Commodities

Nuevo cupo y posibilidades para el trigo argentino

Guillermo Rossi

Los mercados externos de trigo profundizaron su tendencia positiva a lo largo de la semana, exhibiendo su mejor desempeño en los últimos seis meses en el marco de crecientes temores por el débil panorama productivo en la zona del Mar Negro y cierta demora en los trabajos de implantación en algunas regiones de Estados Unidos. La demanda internacional se mantiene firme, pero los mercados tradicionales del norte de África y Asia Central continúan eludiendo el trigo norteamericano ante la abundancia de inventarios remanentes –y competitivos- en el este europeo.

La influyente firma de análisis de mercado SovEcon alertó que la cosecha del cereal en Rusia podría “caer un 15 o 20%” en 2015, ante la persistencia del clima seco, resultando en una cosecha inferior a 50 millones de toneladas luego de las casi 60 millones obtenidas en la campaña 2014/15. Las condiciones climáticas de cara al comienzo de la siembra son incluso peores que en 2009, año en el que las autoridades decidieron aplicar restricciones sobre las ventas al exterior para proteger el consumo interno.

En Estados Unidos la siembra de trigos de invierno muestra algunos retrasos en los distritos que todavía se encuentran en plena colecta de soja y maíz, como Indiana, Illinois y Missouri, alcanzados por importantes lluvias en las últimas semanas. Sin embargo, la demora no es significativa frente al avance promedio de los últimos cinco años, por lo que se cree que logrará cubrirse la superficie proyectada.

Ante este escenario, los futuros de Chicago reaccionaron con su cuarta suba semanal consecutiva, algo que impactó en las posibilidades de colocación del trigo norteamericano en el mercado de exportación. En su reporte semanal del último jueves, el USDA confirmó nuevos compromisos externos por 299.368 toneladas, el volumen más bajo de las últimas seis semanas. Los principales destinos fueron Filipinas y Japón. El acumulado de ventas en lo que va del ciclo comercial llega a 10,1 millones de toneladas, cifra que representa una caída del 25% respecto a la misma altura del año pasado.

A nivel regional, a medida que avanza la cosecha se avizoran perspectivas más claras de cara al ciclo de comercialización que se está iniciando. En Brasil la trilla llega a casi tres cuartas partes de la superficie proyectada en el estado de Paraná, donde a pesar de las lluvias de septiembre la calidad obtenida es razonablemente buena y las pérdidas de volumen son poco significativas. En tanto, en Río Grande do Sul, con menos de la quinta parte del área ya levantada, se observan pobres parámetros de calidad que implicarán para la industria molinera de la zona la necesidad de adquirir trigo corrector procedente de otros países del Mercosur. La consecuencia será probablemente un incremento en los precios de la harina y mayor demanda en Paraguay, Uruguay y Argentina.

En Paraguay la colecta ya finalizó, pero la comercialización se desarrolla a ritmo lento. Se estima una producción cercana a 1,5 millones de toneladas, con potencial exportador de unas 900.000 toneladas a lo largo del año. Sin embargo, hasta el momento se estima que sólo el 20% de la producción se ha vendido, al tiempo que los precios de llegada de la mercadería a los compradores del centro de Mato Groso do Sul lucen poco atractivos.

Mientras tanto, las condiciones climáticas en Uruguay permiten proyectar una cosecha cercana al millón de toneladas, que sumada a un stock inicial de 350.000 toneladas arrojaría un saldo exportable teórico de unas 700.000 toneladas. La condición de los cultivos es razonablemente buena, puesto que los episodios de fuertes lluvias se alternaron con días de sol al llegar a la floración. Falta aproximadamente un mes para el comienzo de la cosecha.

En nuestro país las perspectivas productivas se han estabilizado, aunque se destaca una gran disparidad regional. La cosecha ya comenzó en las provincias del norte, con rindes que fluctúan entre 8 y 12 qq/ha y no llegan a cubrir los costos totales de la campaña. El clima seco predominó a lo largo de casi todo el invierno, impactando sobre buena parte de Chaco, Salta y Santiago del Estero, en donde el acumulado de precipitaciones entre principios de julio y finales de septiembre se encuentra por debajo de los 20 mm en las localidades más favorecidas.

En el este de Córdoba y la zona centro de Santa Fe el panorama ha mejorado notablemente gracias a recientes precipitaciones, esperándose trigos de buena calidad y rindes promedio superiores a 30 qq/ha. En tanto, en el sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires las perspectivas de rinde apuntan a superar los 40 qq/ha, aunque con un panorama de calidad más incierto. A nivel nacional la cosecha se ubicará cerca de 12 millones de toneladas, superando en un 25% al volumen obtenido en el ciclo 2013/14.

A lo largo de la semana se confirmó una ampliación del cupo de exportación de trigo de la última campaña por 400.000 toneladas, volumen que los exportadores ya tienen adquirido y que podría encontrar comprador rápidamente en el sur de Brasil, donde hay demanda genuina de la industria y el cereal argentino llega con una considerable ventaja de precio frente al norteamericano, que asciende a u$s 70 por tonelada. Hasta el momento se han exportado 1,5 millones de toneladas en el ciclo 2013/14, volumen que incluso sumando el nuevo cupo resulta el más bajo en tres décadas y media.

Asimismo, se baraja la posibilidad de efectuar una apertura temprana de cupo exportable de cosecha nueva, cuyo primer tramo sería de dos millones de toneladas mediante la emisión de nuevos ROE Verde. Si se concreta un anuncio en tal sentido y el comienzo de los embarques se programa para mediados de noviembre, el cereal podría aportar unos u$s 500 millones durante los próximos dos meses, monto oportuno en el actual contexto de restricción externa que atraviesa la macroeconomía nacional.