Economía

¿Qué indicadores arrojan las dos ediciones del Programa de Incremento Exportador 2022?

Francisco Rubies - Natalia Marín – Emilce Terré
Impulsado por la necesidad de fortalecer reservas del BCRA, en 2022 se implementaron dos instancias del Programa de Incremento Exportador, comúnmente denominado “Dólar Soja”. A continuación, un análisis del impacto en materia de comercio y precios.

 

¿Por qué la soja?

Entre los sectores exportadores de Argentina, el complejo soja es el más importante en materia de aporte de divisas. En el año 2022, se exportaron entre soja en grano y derivados industriales del complejo US$ 24.670 millones, lo cual representa casi el 28% de las exportaciones de bienes de Argentina. En promedio, más de 1 de cada 4 dólares que ingresan por exportaciones de bienes fabricados en el país los provee el cultivo de soja y sus productos derivados. 

Al 31 de agosto, previo al comienzo del Programa de Incremento Exportador (PIE), la comercialización de soja de la campaña 2021/22 mostraba una ralentización respecto al avance relativo de los últimos años. En total, se había comercializado el 54,4% de la producción total, 10 p.p (puntos porcentuales) por detrás de la campaña 2020/21, y 8 p.p. por detrás del promedio de las tres campañas anteriores. Según estimaciones propias, al comienzo de la primera versión del PIE hacia el mes de septiembre, había disponible en el mercado cerca de 17,9 millones de toneladas de soja factibles de ser comercializadas, sumadas a otros 7,1 Mt ya vendidas, pero sin precio en firme (bajo condición a fijar). Es decir, un universo de 25 millones de toneladas susceptibles de “ponerle precio”.  

Luego de la finalización de la primera instancia del programa y previo a la prórroga del programa a través de la segunda instancia del PIE, la situación era distinta. La comercialización de la campaña logró superar la de años anteriores, con un avance sobre el 77,3% de lo cosechado en la 2021/22. Esto se ubicaba ya 2 puntos porcentuales por encima del promedio de las últimas tres campañas (75,3%) y en línea con la campaña anterior. Según estimaciones propias, para esta altura, el remanente de mercadería en factible de comercializar era mucho más escueto: 8,3 millones de toneladas disponibles en mercado a esa fecha, y contemplando el grano comprometido, pero sin precio en firme, un universo de 12,3 millones de toneladas con precio por fijar. Es necesario dar cuenta de que, en ambos escenarios, consideramos la disminución de stocks entre campañas como saldo comercializable, de lo contrario el panorama sería aún más ajustado.

Al finalizar la segunda instancia del programa, según estimaciones propias, el avance de la comercialización de la campaña finalizó en un 83,5%, casi 7 puntos porcentuales por encima del inicio de dicha etapa y superando ya el nivel promedio de los últimos 3 años.

Efecto de la medida sobre los precios

Como se mencionó anteriormente, la medida permitió incentivar la venta de mercadería por parte de los productores y la fijación de precio del grano comprometido, al tiempo que los exportadores del complejo soja pudieron agilizar su proceso de compra de grano para exportar y liquidar los dólares obtenidos de las ventas al exterior a un tipo de cambio diferencial respecto al oficial (de AR$ 200/U$S en septiembre y AR$230/U$S en diciembre, respectivamente). Este tipo de cambio diferencial permitió mejorar el precio recibido por los productores, siendo el incentivo clave para agilizar la dinámica de comercialización en ambas instancias del programa.

El gráfico a continuación refleja el efecto del “Dólar Soja” sobre el precio pizarra de la Cámara Arbitral de Cereales de Rosario (CAC). Como se puede observar, con la implementación de la medida se registra un salto en el precio disponible referencia para la oleaginosa arribando a picos de $ 70.000/t en septiembre y $ 100.000/t en diciembre. En este sentido, sin un incentivo de este tipo que impacte en una mejora importante de la valuación de la mercadería de los productores, hubiese sido dificultoso dinamizar fuertemente la comercialización como sucedió en septiembre y diciembre.

Por otro lado, se podría analizar el impacto de la medida del PIE sobre el precio de la soja cámara valuada a dólar MEP y ver qué porcentaje del precio de la soja en Chicago pudo recibir el productor en el año 2022. Tal como se vislumbra en el siguiente gráfico, la implementación del programa en sus dos versiones permitió al productor capturar una mayor proporción del precio en dólares de la soja en el mercado de Chicago. Mientras que, durante el año 2022, sin el programa, el productor podía recibir en promedio el 37,9% del precio de chicago, durante la implementación del PIE I y II logró capturar, en promedio, el 44,5% y el 53,5% respectivamente. 

Algunos indicadores de comercialización

La primera etapa del Programa de Incremento Exportador (PIE) significó volúmenes elevados de operaciones de soja en el mercado doméstico argentino, récord en declaraciones juradas de ventas al exterior, una aceleración del ingreso de camiones para descarga de soja en las terminales portuarias del país, un muy necesario ingreso de dólares por exportación para las cuentas externas argentinas y un significativo refuerzo a las arcas del Estado Nacional vía cobro de derechos de exportación. 

Por su parte, la segunda edición del programa también dinamizó la comercialización local y el anote de ventas al exterior, aunque en menor medida dado el menor volumen de mercadería pendiente por operar. A continuación, se presenta un análisis de los volúmenes locales y el anote de ventas al exterior.

1-    En el plano local, al comparar el tonelaje acumulado en contratos y fijaciones finales durante los días de vigencia de cada fase del programa, el volumen de comercialización de la segunda instancia fue menos dinámico que la primera edición, a pesar de que la segunda versión contemplaba más días hábiles. En este sentido, mientras que en los veintidós días hábiles de su vigencia la segunda instancia acumuló 6,15 Mt, tal volumen fue superado en apenas 8 días durante la primera etapa, que finalizó con un total de 13,39 Mt.

2-    En cuanto al anote de ventas al exterior, en la primera instancia el volumen de toneladas comprometidas del complejo soja fue de 13 Mt. Mientras que la segunda etapa, finalizada el 20 de enero de este año, acumuló 5 Mt. En este punto, es interesante destacar que, además de la diferencia de toneladas anotadas entre un programa y otro, la distribución del tonelaje según los productos del complejo soja fue muy diferente. En el PIE I destacó que el 31% del anote de ventas externas fue poroto de soja sin industrializar, al tiempo que en el PIE II el anote de ventas al exterior de poroto fueron prácticamente nulas. 

3-    Como se observa en el siguiente gráfico, según estimaciones propias, el PIE I se desarrolló con un diferencial negativo de poder de compra entre la industria y la exportación. Mientras que, en su segunda versión, tal guarismo exhibe una situación mucho más favorable para el agregado de valor de la industria durante prácticamente toda su vigencia. 

Parte de esta mejora se explica en la reinstauración del diferencial arancelario a favor de la industrialización según el Art. 7 del decreto 787/22, que lleva los derechos de exportación de la harina y aceite de soja del 33% al 31% mientras que el de poroto persiste en el 33%, lo que constituye en palabras del ministro de economía un “premio” a la agregación de valor. La tendencia creciente para la demanda mundial del aceite de soja y la reciente suba de precios de la harina de soja también colaboraron en apuntalar este nuevo PIE con más peso relativo de los productos industriales del complejo soja.

Impacto del Programa de Incremento Exportador sobre la liquidación de divisas

Midiendo el impacto de las sucesivas ediciones del PIE 1 y 2 sobre la oferta disponible de dólares, y siguiendo los datos que informa mensualmente CIARA-CEC, puede observarse que, en la primera edición del programa, vigente durante el mes de septiembre de 2022, la liquidación de divisas del agro ascendió a un total de 8.120 millones de dólares, un récord histórico para la serie que comienza en junio de 2002 y que duplica el máximo anterior de US$ 4.232 M alcanzado en mayo del año pasado. Además, este volumen cuatriplica con creces los US$ 1.940 M que en promedio liquidó el agro en los cinco septiembres anteriores. 

Para la segunda edición del dólar soja, llevada adelante en el mes de diciembre de 2022, se combinaron sin embargo una menor oferta disponible (recordemos que la producción del año pasado ya había sido golpeada por la falta de agua resultando la más baja desde la sequía 2018/19) y los fuertes temores entre los hombres y mujeres del campo por los ingresos proyectados para el año siguiente frente a la pérdida de superficie y potencial de rinde que se agravaba semana a semana ante lluvias que no llegaban. En este marco, durante el mes de diciembre, la liquidación de divisas del agro ascendió a US$ 3.707 millones que, si bien queda muy por debajo de los más de 8.000 millones liquidados en septiembre, aún duplican con creces tanto la liquidación del agro entre octubre y noviembre de 2022 como el promedio de los cinco diciembres anteriores, que asciende a US$ 1.757 millones. 

Con estos valores, la liquidación de divisas del agro total para el año 2022 arroja un guarismo de US$ 40.438 millones, el mayor valor en dólares de exportaciones que ha aportado el agro en la historia argentina.