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Evolución de las transferencias de ingresos desde el sector agropecuario argentino

Dr Raúl Hermida. Economista. Director Bolsa de Comercio de Córdoba
El sector agropecuario argentino es importante en la generación de un saldo comercial externo positivo, especialmente cuando se repiten con las crisis de Balanza de Pagos y se resienten las posibilidades de lograr un desarrollo económico sostenido.

 

Es bien conocida la importancia que tiene el sector agropecuario argentino en la generación de un saldo comercial externo positivo, especialmente cuando se repiten con frecuencia las crisis de Balanza de Pagos y se resienten las posibilidades de lograr un desarrollo económico sostenido. El sector colabora notablemente con la recaudación impositiva y la provisión de alimentos en el mercado interno cuyos precios casi siempre se encuentran por debajo de los internacionales por el efecto de la aplicación de los derechos de exportación.  A pesar de ello, muchas veces se subestima su aporte a la generación de valor y el progreso económico y social del país por lo que resulta interesante comparar las transferencias desde y hacia el sector agropecuario argentino con lo que sucede en las principales economías productoras y consumidoras a nivel mundial. 

Desde el año 1988 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) monitorea y evalúa las políticas agropecuarias de un amplio grupo de países y en su informe anual del año 2019 incorpora por primera vez a la Argentina en sus series históricas publicando los datos anuales correspondientes al período 1997/2018. 

A lo largo de los últimos 32 años la OCDE desarrolló un conjunto de indicadores que adquirieron prestigio al colaborar en las negociaciones y los acuerdos entre países y organizaciones internacionales. En el monitoreo de las políticas agropecuarias la OCDE publica todos los años un indicador denominado Estimador del Soporte Total (TSE) que trata de reflejar cuantitativamente las transferencias que recibe ese sector desde los consumidores, los contribuyentes y otras partidas presupuestarias de los gobiernos. Para un análisis más desagregado también estima el Soporte a los Productores (PSE), los Aportes en Servicios Generales (GSSE) y los Aportes de los Consumidores (CSE)1. En la mayoría de los 53 países analizados el Soporte a los Productores (PSE) representa alrededor del 70% del total de las transferencias, con la excepción de Nueva Zelanda, Australia y Chile donde prevalecen los Aportes en Servicios Generales (GSSE). El Soporte a los Productores (PSE) se concreta principalmente a través de los mayores precios internos que reciben los mismos respecto a los que resultarían de los precios internacionales en un mercado no intervenido.

En varios de los informes de la OCDE se señala que el Soporte a través de Precios de Mercado (MPS) tienen un impacto negativo en los mercados mundiales al distorsionar la asignación de recursos, reduciendo los incentivos para mejorar la eficiencia. Recomienda realizar pagos relacionados directamente con una práctica de producción específica, por ejemplo, con la performance medioambiental o el bienestar animal para generar menos distorsiones. 

Indudablemente, este no es el caso de Argentina. En el período 1997-2018 los dos únicos países que tuvieron un Soporte Total (TSE) negativo, o sea que transfirieron ingresos netos desde el sector agropecuario al sector público y a los consumidores fueron Argentina y la India. Sin embargo, en la India durante los últimos cuatro años, esa situación se revirtió y el sector agropecuario recibió una cifra acumulada de USD 74,5 mil millones, mientras que nuestro país continuó transfiriendo recursos desde el sector agropecuario al resto de la economía.

El mecanismo de transferencia que predomina en el caso argentino son los derechos de exportación aplicados a la venta de granos, que por la proporción entre lo que se destina al mercado externo e interno se refleja en cantidades similares entre el Soporte a los Productores (PSE) y los Aporte a los Consumidores (CSE) ambos con signo negativo.

El caso argentino se destaca por la magnitud de las transferencias cuando se lo compara con los otros 52 países considerados por la OCDE. Para medirlo adecuadamente se considera el promedio de las transferencias desde los consumidores y contribuyentes hacia el sector agropecuario en el período 1997-2018 expresado en dólares constantes y en términos per cápita.

En el gráfico 1 se aprecia que Argentina tiene un comportamiento muy diferenciado respecto al resto de los países con valores negativos para ambas variables. El sector agropecuario argentino de acuerdo a las estimaciones de la OCDE transfirió en promedio anualmente durante el período 1997-2018 un importe de USD92/habitante/año al conjunto de los consumidores argentinos y USD105/habitantes/año a los contribuyentes. O sea que cada argentino recibió en forma directa e indirecta un total en promedio de USD197/habitante/año desde el sector agropecuario por ambos conceptos. Un interesante y completo informe sobre la definición de los términos utilizados por la OCDE puede encontrarse en el capítulo sobre la metodología utilizada por la institución para nuestro país2.

En ese sentido, en la comparación internacional se aprecia una cierta correlación positiva entre el nivel de PIB per cápita y el valor de las transferencias hacia el sector agropecuario. Aquellos países que tienen mayores ingresos per cápita y exportaciones más diversificadas que en Argentina pueden destinar más recursos a consolidar el sector y ayudarlo a generar mayor valor agregado en la búsqueda, entre otros objetivos, de garantizar el autoabastecimiento alimentario, cuidar el medioambiente y evitar la emigración hacia las grandes ciudades. En esos casos las finanzas públicas no requieren transferir recursos desde el sector agropecuario en la medida en que lo hace Argentina.  

Sin embargo, esta política de transferencia permanente debe ser revisada más allá de la coyuntura actual. Argentina tiene un ingreso per cápita levemente superior al de Brasil y tal como se mencionó anteriormente transfiere desde su sector agropecuario USD197/habitante al resto de la economía, mientras que su socio en el Mercosur aporta al sector USD43/habitante. En su planeamiento agropecuario Brasil subsidia la tasa de interés de los préstamos otorgados a los productores, en algunos casos establece mecanismos de soporte de precios y financia grandes obras de infraestructura como las instalaciones de ensilaje. 

En ese contexto, continuar aumentando la presión impositiva sobre el sector agropecuario argentino podría tener serias consecuencias negativas en cuanto a las intenciones de siembra en las próximas campañas, la oportunidad de agregar valor a granos y carnes, conservar los recursos naturales y realizar nuevas inversiones en logística y/o comercialización. Priorizar la construcción de un sector agroindustrial argentino que acompañe el liderazgo del Mercosur en el mercado mundial exige revisar las políticas agropecuarias que se aplicaron durante las últimas décadas. Reconocer el enorme aporte histórico del sector agropecuario argentino al resto de la economía y otorgarle oportunidades para su mayor desarrollo es esencial para el futuro del país.           

 

1 En el año1987 el Estimador de Soporte Directo a los Productores (PSE) llegó a representar el 40% del ingreso bruto de los agricultores de los países de la OCDE conduciendo a enormes inventarios. En ese contexto, el PSE colaboró significativamente en otorgarle transparencia y objetividad a las arduas negociaciones de la Ronda de Uruguay y la definitiva integración del sector en el sistema de comercio multilateral.   
2 CIAOARGENTINA: Estimates of support to agriculture, OCDE, 2019.