
No obstante, el sector muestra señales de un relativo estancamiento en la última década. El desempeño exportador, entre las claves que explica este magro desempeño.

Se estima un incremento interanual del 4,2% para carnes bovina, porcina y aviar. El consumo vacuno recuperaría participación relativa frente a sus sustitutos, y Argentina seguiría siendo el mayor consumidor mundial de carne bovina por habitante.

Aun con fuertes restricciones de forraje y mayores costos de suplementación para transitar el invierno, el retraso que arrastra el precio tanto del ternero como de la vaca, configuran una de las peores campañas para la cría de los últimos años.

La producción mundial de carne vacuna caería 0,3% y el consumo 0,1% debido al menor dinamismo económico global. Entre los países exportadores, Brasil e India son los grandes emergentes en producción, mientras Argentina produce lo mismo que hace 40 años.