Economía

La ganadería argentina creció en exportaciones, producción y empleo en 2022

Guido D’Angelo – Emilce Terré
El sector ganadero, clave para la economía argentina, cerró el año pasado con subas del 19% en exportaciones y del 3% en producción. El 2022 también dejó un alza del 0,6% en empleo ganadero, con el sector generando cerca de 1 de cada 20 empleos argentinos.

 

La ganadería argentina: 1 de cada 4 empleos de la agroindustria, 5 de cada 100 empleos argentinos

Argentina es el país con mayor consumo per cápita de carne vacuna del mundo. No conforme con ello, es el segundo mayor consumidor de carne por habitante del mundo, si agregamos la carne aviar y porcina y consideramos países de más de un millón de habitantes. Todo esto tiene fuerte relación con la histórica importancia de la ganadería para la economía argentina, ya que el grueso del abastecimiento para este consumo de carnes se realiza con producción nacional.

Por la fuerza de la actividad ganadera, el conjunto de las cadenas cárnicas y lácteas argentinas fueron responsables de más de 860.000 puestos de trabajo en 2022. Este número es un 0,6% superior a la estimación del 2021. Con estos datos, la ganadería es responsable de 1 de cada 4 empleos de la agroindustria argentina. Y más aún, considerando que el agro aporta cerca del 20% de los empleos en la República Argentina, tenemos que la ganadería es entonces responsable de 5 de cada 100 empleos argentinos.

Por la importancia fundamental de la carne vacuna en el consumo y en la exportación argentina, la producción bovina es responsable del 55% de estos puestos de trabajo ganaderos, seguido por cerca del 15% del total para las cadenas láctea y aviar, respectivamente. La cadena porcina, por su parte, es responsable del 10% de los empleos del sector ganadero. 

Cada una de estas cadenas distribuye su empleo en diversas actividades. En este sentido, el conjunto de actividades primarias es responsable del 42% del empleo ganadero. De este grupo, se destacan la cría, la invernada bovina y la producción de leche. En segundo lugar, la industrialización ganadera se hace con el 31% del empleo de la cadena, incluyendo la faena animal, el procesamiento de carnes y la elaboración de alimentos, entre otras actividades.

Asimismo, el conjunto de actividades que hacen a la comercialización de productos ganaderos genera cerca del 22% del empleo de la cadena. Finalmente, entre insumos, maquina y transporte encontramos al 4% restante. 

Las exportaciones ganaderas crecieron un 19% en 2022

Con subas tanto en volúmenes como en precios, el valor exportado por el sector ganadero argentino subió un 19,6% el año pasado. Las subas en exportaciones van para todos los complejos ganaderos: la exportación de carnes y cueros bovinos subió más del 18%, mientras el complejo lácteo creció por encima del 23%. Por su parte, la exportación de equinos subió un 5,7%, aunque el mayor crecimiento relativo se lo lleva el complejo avícola, que mostró incrementos por encima del 24% respecto a 2021.

Sin embargo, el reciente dinamismo exportador de los complejos ganaderos argentinos no es el mismo que se ha visto en los últimos años. Si bien las exportaciones en dólares prácticamente se han duplicado con relación al año 2016, la ganadería ha perdido peso en la canasta exportadora nacional. Mientras que a principios de la década de los 90’ la ganadería era responsable del 12% de las exportaciones de bienes, desde principios de siglo no volvió a superar el 9%, ubicándose en un 7% del total exportado en 2022. 

Sucesivas aperturas y cepos a las exportaciones cárnicas argentinas, medidas de restricción a las ventas externas junto con un contexto macroeconómico que ha tenido períodos con fuertes desincentivos a la inversión en ganadería, han sido factores de peso para explicar este desempeño. Con un mejor esquema de incentivos, no caben dudas que el sector tiene enorme potencial para crecer aún más y seguir impulsando el comercio exterior argentino.

Se recupera la producción de carnes y se vuelve a la tendencia creciente

Un marco de mejora en el consumo per cápita de carnes en Argentina, acompañando el crecimiento reciente en los volúmenes exportados, explican la suba de la faena del 2022. De esta manera, el año pasado se produjeron 6,17 millones de toneladas de carne en nuestro país. La mitad de este total consiste en carne vacuna, cerca de un 38% en carne aviar y un 12% restante en carne de cerdo. 

En los últimos diez años se sostiene la tendencia al alza para la producción de estas tres carnes argentinas. En este sentido, las tradicionales carnes de vaca y pollo han crecido más de un 20% respecto al 2012 y explican casi el 90% de la producción de carnes. No obstante, la producción de carne de cerdo se duplicó respecto a los niveles de hace diez años, acompañando el gran crecimiento del consumo porcino en Argentina. En la última década la producción porcina pasó de ser el 7% a representar el 12% de la producción nacional de carnes. Conscientes de la importancia del sector porcino, la Bolsa de Comercio de Rosario en el año 2020 puso en vigencia a Rosporc, un Mercado Digital de cerdos, mercado online donde los actores de la cadena de valor porcina se conectan para negociar la producción, de manera segura y confiable, con valores de referencia.

No obstante, parte del crecimiento de la faena animal, y por lo tanto, de la producción de carnes, también debe explicarse en la fuerte sequía que vivió el país en los últimos tiempos, afectando especialmente a la ganadería vacuna. Cómo se adelantaba desde Rosgan hace algunos meses, el número de vacas a faena crecía mientras caía el peso medio del ganado, lo que también explicaba la compleja situación por la falta de agua en zonas productoras del país. 

En este sentido, la falta de pasturas es el factor clave que explica que el tercer trimestre de 2022 haya sido el de mayor faena desde 2009. Al mismo tiempo, el cuarto trimestre del año pasado fue el tercero de su tipo con mayor faena en 12 años. No conforme con ello, el primer trimestre de 2023 fue el de mayor faena del siglo, para los primeros tres meses de cada año, en términos de toneladas de carne producidas. Si lo medimos en cabezas de ganado, es el segundo mayor volumen de cabezas faenadas para un primer trimestre desde 1980.