Commodities

El campo exporta mucho, ¿importa poco?

Guido D’Angelo – Federico Di Yenno - Emilce Terré
Se suele menospreciar la importancia fundamental del sector agroexportador en su rol de generador de divisas para permitir el desarrollo de vastos sectores económicos. Destacamos el rol del campo para el desenvolvimiento económico en la pandemia.

 

La agroindustria cumple un rol fundamental en el comercio exterior argentino. No solo incluye a los principales complejos exportadores, sino que permite financiar con sus sucesivos superávits comerciales las importaciones necesarias para otros sectores económicos.

Con buenos precios y volúmenes de exportaciones, en el primer semestre del 2021 las exportaciones agroindustriales superaron a sus importaciones por US$ 6.740 millones, lo que se conoce como superávit comercial. De los US$ 35.300 millones totales exportados por el país en este período, casi el 27% fueron productos primarios y cerca del 44% manufacturas de origen agropecuario. Consecuentemente, más del 70% de las exportaciones argentinas se relacionan con las diferentes cadenas agroindustriales a lo largo y a lo ancho del país.

De los principales complejos del comercio exterior argentino, los agroindustriales son casi en su totalidad superavitarios. Además de los complejos agro que se observan en el gráfico, el trigo, el girasol y el maní también disponen de saldos comerciales positivos, ya que realizan importaciones muy pequeñas con relación al enorme aporte de exportaciones que realizan.

En la primera mitad de este 2021, las cinco principales importaciones argentinas fueron porotos de soja, autos, gas natural, teléfonos y medicamentos. Si bien el complejo soja representa el 14,5% de las importaciones de este primer semestre del año, la soja importada es traída al país en poroto con el fin de industrializarla y volver a exportarla netamente como manufactura, siendo muy reducido su consumo interno. Por eso mismo se observa el elevado superávit comercial que reviste por si sólo el complejo soja.

Por su parte, el grueso de las importaciones es realizado por las industrias químicas, automotrices y electrónicas. Éstas en conjunto suman cerca del 70% del total de los bienes que son traídos al país. De esta manera, además de disponer de bajos niveles de importación, el agro los compensa rotundamente con sus abultados niveles de exportación.

¿Qué importamos? ¿De dónde viene? ¿Para qué importamos?

Casi tres cuartos de las importaciones argentinas se relacionan con el entramado productivo nacional. Apenas el 10% de las importaciones son bienes de consumo, mientras cerca de un 13% se compone de combustibles y fuentes energéticas que son traídas al país para hacer frente al déficit energético. 

Sin embargo, no debe dejarse de lado que gran parte de las importaciones utilizadas en las industrias locales luego redundan en bienes que son consumidos internamente, dificultando las cuentas externas del país. De las 12 terminales automotrices radicadas en Argentina, sólo una exporta sus productos finales, siendo todas las demás importadoras netas de bienes.

Más del 60% de nuestras importaciones se concentra en los cinco principales orígenes. China y Brasil se disputan el primer lugar por muy poco margen. El gigante asiático es origen de gran parte de las importaciones de aparatos eléctricos y electrónicos, mientras el gigante sudamericano es uno de los principales proveedores de la industria automotriz local.

Los Estados Unidos exportan a la Argentina bienes relacionados a la energía y medicamentos. La potencia norteamericana es además un importante origen de las importaciones de fertilizantes, al igual que China.

Por su parte, Paraguay es el origen de prácticamente la totalidad de la soja que importa Argentina. Como se ha destacado anteriormente en este Informativo Semanal, nuestro vecino de origen guaraní es un socio estratégico en el entramado productivo de la soja, además de importante proveedor energético gracias a la represa de Yacyretá. Finalmente, Alemania exporta a nuestro país mayoritariamente bienes con elevado contenido tecnológico.

Además, en los diversos entramados productivos del país las divisas que aporta el sector agroindustrial permiten importaciones de bienes de capital. Estas múltiples maquinarias y partes de bienes de capital favorecen el desarrollo de múltiples y diversas industrias y actividades económicas.

Por todo lo anterior, las exportaciones netas de las diversas cadenas agroindustriales permiten el desenvolvimiento de una amplísima gama de actividades productivas en el país, además de colaborar con divisas para la importación de energía y bienes de consumo. Este papel de las cadenas agro se vio con más fuerza en este último año y medio de pandemia, como se ha destacado a lo largo de este informe. Es evidente que el campo es un exportador neto de peso, una de las cualidades que lo destaca como un sector que importa muchísimo para el desarrollo económico de la Argentina.