Economía

La economía argentina, en terapia intensiva

EMILCE TERRE
La economía argentina ha entrado nuevamente en una etapa recesiva. El PBI desestacionalizado acumula ya tres trimestres consecutivos en baja. El primer trimestre del 2016 mostró una suba con una llamativa suba del 12,2% de las importaciones en valor FOB. El consumo privado aumentó un 1,1%, mientras que el consumo público subió un 2,7%. Las exportaciones lideraron los aumentos con un salto del 13,1%, mientras que la inversión fue el único componente que bajó: -3,8% en relación al último trimestre del 2015. Justo cuando el gobierno apuesta todo al aumento en la inversión.

El INDEC ha oficializado lo que hace rato se percibe: la economía argentina ha entrado nuevamente en una etapa recesiva. Si bien de acuerdo a la revisión de cifras encaradas por el INDEC la economía local ha cerrado el 2015 con una variación positiva del 2,37%, el PBI desestacionalizado acumula ya tres trimestres consecutivos en baja. De este modo, el guarismo ha caído un -0,1% en el tercer trimestre del 2015, -0,4% el cuarto, y ahora un -0,7% entre enero y marzo de 2016, siempre en relación al período inmediato anterior. De este modo, no sólo las bajas se acumulan sino que se acrecientan trimestre a trimestre.

Ahora bien, si la comparación se realiza en términos de la evolución del PBI respecto al mismo trimestre del año anterior, las variaciones en este caso si bien positivas van decreciendo trimestre a trimestre. Entre julio y septiembre del año pasado el Producto Bruto subió un 3,5%, cerró el año con una variación del 2,2%, y ya para el primer trimestre del 2016 la suba es de apenas el 0,5%.


Centrándonos en el primer trimestre del 2016, para la oferta global de bienes y servicios en el país al aumento del producto del 0,5% se suma una suba del 12,2% de las importaciones en valor FOB. Del lado de la demanda, en tanto, crecieron todos los rubros pero a una tasa muy inferior al que mostraban el trimestre anterior. El consumo privado aumentó un 1,1%, mientras que el consumo público subió un 2,7%. Las exportaciones lideraron los aumentos con un salto del 13,1%, mientras que el componente inversión (formación bruta de capital fijo) fue el único componente de la demanda que mostró un decrecimiento, en el orden del -3,8% en relación al último trimestre del 2015.


En la desagregación del Producto por Valor Agregado sectorial, puede observarse que algunos de los sectores que más seguimos desde esta publicación han mostrado un recorte en su aporte, con una variación porcentual respecto al mismo período del año anterior negativa. Entre ellos, de mayor a menor caída, encontramos Construcción (-5,19%), Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-5,06%), Hoteles y restaurantes (-3,41%), Explotación de minas y canteras (-3,29%), Industria manufacturera (-1,62%) y Comercio mayorista, minorista y reparaciones (-0,43%).

Del lado opuesto, los mayores incrementos se observan en los rubros Pesca (7,50%), Transporte y Comunicaciones (4,17%), Servicios sociales y de salud (2,92%) y Administración Pública y Defensa (2,31%).

Para cerrar, es muy interesante observar la revisión hecha al Índice de Precios Implícitos del PBI. Éste se calcula como la diferencia entre el PBI a precios constantes y el PBI a precios corrientes, con el fin de dejar constante en cierta forma la variación de la cantidad de bienes y aislar la tasa de variación de sus precios promedio. A diferencia del IPC que sigue la evolución de los precios de los bienes que componen una canasta de consumo determinada, éste da una idea de la variación general de todos los precios que componen los bienes y servicios finales de una economía.

Según el informe del INDEC, el Índice de Precios Implícitos del PBI (IPIM) ha mostrado una variación del 23,75% para todo el año 2015, y del 35,56% en el primer trimestre del 2016 afectado especialmente por la corrección de tarifas y servicios básicos del hogar. Tal como puede observarse en el cuadro N° 3, los precios de los bienes y servicios importados entre enero y marzo subieron, en promedio, más de un 50% respecto al primer trimestre del año anterior.
Los precios de los productos exportados, por su parte, mostraron una variación relativamente similar con un 49,35%, mientras que los bienes destinados a consumo privado tuvieron una variación del 35,12% y los bienes de capital del 38,69%.

Hoy, comenzando el afamado segundo semestre, esperemos que de cumplirse las expectativas de quienes tienen en sus manos las principales herramientas de política monetaria y económica del país el ritmo de variación de los precios comience a transitar un sendero decreciente, para gradualmente poner un límite a uno de los impuestos más distorsivos y regresivos que viene asediando a nuestro país: el impuesto inflacionario.