no convencional. En 2020 esta proporción era menor al 25%, mientras en 2015 era menor al 5%. Esto también está explicado por el declino de otras cuencas de producción convencional del país, especialmente la Cuenca Golfo San Jorge.

Por su parte, la nueva etapa del Gasoducto Perito Moreno (ex GPNK) aspira a seguir profundizando el abastecimiento de energía a la provincia de Buenos Aires y la Región Centro. No conforme con ello, la reversión del Gasoducto Norte permitirá ampliar el abastecimiento de gas a Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, para luego llegar a la exportación en dirección a Bolivia y Brasil. El marcado declino de la producción gasífera boliviana abre mercados y oportunidades para seguir profundizando la exportación de energía argentina a la región en el mediano plazo. 

Asimismo, el avance del Oleoducto Vaca Muerta Sur (VMOS) será esencial para potenciar la capacidad de exportación de petróleo a través del Mar Argentino en los próximos años. Mientras avanza esta infraestructura primordial para el desarrollo de hidrocarburos en el país, la diferencia entre exportaciones e importaciones de energía ya es la más grande del siglo. Como se informó desde la Secretaría de Energía, la balanza energética argentina tuvo su mayor superávit en 35 años.

Mientras el petróleo y gas ganan cada vez más peso en el comercio exterior argentino, las importaciones de energía caen sustancialmente. La suba de exportaciones de energía se ubica en torno al 11% si comparamos la primera mitad del 2025 respecto al mismo período del año pasado. A su tiempo, las importaciones de energía en el primer semestre del año marcaron una baja de más del 23% interanual, de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía. De aquí se destaca especialmente la importación de gas, que cayó 46% interanual en el 1er semestre de 2025.

Este desempeño exportador explica por qué el complejo petrolero-petroquímico emerge sostenidamente como el segundo complejo exportador del país desde el año pasado. Dentro de este grupo, las exportaciones de petróleo y gas ya representan más del 13% de las exportaciones argentinas en lo que va del año. Dicha proporción era menos del 6% en 2020 y apenas el 3,7% en 2015. Así, la participación del petróleo y gas en las exportaciones es la más alta en 19 años.

En la misma línea, la participación de la energía en las importaciones nacionales viene cayendo sostenidamente. Luego del pico del 2022, en donde representaron casi el 16% de las importaciones, dicha proporción cayó sostenidamente y hoy se ubica en menos del 5% de lo importado en Argentina para esta primera mitad del 2025, un mínimo de 21 años.

Las inversiones en el sector petrolero junto con el crecimiento en la infraestructura de transporte de hidrocarburos vienen apuntalando el desarrollo de Vaca Muerta y de la energía argentina año tras año. Con desafíos e inmensas oportunidades, el sector energético argentino espera seguir ganando protagonismo en la economía nacional.