Commodities

Maíz viejo débil, pero firme en la nueva cosecha

Guillermo Rossi

Las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, los dos mayores productores y consumidores de maíz del mundo, dominaron la escena del mercado internacional de mediados de diciembre. Las perspectivas climáticas en Sudamérica y las novedades de política monetaria introducidas por la Reserva Federal complementaron el panorama. Sin embargo, los nuevos fundamentos no causaron gran impacto en el mercado: la volatilidad de los precios continúa en niveles extremadamente bajos, algo que se percibe en el abaratamiento de los contratos de opciones en Chicago.

El secretario de Agricultura Tom Vilsack encabezó una delegación norteamericana que aterrizó en China esta semana, con el objeto de tratar cuestiones comerciales y de propiedad intelectual. Los embarques de maíz programados desde Estados Unidos hacia el gigante asiático siguen encontrando obstáculos para ingresar, estimándose que desde mediados de noviembre el 30% de los cargamentos fueron rechazados por contener variedades genéticamente modificadas no admitidas. Tan sólo durante la última semana, los oficiales de aduana impidieron la descarga de 9 buques conteniendo un total de 545.000 toneladas. Casi en simultáneo, la novela en torno al espionaje de semillas en un campo experimental de Kansas que involucra a ciudadanos chinos generó tensión adicional entre ambos países.

El incierto futuro de la demanda china le aplicó un golpe inesperado al mercado del maíz, que se sumó al que varias semanas atrás partió de la propuesta de la Agencia de Protección Ambiental norteamericana de reducir el mandato de biocombustibles. Sin embargo, la demanda interna salió a contener la caída de los precios, al igual que la necesidad de comenzar a delinear el panorama de la campaña 2014/15. Los precios del maíz no pueden debilitarse mucho frente a los de la soja, so pena de dar lugar a una pronunciada caída del área sembrada en favor de la oleaginosa. En un informe publicado esta semana, la consultora Informa Economics proyectó un área de cobertura de 37,17 millones de hectáreas para las siembras que comenzarán en abril, una caída del 4% respecto del año en curso.

En Sudamérica, mientras tanto, el avance de los trabajos de siembra de maíces tardíos o de segunda ocupación continuó ganando fuerza durante los últimos días, a medida que la cosecha de granos finos va quedando definitivamente atrás. Esta coyuntura, así como la llegada a su período crítico de los cultivos implantados con mayor antelación, despertó gran interés en las perspectivas climáticas de cara a los próximos días. Cabe destacar que en esta región se espera una cosecha próxima a 95 millones de toneladas, entre 10 y 12% más baja que el récord obtenido en el ciclo 2012/13.

En Brasil las condiciones hasta el momento han sido mayormente favorables para el desarrollo de los cultivos, que en los estados de Paraná y Río Grande do Sul atraviesan su polinización en tres cuartas partes de la superficie. No obstante, las proyecciones de cosecha a nivel país siguen siendo extremadamente dispares dado el "pronóstico reservado" que se mantiene para los resultados de la safrinha, tanto en términos de superficie como de rendimiento. La reciente mejora de los precios -apoyada en las compras del gobierno y la debilidad del real- podría contribuir a contener la caída del área, aunque los valores de mercado permanecen por debajo de los costos de producción en la crucial zona del Mato Grosso. En esta parte de Brasil una importante cantidad de productores volverá a sembrar soja luego de los trabajos de recolección que comenzarán en 15 o 20 días.

Asimismo, en Argentina también se advierten buenas condiciones, aunque algunos signos de pregunta emergieron esta semana fruto de la ola de calor que azotó a las provincias del centro y norte del país. En el reporte semanal de seguimiento de cultivos de GEA - Guía Estratégica para el Agro se advierte que hay modelos climáticos que no incorporan expectativas de lluvias por otros 5 o 6 días, generando altas probabilidades de que el mes concluya con una marca de precipitaciones inferior a la usual. En este contexto, las reservas de humedad están a prueba y deberán soportar condiciones ambientales extremas. Cabe recordar que el último invierno fue extremadamente seco y sólo el mes de noviembre contribuyó a contrarrestar el déficit pluvial del segundo semestre.

Aun así, esta situación no generó gran impacto en el mercado de maíz nuevo, que continua con pocos sobresaltos. Los exportadores ofrecen u$s 155/ton por lotes con entrega en marzo o abril, período para el que están programados los primeros embarques. El precio cae hasta u$s 150/ton con descarga diferida hasta mayo y junio, meses para los que se prevé el ingreso de mayor oferta. Al margen de estos valores escuchados en el recinto de la Bolsa, los compradores aceptan cerrar negocios bajo otras modalidades -como operaciones de canje o "ventas a fijar"- en el intento de convencer a los vendedores de cerrar negocios.

Hasta el momento se han comercializado más 1,6 millones de toneladas del cereal de cosecha nueva, volumen que acumula un fuerte retraso frente al aluvión de ventas que se observaba a la misma altura del año pasado. Cabe señalar que en esta campaña no se presenta el estímulo de los precios récord, más bien lo contrario, algo que se suma a las mayores expectativas de suba del tipo de cambio como factor explicativo del rezago comercial. Reafirmando esta tendencia, en los mercados a término se registra una caída importante del interés abierto en los futuros de maíz a cosecha respecto de finales del año 2012.

Ante la probabilidad relativamente baja de que el mercado internacional proporcione una generosa recuperación de los precios, el foco de atención de los operadores locales continua siendo la evolución esperada del tipo de cambio. Convertidos al dólar de cosecha, los precios del maíz se encuentran en $ 1.140/ton para el mes de abril y $ 1.200/ton hacia el mes de julio. Los valores se vuelven mucho más atractivos cuando los ofrecimientos trepan hasta u$s 160/ton. Mientras la oferta se mantiene retraída para la nueva cosecha, en el segmento disponible se percibió un aumento del interés vendedor durante los últimos días. Los productores encuentran en el maíz un producto con menor potencial de suba que el resto, razón por la cual han comenzado a liquidar inventarios para cubrir sus necesidades financieras. Esta situación se ha reflejado en los precios estimativos establecidos por la Cámara Arbitral de Cereales, donde el maíz ha perdido más de u$s 10/ton en el último mes. Lo mismo puede observarse en los futuros de Rofex que se encuentran en período de entrega.