¿Un punto de inflexión para las cotizaciones de aceites vegetales?
1. Reacomodamiento de precios y futuro incierto en el mercado de aceites vegetales.
Tal cual ocurrió con el resto de los commodities, los aceites vegetales no fueron una excepción y con asistencia perfecta todos acudieron al reacomodamiento de precios relativos que ha tenido lugar desde mediados del 2022. Ya lejos han quedado los días donde los aceites superaban sin problema los USD 1.500/t, gravitando ahora en torno a los USD 950/t.
La campaña global 2023/24, que ya estamos dejando atrás, contó con excelentes números productivos por el lado de las oleaginosas. A nivel global, el girasol consolidó un ciclo récord y superó la campaña 2021/22, llegando a contar 58,6 Mt según Oil World, con Rusia y Ucrania incrementando sus números 6% y 16% entre cosechas, siendo los principales exportadores del aceite a nivel mundial. La misma situación se replica para la soja que, entre una aceptable campaña estadounidense y muy buenos números sudamericanos, impulsados por la recuperación productiva argentina, llegó a marcar un punto máximo a nivel global superando las 390 Mt. Mientras tanto, la producción de colza y canola habrían vuelto a alcanzar aquellos niveles superlativos de 80 Mt.
Así, acompañada por una feliz conjunción de contextos productivos favorables a nivel mundial, la cosecha de oleaginosas 2023/24 tocó un récord de casi 640 Mt, situación a la cual habría que sumarle el mantenimiento de elevados números productivos de aceite de palma, que en conjunto llevaron a los suministros de aceites vegetales hacia valores máximos. En consecuencia, presionados por el lado de la oferta, las cotizaciones cayeron en promedio 50% desde el pico de mediados del 2022.
No obstante, lo que en la campaña global 2023/24 fue una excelente performance para el total de las principales oleaginosas, las perspectivas para la campaña 2024/25 presentan una dicotomía marcada entre las expectativas productivas para la soja y para el resto de las oleaginosas.
• Girasol: se advierte un panorama complejo sobre la región del Mar Negro (principal región productora), donde las altas temperaturas y bajas precipitaciones dejarían cuadros comprometidos con significativas disminuciones en los rindes proyectados. Sin embargo, el principal problema en la zona descansa sobre Rusia y Ucrania, naciones que representan el 70% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol, que afectados por las inclemencias climáticas verían reducir sus cosechas en 5% y 8% respectivamente. De forma preliminar se proyecta una merma en la elaboración de aceite de girasol del 6%, generando un importante desabastecimiento del óleo a nivel mundial.
• Colza y canola: la producción mundial recortaría 4% entre campañas, con las principales disminuciones sobre la Unión Europea, donde se conjugaron una menor superficie implantada y adversidades climáticas que en algunas regiones llegan a imprimir caídas proyectadas en rindes de hasta 18%. Como consecuencia, las previsiones para la elaboración de aceites caerían 2% entre campañas.
• Aceite de palma: la producción se mantendría relativamente estable. Una importante recuperación del aceite indonesio lograría compensar las mermas en Malasia, viéndose incrementada la oferta global en un 2% interanual.
• Soja: Estados Unidos estaría cosechando la mejor campaña de su historia mientras que, aunque aún sea demasiado prematuro, la producción sudamericana se proyecta en un récord de 236 Mt. En este sentido, la cosecha global de soja se vería incrementada en más del 7%, registrando la mayor tasa de crecimiento interanual en cuatro años y un nivel récord de oferta. Frente al desabastecimiento del resto de aceites y los abundantes suministros, la elaboración de aceite de soja sería impulsada hacia los 65Mt (+5%), marcando un nuevo hito productivo.
Así, el aceite de soja deberá cumplir en parte el rol de suplir las faltantes del resto de óleos vegetales, en un contexto de tendencia creciente de la demanda, impulsado tanto por el crecimiento económico de regiones consumidoras claves, tal como la India, así como el fundamental soporte que generan la industria de biocombustibles. En este escenario parecería que las cotizaciones internacionales por aceites vegetales habrían encontrado un piso, intentando dibujar actualmente una tendencia al alza sobre los precios.
Esta situación resulta evidente en el mercado de girasol, donde las cotizaciones FOB por el aceite desde el Mar Negro repuntaron 21% desde marzo pasado y llegan a tocar niveles máximos desde agosto del 2023. Gráficamente, el mercado refleja el nivel de desabastecimiento esperado, rompiendo la estacionalidad que suele afectar durante septiembre en plena presión de cosecha, y llevando a que hoy el aceite de girasol cotice incluso por encima que el aceite de soja. De hecho, esta polarización en los contextos productivos por aceites vegetales hace que actualmente el aceite de soja se encuentre mucho más competitivo en precios que el resto, cuando a esta altura del año debería de ser a la inversa.
Mientras tanto, si bien a mediano plazo los fundamentos resultan bajistas para la soja debido a las históricas perspectivas productivas, el mercado por aceites podría darle sustento al precio de la oleaginosa, más aún cuando este es más atractivo para el mercado internacional.
A pesar de ello, el nivel de crushing dependerá no solo de los números de la cosecha, sino también de la relación entre las cotizaciones de aceite y harina de soja. Al ser la soja una oleaginosa con poco contenido oleico, extrayendo por cada poroto un 70% de harina y un 20% de aceites, el precio de la harina podría imponer un tope a la rentabilidad de las fábricas, jugando el rol de regulador del mercado. Ello en conjunción con las disposiciones normativas de cada país para el abastecimiento interno de biodiesel.
2. Argentina como proveedor de aceites en el mercado mundial.
Llevando la mirada al plano local, Argentina se destaca como un gran productor de aceite de soja y de girasol, siendo uno de los mayores proveedores mundiales de ambos subproductos. En el caso del aceite de soja, tomando el promedio de los últimos cinco años, nuestro país dio cuenta del 12% de la producción mundial de este aceite vegetal, ocupando el cuarto lugar en el ranking de productores mundiales.
No obstante, cuando se trata de las exportaciones, Argentina se posiciona como líder indiscutido en el mercado internacional de este producto. Tomando como promedio los años 2019-2023, Argentina aportó aproximadamente el 40% de las exportaciones mundiales de aceite de soja cada año, lo que representa exportaciones anuales promedio de 5 Mt, incluso atravesando una de las peores sequías de su historia en el medio.
En los primeros ocho meses transcurridos de este año, la producción de aceite de soja ascendió a 5,3 Mt, dando cuenta de una importante recuperación respecto de igual período del año anterior (↑ 41%), cuando Argentina fue azotada por una de las peores sequías de su historia, recortando ampliamente el número de suministros disponibles. La producción de enero a septiembre de este año se ubica incluso 4% por encima del volumen promedio de los últimos cinco años para este período, crecimiento explicado no sólo por una recuperación en la producción sino por un elevado volumen de importaciones de poroto de soja. En lo que respecta a todo el año 2024, se estima una producción total de 7,7 Mt, de las cuales 5,3 Mt serían destinadas a la exportación, generando un ingreso de divisas por más de U$S 4.700 millones.
En cuanto al aceite de girasol, la producción mundial se encuentra fuertemente concentrada en dos países, Rusia y Ucrania, quienes en conjunto dan cuenta de cerca del 60% del total producido. A pesar de ello, Argentina también se destaca en este mercado, ocupando el tercer puesto en el podio de productores mundiales, siendo que en el promedio de los últimos cinco años nuestro país fue responsable del 7% de la producción internacional.
Respecto de las exportaciones, durante los últimos cinco años Argentina disputó el tercer puesto con Turquía como proveedor mundial de aceite de girasol. En promedio, nuestro país aportó el 7% de las exportaciones mundiales cada año, lo que en términos de volumen indica exportaciones anuales por 853.000 toneladas.
Si analizamos lo ocurrido en los primeros ocho meses del año, se advierte un descenso interanual de la producción de aceite de girasol (↓ 6%) que se ubicaría en 1,2 Mt, explicado por una menor cosecha de la oleaginosa respecto del año previo. A diferencia del resto de los cultivos, la producción de girasol tuvo un gran desempeño durante 2023 producto de un incremento del 25% en el área sembrada, que respondió a las mejores cotizaciones internacionales. Así, se estima que para todo el año 2024, la producción de aceite de girasol totalice 1,5 Mt, por detrás de 2023 pero 8% por encima del promedio de los últimos cinco años. Del total producido, 1,1 Mt serían destinadas a la exportación, lo que en términos de valor implica ventas externas por U$S 957 millones.
3. La India y la suba de sus aranceles
Sobre mediados de septiembre, India subió 20 puntos sus aranceles a la importación de todos sus aceites vegetales. La baja de precios internacionales es el principal factor que explica esta decisión, en tanto el abaratamiento de las importaciones de los últimos tiempos complica los márgenes de producción de oleaginosas en la India. De esta manera, se busca atajar la merma de precios en el mercado interno indio, encareciendo los aceites importados y de esta manera subiendo los precios domésticos en el gigante asiático.
Esto tiene un impacto directo sobre los mercados globales de aceites vegetales, en los que la India emerge como principal importador. En los últimos tiempos, Argentina se ha destacado como un creciente socio de la exportación del aceite de girasol desde nuestro país. Asimismo, se ha mantenido a lo largo de las décadas como un socio estratégico de las exportaciones nacionales de aceite de soja.
Con esta suba, el arancel de importación de aceites crudos pasaría de 5,5% a 25,5%, mientras que los aceites refinados pasarían de una alícuota del 13,75% al 33,75%, afectando directamente las exportaciones argentinas de aceite de soja y de girasol. Sin embargo, al imponerse también para el aceite de palma, la medida a priori no afectaría directamente la competencia con otros orígenes de importación de aceites de la India. Esto no quita que dicha medida pueda tener un impacto negativo en los precios internacionales y que PUEDA afectar indirectamente a la competencia entre aceites vegetales en función de sus costos de flete y primas FOB. Más allá de esta suba de aranceles, la India sigue posicionándose como un destino estratégico para las exportaciones nacionales, con ímpetu para seguir creciendo mucho más en la próxima década.
Oferta y Demanda proyectada
Índice de contenidos
- Argentina no avanza en la industria de biodiesel en comparación al continuo crecimiento de Estados Unidos y Brasil
- La soja en Chicago subió 7% impulsando las operaciones locales
- Repunta la molienda de trigo en agosto, con la industria dominando el volumen operado en el mercado doméstico
- Situación de la cría: Pese a una ligera mejora estacional, los márgenes reales se encuentran aún muy condicionados por la salida del invierno