Economía

La suma de todos los miedos


La situación de la economía griega sigue lejos de su solución. De acuerdo a las recientes declaraciones del Ministerio de Finanzas del Gobierno de Papademos, el país necesita hacerse de ingresos por 57.000 millones de euros para sortear durante 2012 un escenario de bancarrota. La prensa helena calificó esta alternativa como "un milagro", considerando que durante los últimos 10 meses sólo ingresaron a las arcas del Estado 38.000M. Sin embargo, el foco de la semana estuvo en el resto del continente. En el ojo de la tormenta se encuentran Italia y España, seguidas por el potencial contagio a la segunda economía europea, Francia.

Por partes: en Italia la entrada en funciones del flamante Primer Ministro, Mario Monti, genera expectativas en los mercados. Monti no sólo tomó el liderazgo político del país sino que tomó también a su cargo la cartera económica, ganándose el mote de "Supermario". El anuncio de medidas tendientes a reducir el déficit en base a rigor presupuestario le valieron el apoyo del Congreso, con la excepción de los representantes de la Liga Norte; pero causó rechazo entre grupos estudiantiles. Las manifestaciones populares en Roma y Milán presagian dificultades en la gestión del economista.

En tanto, España preocupa cada vez más a los inversores. La colocación de deuda del día jueves anunció que la situación es límite y el país se encuentra al borde de requerir un rescate. El país ibérico debe pagar sobre el 7% para endeudarse y el rendimiento promedio de sus bonos a 10 años llegó a empatar por momentos al de Italia, en un rango del 6.5/7%.

Entre otros indicadores macroeconómicos que enfrenta Zapatero, al dato del nivel de desempleo - referido la semana pasada en esta columna- se agrega la revisión a la baja del crecimiento del producto, pasando de 1.3% a un magro 0.8% previsto para 2011. Francia, por su parte, comienza también a inquietar a los analistas, al incrementarse en forma consistente el spread entre el rendimiento de la deuda gala respecto a la referencia para el viejo continente, los bonos emitidos por el Gobierno Alemán.

Cruzando el Atlántico, las estadísticas que se dieron a conocer esta semana en Estados Unidos fueron, en general, positivas. Los datos de consumo y producción superaron el consenso y la economía norteamericana parece dar señalas de fortaleza. Sin embargo, un duro informe emitido por la Fed el día lunes destacó que la crisis que se vive en los países europeos podría impactar severamente en la economía norteamericana. Según expresaron, una moratoria en la deuda soberana europea fácilmente arrastraría a los Estados Unidos a una recesión. El riesgo de ingresar en una etapa de contracción económica parece diluirse para el segundo semestre del año, pero advierten que aún debe eludirse el temporal en 2012 para mejorar las expectativas.

El principal índice de los Estados Unidos, el Standard & Poors 500 acumula pérdidas en la semana y opera en torno a los 1220 puntos, una zona crítica según los analistas técnicos que ya perforó a la baja el jueves, en un contexto de caídas generalizadas en los mercados.

En el plano local, la bolsa porteña registra la tercera semana consecutiva en negativo, con una baja respecto al cierre del pasado viernes del 8.13%. De este modo, el Merval cerró en 2528.04 puntos.

El sector bancario estuvo entre los más golpeados de una semana que finaliza con la totalidad de las principales cotizantes en terrenos negativo. Las acciones del rubro acumularon pérdidas superiores al 10%, destacándose GGAL (-13.8%) y BMA (-12.5%). El temor entre los operadores se basa principalmente en la posibilidad de un freno en el consumo, que pondría en jaque las ganancias para la actividad financiera.

En el plano cambiario, la tercera semana de controles por parte de AFIP finaliza con un dólar planchado y pocos negocios, pero no debe confundirse quietud con cambios fundamentales que mermen el apetito por la divisa. En este sentido, el BCRA informó hoy que los depósitos bancarios en dólares se redujeron en un 7% durante la semana anterior.