Economía

El mercado de granos no es perfecto, pero es el mejor que tenemos


Recordemos una frase que se atribuye a Winston Churchill: "La democracia no es un sistema perfecto, pero es el mejor sistema de organización política que conocemos". Lo mismo cabe decir del mercado de granos. Sin la menor duda hay imperfecciones, casi siempre producto de intervenciones no conforme con el mercado, pero cuando analizamos la situación de otros sectores que no cuentan con un mercado desarrollado, percibimos rápidamente la diferencia existente.

Lamentablemente, desde hace un tiempo se asiste a una embestida contra los mercados de granos. Varias son las razones que se esgrimen para esa embestida pero no existen dudas que detrás de la misma pervive una vieja idea que apunta a constituir algún organismo oficial que monopolice las transacciones granarias, y esto a pesar de la malísima experiencia que hemos tenido a este respecto.

Como contraste, en los veinte años que van desde que se liberalizó el mercado de granos en Argentina con la supresión de la Junta Nacional de Granos las cosas han ido para bien, la producción se multiplicó por tres, las exportaciones físicas se multiplicaron por cuatro y se ha instalado al norte y sur de Rosario una industria procesadora de soja que está en los primeros lugares del mundo por su modernidad y su tamaño. Por otra parte, mientras hace veinte años los buques salían de los puertos up river con 30.000 toneladas de carga, hoy lo hacen con más de 45.000 toneladas. Mucho se ha avanzado, lo que no significa desconocer que ciertas intervenciones no conforme con el mercado, especialmente en trigo y maíz, y las retenciones a las exportaciones que se reimplantaron desde el 2002 afectan aquel normal desarrollo.

Lo anterior parecería utópico ya que en los últimos tiempos se han acentuado las compras directas por parte de los compradores (fábricas y exportadores) y ese incremento no es bueno para la salud de los mercados. Dicho incremento obedece fundamentalmente a que la instalación de una gran capacidad de molienda ha llevado a las empresas a preocuparse por originar y proveerse del grano para mantener un flujo continuo de operación de sus plantas, sin interrupciones. Los costos fijos de las fábricas, en gran parte por las inversiones y las amortizaciones, son muy importantes y esos costos solamente se reducen en términos unitarios si las plantas trabajan a capacidad plena. Es por ello que la originación del grano es una de las áreas más sensibles de esas empresas.

Las llamadas compras directas pueden ser de dos tipos: a) las compras a productores sin recurrir a la intermediación en bolsa y b) la instalación por parte de los compradores de grandes acopios de mercaderías. Si estas compras se acentuasen en demasía, el mercado de granos se balcanizaría, como de hecho pasó en otros sectores de la economía y en ese caso, al disminuir el volumen que se negocia en el piso de las bolsas, los precios de referencia, pierden representatividad. Si los precios que se registran en el piso de las bolsas no reflejan el efectivo precio pagado, los productores se ven tentados a realizar operaciones por afuera de las bolsas, lo que lleva a que sean cada vez menos representativos los mencionados precios.

Pero vayamos un momento al precio 'de pizarra' muchas veces cuestionado.

En un mercado, de futuro o de disponible, los precios reales son múltiples y para fijar un precio único se recurre, generalmente, a los siguientes métodos:

a)Se hace un promedio de los precios registrados en los últimos minutos de transacción y el precio resultante es el precio de ajuste. Esta es la técnica usada en los mercados de futuros.

b)Se hace un promedio ponderado de los precios registrados en las distintas transacciones dentro de un período determinado. Este es el llamado precio 'de pizarra' que se publica por las distintas bolsas.

Ambos métodos son falibles ya que los precios reales de las transacciones no necesariamente son iguales a los precios de ajuste o de pizarra. La diferencia entre estos dos últimos precios radica en que en los mercados de futuros todas las transacciones deben registrarse obligatoriamente y, por lo tanto, el precio de ajuste resultante no puede diferir en mucho del precio de las transacciones que se hicieron durante toda la rueda. Por otra parte, los precios están acotados dentro de determinados límites.

Por el contrario, no todas las operaciones que se realizan en las ruedas del disponible se declaran y a veces los precios no se informan. El precio 'de pizarra' resultante puede diferir de los precios registrados en la rueda. Pero recordemos que el precio 'de pizarra' es meramente un precio de referencia y su aceptación no es obligatoria. Solo en un caso dicho precio es obligatorio y es en las llamadas operaciones a fijar convenidas voluntariamente por las partes.

El problema de las llamadas operaciones a fijar consiste en que muchas veces el volumen de fijación es muy grande y el precio de pizarra que se utiliza para esa fijación resulta de un volumen de transacciones relativamente pequeño, lo que puede ser aprovechado por la demanda que está más concentrada.

Pero cuando se realizan operaciones a fijar, ¿no se asume responsablemente el compromiso del precio a fijar? También hay que acotar que para aquellos que no confían en la fijación con el precio de pizarra, existe la posibilidad de la fijación a través de los mercados a término (operación give up o la recientemente implementada por el ROFEX).