Finanzas

Crece la incertidumbre externa en medio de espinoso contexto local


Durante las últimas semanas, el debate clave ha dejado de circunscribirse al análisis de la fortaleza de la recuperación de Estados Unidos y ha pasado a centrarse en la probabilidad de que la principal economía del mundo registre una nueva recesión.

Se ha dejado de hablar incluso del posible cronograma de retiro de estímulos por parte del gobierno de Estados Unidos y en su lugar se ha comenzado a plantear estímulos adicionales para evitar que el temor a una recesión se materialice. En esa sintonía se mostró el presidente de la Fed, Bern Bernanke, quién sostuvo que "El comité está preparado para dar alivios monetarios adicionales mediante medidas no convencionales si resulta necesario, especialmente si el panorama se deteriora de manera significativa"

Las declaraciones tuvieron lugar luego de un comienzo de semana inundado de pesimismo por datos macros relacionados con los dos ejes en los que la economía del país norteamericano registra los mayores inconvenientes: el sector inmobiliario y el nivel de empleo. Es por eso, que la noticia de que la venta de casas nuevas se desplomara en el mes de julio y que las órdenes de bienes durables estuvieran por debajo de lo esperado fue un disparador de ventas masivas que hundieron a los índices bursátiles.

Sin embargo, el otro eje, el nivel de empleo, recibió mejores noticias y trajo consigo alivio al mercado. Las nuevas solicitudes de beneficios por desempleo disminuyeron más de lo esperado la semana pasada.

Este último dato, sumado a las declaraciones del presidente de la Fed y la publicación de un positivo informe del PBI permitieron recuperar gran parte de las pérdidas acumuladas durante el comienzo del septenario. Uno de los aspectos que más animaron a los operadores en relación al informe del PBI es que su incremento se debe en mayor medida a la suba del consumo, el cual representa aproximadamente un 70% de la economía estadounidense. Sin embargo, hubo quienes sostuvieron que el incremento no es sostenible y que aquel se debió principalmente a un ajuste de inventarios.

Una extremadamente volátil semana finalizó con los índices de Wall Street con variaciones negativas de entre 0,5 y 1%.

La plaza local se vio afectada por las vibraciones de Wall Street, al igual que la plaza europea y la asiática pero, contrariamente a lo ocurrido en la semana pasada, los condimentos locales enardecieron la preocupación de los inversores y llevaron al Merval a desplomarse un 3,8% semanal.

Estos drivers locales negativos, relacionados con el agitado entorno político de los últimos días, marcaron un comienzo abrumador durante el cual el riesgo país trepó a su mayor nivel en 45 días, sólo por debajo en la región de Venezuela y Ecuador.

La tormenta desatada en el ámbito local se produjo ante los conflictos, en donde el Gobierno fue parte, sobre la licencia otorgada a Fibertel y la venta de Papel Prensa realizada hace 34 años; sumado al bloqueo de una semana a las plantas de Siderar. La suba del riesgo país repercutió además negativamente sobre los títulos públicos que venían siendo los productos estrellas en el mercado.

Finalmente, al igual que en el hemisferio norte, las aguas finalizaron un poco más calmas gracias al levantamiento del bloqueo a las plantas Siderar y la decisión del Gobierno de no intervenir directamente en Papel Prensa. Ambos eventos permitieron, junto al repunte internacional, recuperar parte de la pérdida del 6,3% que acumuló el Merval durante las dos primeras jornadas de esta sombría semana.