Commodities

Limitadas ventas sostienen valores locales de trigo

Guillermo Rossi

El escenario de oferta relativamente holgada de cara a los próximos meses volvió a impactar negativamente sobre los futuros de Chicago, que cayeron por debajo de los u$s 6,30/bushel o u$s 231,5/ton para la entrega en el mes de marzo de 2014.

Si bien Estados Unidos tiene comprometida una proporción muy significativa de su saldo exportable hasta mediados del próximo año, buena parte fruto de la temprana demanda de China y Brasil, diversos países todavía mantienen capacidad para enfrentar las licitaciones de compra que llegan con frecuencia desde África y Asia Central. Sin embargo, este no es el caso de los países del Mar Negro –que usualmente liquidan stocks en los primeros meses de campaña- ni de Europa Occidental, donde la última cosecha sufrió dramáticos problemas de calidad que llevaron al MATIF a valores próximos a u$s 290/ton.

Distinta es la situación de Australia y Canadá. En el país oceánico la estimación de producción del USDA se incrementó hasta 26,5 millones de toneladas, mientras que en Canadá los números se ajustaron nada menos que hasta 37,5 millones. En su reporte mensual de oferta y demanda, el Departamento de Agricultura «generó» aquí 5 millones de toneladas adicionales para una demanda internacional que se mantiene agresiva. En ambos casos hay un saldo exportable superior al inicialmente previsto, aunque no podrá volcarse de cualquier forma al comercio. Los compromisos de Australia con países asiáticos son muy importantes y se han detectado dificultades de calidad, mientras que en Canadá la llegada del invierno dificulta la salida temprana de esos inventarios.

En este contexto, aparecen como oferentes de corto plazo orígenes no tradicionales como Rumania e India, que cuentan con la competitividad necesaria para ganar los mercados que presentan mayor preocupación por el precio. En el caso del «elefante», los stocks son extremadamente abundantes fruto de una política de precios sostén mantenida en el tiempo, generando un 30% de aumento en la producción en la última década.

Más ajustado que el promedio mundial se encuentra el panorama regional, donde un deficitario Brasil no encontrará en el Mercosur el trigo que necesita para cubrir su consumo interno. Al promediar la semana, la CONAB incrementó su estimación de cosecha hasta 5,36 millones de toneladas, en lo que representa un ajuste positivo frente a su proyección anterior y una suba del 20% respecto del ciclo 2012/13. Aun así, el informe destaca necesidades de importación por 6,7 millones de toneladas. Dado que entre Argentina, Paraguay y Uruguay tomados en forma conjunta el sobrante no supera las cuatro millones de toneladas, cabe esperar que Brasil salga a buscar cerca de tres millones al hemisferio norte, repitiendo la experiencia del último año.

En la campaña 2012/13 Brasil adquirió 2,1 millones de toneladas de trigo extra-Mercosur, cuantía que procedió mayoritariamente de Estados Unidos y minoritariamente de Canadá. Asimismo, si bien se ha entablado un protocolo con Rusia para generar un intercambio comercial, los traders no consideran probable que el gigante eslavo logre colocar allí sus saldos exportables. Del mismo modo, firmas brasileñas han intentado acercamientos con exportadores de Turquía en el intento por negociar harina. Lo cierto es que la presencia de Brasil durante 2014 le otorga a los FOB Golfo de México cierto sostén, suponiendo que el año que viene China perderá protagonismo.

En Argentina las estimaciones de producción se consolidan cerca de las nueve millones de toneladas, aunque sigue observándose una gran disparidad en los números. Las cifras más positivas argumentan que la situación de los cultivos en buena parte de la provincia de Buenos Aires es favorable. Si bien esto es un hecho mayormente aceptado por los agrónomos, se descree que el área sembrada sea lo suficientemente extensa como para imaginar un rinde promedio nacional de 30 qq/ha, teniendo en cuenta de que en las regiones del centro y norte del país el invierno fue extremadamente seco. De hecho, es probable que el trigo necesite de unos 400mm entre junio y noviembre para potenciar su rendimiento, marca que claramente no recibió. Esto no implica, sin embargo, que los cultivos que mejor se defendieron del clima seco no logren buenos parámetros de calidad.

El stock inicial de la campaña 2013/14 es muy bajo y de pobre calidad comercial. La oferta total se distribuirá en un mayor consumo de la molinería, unas 400.000 toneladas para semillas y una necesaria reconstitución de inventarios, limitando la capacidad exportable a un máximo de 2,5 millones de toneladas. De ese total proyectado, las compras del sector no superan el 40%. En este segmento los participantes no hay salido con agresividad en la búsqueda del cereal, encontrándose los valores de mercado más de u$s 20/ton por debajo de la capacidad teórica de pago que surge de un precio FOB de u$s 340/ton.

Hasta el momento no se ha establecido un procedimiento claro para la actividad exportadora durante los próximos meses. Los ROE Verde concedidos el año pasado y no concretados gozan mayormente de una prórroga, pero no hay señales concretas de cuándo podrá comenzar a embarcarse el trigo ni por cuanto volumen. En consecuencia, la carga programada en las terminales portuarias para las próximas semanas es virtualmente cero.

Los molinos de la región, por su parte, lograron recomponer existencias en las últimas semanas pero empiezan a encontrar dificultades para abastecerse a precios de $ 1.300-1.350 por tonelada como los vigentes hasta la semana pasada, razón por la cual los valores rebotaron ligeramente en los últimos días. Al igual que en otros productos, la oferta está retraída y permanece convencida de que hay espacio para mejorar. La curva de vencimientos del mercado a término es de alguna manera ilustrativa de esta expectativa: convertidos al dólar futuro esperado que surge de las posiciones de Rofex, los precios de trigo para entrega a mitad de 2014 superan los $ 2.000/ton. Frente a los $ 1.400/ton alcanzados por el precio CAC Rosario a fines de esta semana, el retorno por medio año de espera para vender supera el 40%. Un mayor dinamismo de la exportación en la plaza podría tener un impacto positivo en los precios y el volumen negociado, que hoy ronda las 150.000 toneladas semanales. Sin embargo, no es mucho el tonelaje que resta por comprar para embarcar. Agotado este espacio para ventas externas, el ritmo de comercialización del trigo restante dependerá en gran medida de las necesidades financieras del productor, que hoy no parecen gobernar las decisiones. Al promediar diciembre, el volumen de trigo que ya cambio de manos es menos del 20% del inventario físico total.