Economía

Como el USDA, un -baseline- para pensar estratégicamente el sector agropecuario argentino

Julio Calzada

La Bolsa de Comercio de Rosario junto con las Bolsas de Cereales de Bahía Blanca y Buenos Aires conformaron en el año 1999 el Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI) con la finalidad de fortalecer la capacidad de Argentina en las negociaciones relativas al comercio mundial de productos agropecuarios con países extranjeros, foros, rondas, organismos internacionales, uniones aduaneras, mercados comunes y otras entidades del exterior.

Luego se incorporaron al INAI otras instituciones relevantes como la Bolsa de Cereales de Córdoba, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina, el Centro de Exportadores de Cereales, la Federación Argentina de la Industria Molinera y la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales. Hace cinco años, aproximadamente, estas entidades decidieron que la Fundación INAI diseñara e implementara un modelo de equilibrio parcial para la agricultura que contemplara las particularidades de nuestro país. Este modelo matemático no econométrico fue desarrollado por la Fundación y recibió el nombre de “PEATSim-AR”.  

Es importante destacar que los modelos cuantitativos se han utilizado desde hace décadas para analizar los impactos de cambios de política y otros acontecimientos sobre diversas variables económicas. La utilización de este tipo de herramientas es importante, porque contribuyen con información relevante para la toma de decisiones y la selección de la estrategia de política más adecuada. Permiten observar las direcciones y los órdenes de magnitud de los efectos que generan los cambios analizados sobre precios, producción, consumo, comercio y sus interacciones.

Existen en el mundo varios tipos de modelos que analizan el sector agrícola. Los más conocidos son:

a)             El modelo Country Linked System del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) que utiliza para el desarrollo de su Outlook.

b)             El CAPRI de la Unión Europea, que es un modelo con gran detalle regional orientado a analizar la Política Agrícola Común del bloque.

c)             El modelo AGLINK-COSIMO que elaboran conjuntamente la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) y la FAO.

d)             El modelo IMPACT del IFPRI (Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias).

e)             El FAPRI (Food and Agricultural Policy Research Institute) tiene un grupo de modelos de equilibrio parcial por país que se interrelacionan entre sí. A este proyecto se sumó recientemente el ICONE (Instituto de Estudios del Comercio y Negociaciones Internacionales) el cual desarrolló el Brazilian Land Use Model, que fue utilizado para generar el documento Outlook Brasil 2022.

En Argentina, a pesar de la importancia de la agricultura, no existen modelos “matemáticos no econométricos” que permitan realizar un análisis cuantitativo de las políticas referidas al agro. De allí la importancia que tiene el modelo PEATSim-Ar desarrollado por la Fundación INAI. Es un instrumento único que brinda un gran salto de calidad para determinar tendencias y efectuar estimaciones en el sector agropecuario argentino. La agroindustria nacional dispone ahora de un modelo que toma en cuenta las necesidades y características particulares de Argentina, con un nivel de detalle que ninguna otra metodología comparable ha desarrollado hasta el momento. Es importante destacar el aporte económico realizado por la Bolsa de Comercio de Rosario y otras instituciones para el logro de este objetivo, alcanzado gracias al trabajo fecundo de los especialistas de la Fundación INAI: Dr. Ernesto Liboreiro, Lic. Agustín Tejeda, Lic. Nicolás Jorge, Dr. Nelson Illescas, entre otros.

El PEATSim-Ar analiza los productos más relevantes de las principales cadenas de valor agroindustriales de Argentina: cereales, oleaginosas, aceites, harinas, algodón, azúcar, carne bovina, porcina, aviar, leche cruda, leche fluida, manteca, queso, leche en polvo, biodiesel, bioetanol y DDGs.

Con la ayuda de esta valiosa tecnología la Fundación INAI ha confeccionado recientemente el Escenario de Referencia Agroindustrial Mundial y argentino al año 2022 (ERAMA 2022). Este estudio permitió identificar las principales tendencias para los próximos 10 años, incentivando el debate sobre las estrategias a seguir para mejorar la inserción de Argentina en el comercio internacional. Se trata de una visión de largo plazo sobre los niveles de comercio internacional, producción, consumo y exportaciones para distintos productos, basada en el concepto de “escenario continuación”. El ERAMA no representa un pronóstico acerca del futuro del sector agroindustrial. Estima lo que sucedería en el largo plazo si se cumplen supuestos específicos sobre condiciones macroeconómicas, si hubiera continuidad y se mantuvieran vigentes las actuales políticas públicas en Argentina y otros países, hubiera condiciones meteorológicas normales, acuerdos y acontecimientos internacionales, entre otras cuestiones.

Los resultados a los que arriba el ERAMA al año 2022 son sumamente interesantes y ameritan su lectura, ya que es un insumo indispensable para formalizar un debate sobre el futuro del campo y la agroindustria en nuestro país. Algunas de las conclusiones más relevantes son:

a)             El volumen cosechado de granos en nuestro país alcanzaría las 128,4 millones de toneladas para la campaña 2022/23, lo cual representa 29,5 millones más que en la campaña 2012/13.

b)             Como promedio anual, la producción de granos argentina aumentaría un 2,7%, tasa algo inferior al 3,1% observado en los últimos 10 años, y significativamente más baja que el promedio de 4,7% para las últimas 20 campañas. Ello implica cierta desaceleración, aun cuando el crecimiento sería positivo.

c)             Las exportaciones de granos de Argentina experimentarían en 10 años un crecimiento de casi 7 millones de toneladas, cifra muy inferior al incremento en producción. Esto obedece a aumentarían los usos domésticos, tanto para el procesamiento de oleaginosas como para la alimentación animal.

d)             En la campaña 2022/2023 el área cosechada de cereales y oleaginosas de Argentina se ubicaría en 34,5 millones de hectáreas. La mayor expansión esperada sería para las oleaginosas, en particular la soja, cuya superficie se incrementaría en 2,3 millones de hectáreas.

e)             La producción de poroto de soja pasaría de 48,5 millones de toneladas en 2012/13 a 64,3 millones en 2022/23. El procesamiento doméstico del poroto crecería a una velocidad similar a la producción, llegándose a moler al final del período 50,7 millones de toneladas.

f)              La producción de aceite de soja se incrementaría en 10 años en 2,5 millones de toneladas, mientras que la producción de harina aumentaría 10,3 millones de toneladas. Dado el mayor procesamiento local, las exportaciones de poroto se mantendrían relativamente estables.

g)             La producción de trigo alcanzaría 14,7 millones de toneladas en el 2022/2023, por debajo de los records históricos. Es necesario recordar que el ERAMA estima un escenario futuro para el trigo sobre el supuesto de continuidad de las políticas públicas actuales. En el caso de existir cambios que favorezcan la producción de trigo es razonable suponer que los números finales podrían llegar a ser superiores.

h)             En el caso del maíz, la producción con destino al circuito comercial pasaría de 24,8 a 29,9 millones de toneladas. El incremento se destinaría a alimentación animal, a exportaciones y a la producción de etanol.

i)              La producción de cebada, por su parte, continuaría creciendo en el período bajo análisis, aunque a un ritmo más bajo que lo observado en los últimos años. Su cosecha superaría las 6,6 millones de toneladas hacia 2022/23, y el destino del mayor aumento serían las exportaciones que se situarían en torno a 5,5 millones.  

j)              A pesar de que el comercio internacional sería favorable para las distintas carnes, la respuesta de la producción local mostraría marcadas diferencias, con el menor crecimiento anual para la carne bovina (1,4%), el segundo para la carne de cerdo (1,8%) y el mayor crecimiento para la carne aviar (4,5% anual). Para este último producto, el mercado externo ganaría cada vez más importancia, representando las exportaciones un tercio de la producción hacia el final del período.

k)             El escenario también sería positivo para la producción de leche, la cual aumentaría a un promedio anual de 2,8%, arribando a 14,9 millones de toneladas en 2022. Anualmente la Fundación INAI irá actualizando el Escenario de Referencia Agroindustrial Mundial y argentino (ERAMA), lo cual permitirá contar con proyecciones a 10 años sobre los niveles de producción, consumo y exportaciones; y la construcción de escenarios alternativos. De esta forma el sector agropecuario y agroindustrial argentino ganará en previsibilidad y certeza lo que favorecerá el diseño de las políticas públicas, la planificación de la producción y la toma de decisiones estratégicas para mejorar la rentabilidad en las cadenas de valor. [i]

[i]   Agradecemos la información brindada por Lic. Agustín Tejeda, Lic. Nicolás Jorge, Dr. Nelson Illescas, especialistas de la Fundación INAI.